Decía Kant que se mide la
inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de
soportar. Al hablar con la psicóloga Jenny Moix sobre la felicidad veo que ahora más que nunca somos seres rígidos, responsables de
nuestras propias presiones, muy poco propicios al sufrimiento y muy
obsesionados con la búsqueda de la ansiada felicidad. Eso nos hace ser cada día
más inflexibles.
¿Qué creemos que es la felicidad?
La palabra felicidad es muy peligrosa. A veces la misma
obligación de ser felices genera infelicidad. La sociedad nos
da tanto que esperamos que nos resuelva todos los conflictos. Creemos que la
felicidad es estar contentos, sin problemas, es el ideal de que todo nos cuadre
con las expectativas. Lo que diferencia
a la gente que es feliz de la que no lo es, es cómo gestiona el sufrimiento.
¿El sufrimiento es natural y humano?
Claro. Somos producto
de una evolución. La tristeza, la ansiedad, el dolor, son emociones que nos han
ayudado a sobrevivir en el devenir de los tiempos. Estamos programados así. Es
humano y natural.
¿Pero sufrimos más ahora que
antes?
No. Pero ahora sabemos gestionar peor el sufrimiento. Motivos para
sufrir siempre hay pero ahora somos más débiles. Pensamos que no es normal
tener dolor y que el médico no nos lo quite. Antes si te dolía algo suerte que
sólo era algo.
¿Qué te llevó a escribir sobre la felicidad?
En la vida cuando
miras hacia atrás ves que la pura casualidad es la que te lleva a hacer las
cosas. Soy especialista en dolor crónico y hago terapias para tratar el
sufrimiento. Me invitaron a dar una charla sobre felicidad, cuando yo suelo
hablar del dolor. Al buscar el hilo conductor llegué
al tema de la flexibilidad que para mi es el concepto más relacionado.
Ser flexibles ¿nos ayuda a ser más felices?
El concepto
flexibilidad lo he experimentado en mis pacientes. Algunos van al psicólogo y
mejoran, otros no hay manera.. Hay gente que viene abierta, dispuesta a
escuchar, a probar. Otros sólo dicen ‘pero yo no, pero yo no…’ Deberíamos saber cómo flexibilizar a los inflexibles.
¿Por qué somos tan poco flexibles?
Cuando nacemos no
sabemos nada de este mundo. Poco a poco nos formamos una opinión con valores y
creencias, esto es normal porque no podemos vivir en el caos y la confusión. Lo
que ocurre es que tenemos la tendencia de mirar lo que encaja en nuestros
esquemas, somos rígidos, lo que no encaja no
entra, no lo vemos. La rigidez o falta de flexibilidad no es un tema de edad, hay
gente mayor muy sabia porque ha aprendido a relativizar.
¿Qué evitamos, a qué tenemos
miedo y qué nos hace sufrir?
Todos tenemos una foto del futuro y cuando sufrimos más es
cuando no se cumple esa foto, cuando la realidad no encaja con lo que esperábamos. Por
ejemplo al tener un hijo, sin quererlo, determinamos muchos planes para él: que
esté sano, que crezca y coma bien, que vaya al colegio, que lo quieran, que
tenga amigos, que sea buena persona, que estudie y vaya a la universidad… si no
se cumplen los planes, sufrimos mucho.
Si no tuviéramos expectativas e ilusiones tampoco podríamos vivir, pero nos
enganchamos demasiado a ellas.
¿Vivimos más en el futuro que en el presente?
Lo importante es estar en el momento en el que vivimos,
saboreando y percibiendo el presente, pero también pensando conscientemente en
el futuro. Pongamos el ejemplo de la ducha… En lugar de disfrutar del
aroma del jabón, del placer del agua caliente (piensa que no todo el mundo en
este universo tiene posibilidad de darse una ducha), pensamos que voy a hacer
esa mañana, que me voy a poner, donde tengo que ir, si voy a llegar… Prueba a
vivir la ducha con los cinco sentidos y verás qué placer. No lo conseguirás a
la primera porque la mente se te irá, pero poco a poco aprenderás a
controlarla. Debemos aprovechar esos momentos para entrenar la mente, y poco a
poco podremos utilizar ese control en momento de estrés..
¿Cómo detectamos la inflexibilidad? ¿Cómo la combatimos?
Pongamos el
ejemplo de las relaciones de amistad. “Llame
a mi amiga tres veces y ella no me ha llamado ninguna, no la volveré a llamar,
le toca a ella”. Esto es una creencia que puede romper una amistad. Otras
creencias que lastran son lo que tenemos del matrimonio (esperamos TODO de la
pareja), por ejemplo, o cuando creemos que algo es justo o injusto. Es necesario flexibilizar nuestra idea de la justicia para
evitar algunos enfados o conflictos que son sólo fruto de la rigidez de nuestro
pensamiento. Ahora por ejemplo, está la creencia de que ‘si dejo el trabajo
no voy a encontrar otro’. Hay personas que ven un mundo más ancho, con más
oportunidades y se lanzan a la piscina.
Cuando ves tu mundo muy pequeño y reducido, todo es más difícil.
¿Somos los responsables de nuestra presión?
Mira cada cosa
que tienes apuntada en la agenda y busca detrás que creencias hay. Te pondré el
ejemplo de una abuela que se estresa porque le tiene que planchar las camisas a
su nieto. ¡Qué se las planche él! Le dirías, pero detrás de todo está el que la
quieran, el sentirse útil. Y ya no te hablo de la obsesión de la limpieza en
algunas mujeres.
¿Por qué somos tan rígidos?
Sí el día tiene
24 horas hay que quitar cosas de la agenda. Y no decir que no podemos dejar de
hacer nada. Pruébalo. Nuestro peor
enemigo somos nosotros mismos. La presión viene de dentro.
Yo padezco Dolor psicológico - por mi hipersesibilidad - (aunque gracias a ella tambien soy más feliz que quién no la padece. Y dolor Físico : padezco Sindrome MIofascial muy fuerte desde los tobillos hasta donde nace el cráneo.De esto último me trata el Dr. Carpintero de ls Unidad de Dolor- Hospital de Cabueñes(Gijón)llevo parches de Lidocaina y transdermicos Fendivia 50microgramos, aún así hay dias que no puedo moverme,pero no decaigo pues esos horribles dias pienso: Si con todos los parches y medicinas que llevo Tengo estos DOLORES, que sería de mi si no hubieran encontrado el diagnóstico (es de dificil diagnótico esta enfermedad)y tengo 46 años y es para siempre.
ResponEliminaPERO SOY FELIZ. SOY FLEXIBLE.