Hablando un
día Raúl López y yo, gran arquero y bellísima persona, sobre el amor, después
de nuestra sesión de psicología deportiva, me dijo una frase que siempre le
dice su padre: "Si no está para ti, no estará para ti
aunque te pongas, y si está para ti, estará para ti aunque te quites".
Cada persona
interpreta esta frase en función de sus experiencias personales y escala de
valores. La frase está relacionada con no forzar situaciones. Hay veces que
la impaciencia y la prisa te llevan a forzar y meterlo todo con calzador.
Pero la vida debería ser en muchas ocasiones un estado de flow, en el que poder
fluir, con armonía y paciencia. A veces deseas algo y lo deseas ya, con ímpetu,
sin parar a valorar si realmente es bueno para ti o no. Desatiendes muchas
señales porque no te interesa ni lo que oyes ni lo que ves, y te complicas con
personas y vivencias que fuerzas.
No interpretes
la frase como dejadez, bajar los brazos o falta de actitud. La frase no es
aplicable en ninguna situación en la que tú puedas entregarte, esforzarte,
buscar soluciones alternativas, reflexionar, dar más... Pero si piensas
tranquilamente, te darás cuenta de que hay muchas situaciones en la vida en que
si respetaras esta frase, te ahorrarías energía, tiempo y desgaste que nadie va
a valorar. Ejemplos seguro que tienes... y muchos.
¿Recuerdas aquella vez que perseguiste a la persona que no te
hacía ni caso? Te encandiló, te enamoraste e interpretaste
cualquier señal como que la otra persona también tenía interés por ti. He visto
a mucha gente en la consulta perder la dignidad y los papeles persiguiendo
fantasmas, arrastrarse, ser conocedores de que el otro u otra los estaba
ninguneando y aún así, agarrarse como si fuera la última oportunidad de sus
vidas. Hay situaciones en las que debes saber perder y dejarlo pasar: no te quiere, o
no te quiere lo suficiente como dice Greg en el libro Qué les pasa a los hombres. Que por
cierto, a este libro hay que dedicarle un artículo próximamente.
Otras personas
piensan que por comportarse de forma perfecta o intentarlo, van a conseguir que
les quieran. Y tampoco es así. Puedes ser una madre ejemplar, una esposa
magnífica, la trabajadora más eficaz, que si la otra persona no te quiere, no
va a atender a todas estas razones que para ti son suficientes y valiosas. El
motivo por el que alguien te quiere no tiene que coincidir precisamente con lo
que dicta tu escala de valores. Para ti, seguramente, ser detallista,
entregado, educado y culto son motivos de peso para que esa mujer que deseas se
enamore de ti. Pero, ¿te has planteado qué le atrae a ella? Igual
no coincide con lo que tú entiendes que son tus virtudes, igual necesita a
alguien deportista, con sentido del humor y que comparta aficiones con ella que
tú no tienes. No insistas, "ella, o él, no está para ti". No
trates de ser lo que esa persona necesita, porque tarde o temprano tendrás que
volver a ser tú mismo y entonces aparecerá el conflicto, o porque tú te
cansaste de fingir para conseguirla o porque ella te dirá "tú no eres el mismo de antes".
¡Y con razón!
Hay partidos
de fútbol en los que lo das todo, rematas a puerta, juegas con intensidad,
defiendes con seriedad... y OYE... ese día no está para ti. Te entregas a fondo
y no te llevas nada. Porque a pesar de saber competir y tener talento y
actitud, la suerte y el rival también participan. Eso sí, quédate con la
tranquilidad de haberte entregado. Si eres capaz de contestar a la pregunta ¿hay algo más
que podría haber hecho por ganar? Y la respuesta es claramente
"NO", descansa y piensa en la próxima competición. Y ojo, no seas
perfeccionista y le des vueltas a la cabeza pensando, "siempre se puede hacer algo más".
Me refiero con la pregunta a si existe algo claramente identificable que
pudieras haber trabajado.
A veces no
consigues lo que deseas porque simplemente no depende solo de ti, existen
terceras personas en el proceso que torpedean u opinan de forma diferente, o
tienen una escala de valores que nada tiene que ver con la tuya. Y dónde tú ves
éxito y que todo tendría que salir bien, los demás ven barreras o se las
inventan, pero las ponen.
Y qué decir de
la parte de la suerte que no es controlable, tanto de la buena suerte (una
persona compra solo un número de lotería y le toca y otra compra veinte décimos
y no le toca nada), como la mala suerte (conduces con prudencia por tu carril y
aparece un desalmado irresponsable con niveles de alcoholemia de más y te
provoca un accidente).
La frase no puede servirte para desatender tus obligaciones,
implicación y compromiso en aquello que sí depende de ti. Sería
trivializarla y no es ese el objetivo. El objetivo es relajarte y tomar conciencia de que existen
situaciones que forzarlas no va a provocar ni que ocurran, ni que mejoren.
Y que normalmente esas situaciones te dan señales que no escuchas (Como mandar
un mensaje detrás de otro a la persona que te interesa y la persona no te
responde. Pues no lo justifiques pensando que ha tenido un accidente, piensa
que puede ser que no le intereses lo suficiente, como dice Greg).
Sería mucho más constructivo dirigir la energía a aquello con lo
que puedas obtener
resultados. A veces no pasa nada por decir "se
acabó", e iniciar un camino y objetivo nuevos, que te llenen de
ilusión, que esforzarte suponga un premio, y que sea recíproco si se trata de
relaciones personales.
La vida da muchas vueltas y no sabes cuando esa energía que creías perdida te vuelve a ti. Como dijo Mandela “La mayor gloria no es caer, sino levantarse siempre”.
ResponEliminaPues yo hace poco leí una frase de Ghandi que enlaza con la de Mandela: ¨Cada vez que nos caemos nos levantamos con ayuda del suelo¨
ResponEliminaSaludos Joan
Gracias por vuestros comentarios, un abrazo!
EliminaJoan