¿Alguna vez has querido conseguir
algo, pero tú mismo te has puesto limitaciones para no alcanzarlo? Frases como
quiero llegar a esto, pero no tengo la capacidad;
no soy tan brillante; requiere mucho esfuerzo… son pensamientos que te
limitan y que te impiden conseguir aquello que deseas.
Nuestros pensamientos pueden abrirnos
puertas o cerrárnoslas. Eso depende de nosotros. ¿Quieres que tus pensamientos
te permitan crecer o por el contrario, prefieres quedarte donde estás y no
avanzar? A continuación, vamos a conocer esos pensamientos que nos limitan para
hacerles frente.
“La
mente de esclavo”
El pensamiento limitador te invita a
pensar siempre en el futuro y nunca en el presente. Evitar hacer ese viaje que
tanto deseas porque el día de mañana puedes necesitar ese dinero, el dilema de
comprar o no algo por el hecho de invertirlo en otra cosa mejor… Todos esos
pensamientos te limitan, te ponen en duda y en una lucha mental que te impide
decidir hoy, pensando siempre en el mañana.
¡Piensa hoy! Como se dice siempre ¡vive el
presente! Quién sabe qué pasará mañana, de verdad ¿quieres
limitarte? Mañana puede cambiar tu vida, puedes arrepentirte de no haber hecho
lo que querías. Así que hazlo ahora, porque los días pasan y no se repiten, y en
su transcurso todo cambia.
“La
mente desordenada”
Cuando nuestra mente no está
organizada, también se manifiesta en el exterior. Nuestra casa, nuestra propia
habitación, nuestro trabajo, nuestra vida. Todo es un caos, un desorden en el
que no sabemos por donde empezar para ponerle solución. Esto limita nuestra
vida y nos estresa.
Os pongo un ejemplo: una persona tiene
mucho trabajo, en casa también tiene sus propias obligaciones, pero todo está
hecho un caos y no sabe por donde empezar para organizarse. He aquí la
cuestión. Si
quieres ordenar tu mente organiza primero el exterior. Pon los
papeles en orden, limpia la casa, organiza tu agenda, etc. Esto te ayudará y tu
mente se sentirá ordenada y con todo claro para empezar a trabajar.
“La
mente victimista”
Existen más personas victimistas de lo
que pueda parecer en un principio. Quizás se sientan cómodas en su capacidad de
víctima, pero lo cierto es que su mente se ve limitada. ¿Cómo?
Una persona victimista siempre pensará
en que el
mundo está en su contra, que no ha alcanzado lo que esperaba por
culpa de otros, que nadie lo ha ayudado… Esto no hace más que ponerle
limitaciones. Su propia mente, su propia actitud ¡lo limitan!
Si ante cualquier adversidad nos
sentimos derrotados ¿qué nos espera? Nos sentiremos bajos de autoestima, impotentes, llenos de
rabia y de frustración. Y esto no es lo peor, lo peor es que nos
quedaremos quietos por no poder llevar el control.
Cambiemos nuestra forma de pensar.
Nadie está en nuestra contra, el mundo no está en nuestra contra. Dejemos de
culpar a otros por nuestras derrotas y aprendamos a afrontarlas para hacernos
más fuertes. Ir de víctimas no nos soluciona la vida, ¡no es más fácil! Todo lo
contrario, nos limita.
“La
mente insegura”
La inseguridad te impide avanzar, te hace
inconformista y sobre todo te limita. Creemos que no merecemos nada, que lo
poco que venga está bien porque no nos valoramos. No es así, ¡no te limites!
¿Por qué esa inseguridad? No hace
falta creerse el mejor o el apropiado para llevar a cabo lo que tengamos en
mente, pero sí es muy importante intentarlo.
Piensa en las oportunidades que
pierdes por limitarte de esta manera. Por ejemplo, si crees merecer un ascenso,
tu inseguridad te impedirá hablarlo con tu jefe. Ya no solo pedirlo, sino
hablarlo, sugerirlo. ¡Es lo que te mereces! Pero tu mente insegura te dice que
te conformes con lo que tienes.
Igualmente, sucede en otros ámbitos
como la vida en pareja. ¿Debemos tolerar a esa persona que nos humilla porque
no creemos merecer nada mejor? ¡Estás limitando tu vida! ¡Tu felicidad! Ponle
fin a los pensamientos que te limitan y sé feliz. Verás como todo irá mejor.
¿Conoces algún pensamiento más que te
limite? ¿Te has sentido identificado con esto? Si es así ¡ponles solución! No permitas que
tu vida sea regida por pensamientos que te limitan.
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