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dissabte, 30 de maig del 2015

"El reto es conseguir que haya vida después del nacimiento". Raúl Guerra Garrido. La Contra de La Vanguardia.

Raúl Guerra Garrido, novelista, premio Nacional de las Letras 2006, Nadal 1976


Tengo 77 años. Nací y vivo en Madrid, pero pasé 50 años en San Sebastián (fundador del Foro de Ermua). Estoy casado, tengo 4 hijos y 8 nietos. Soy doctor en Farmacia. Soy agnóstico. Creo en la dignidad, en la valentía y en que hay que ser uno mismo en toda circunstancia

El pacto del 'outsider'
Dice que los años te condenan a ser sincero, lúcido e incomprensible; que si no has traicionado demasiado los ideales que tenías de joven puedes seguir soportándote en la vejez. Es profundo y certero, pero imagínenlo tierno y con humor, que lo tiene, y de una sutileza e inteligencia que da gusto no sólo hablar con él, también estar en su compañía. Acaba de publicar La estrategia del outsider o la vuelta al mundo de Naraya Sola (Alianza Literaria), una especie de radiografía de la mente de un mirón que vive en la periferia de las normas sociales, que lo cuestiona todo pero que se moja: defendió posturas políticas críticas con el nacionalismo peneuvista y ha vivido amenazado.

Acabo de ver un anuncio fascista.

¿Cuál?
"Si no te recuerdan, no importa lo bueno que seas", está en todas las estaciones de tren.

Déjeme que adivine: ¿vendedores de lápidas?
Infraestructuras ferroviarias. Nefasto: es la versión de la utilidad de la ética.

Muy poco digno.
La dignidad es seguir siendo uno mismo cuando ser uno mismo es lo que más puede perjudicarte. ¿Por qué ser solidario cuando la gente te está mirando o aplaudiendo?

Usted sabe mucho de eso: de mantener su posición pese a la amenaza de muerte. ¿Cuál es el precio y cuál la recompensa?
La recompensa, que nadie puede quitártela, es poder mantener la mirada en el espejo mientras te afeitas cada mañana, eso es impagable. Pero pasarte media vida con guardaespaldas es pesadito.

ETA le ha matado a gente muy querida.
Muchísimos. Entre ellos, a un amigo íntimo simplemente por escribir lo que pensaba. Se llevó una parte de mí. Es tan terrible que cuando ves a algún amigo en televisión lo primero que piensas no es que le hayan dado un premio, sino que lo han asesinado.

¿Qué ha hecho con la rabia?
Hay que ser un tanto budista o confuciano: ser feliz es la mejor venganza.

La verdadera lucha contra el terrorismo la dieron los movimientos civiles.
Hay un lema de la revolución de los claveles que me gusta: "Di en la calle lo que hablas en casa". Eso ocurrió en el País Vasco.

¿Antes de eso reinaba el silencio?
En 1990 mi editor no se atrevió a publicar La carta, que explicaba por qué la gente no hablaba en el País Vasco y cómo se vivía con ese sentimiento de culpa por no ser nacionalista... Mejor hablemos de chicas.

... De acuerdo, hábleme de sus chicas.
Ava Gardner y Maite Espinosa, que me está durando mucho más. Los dos hemos querido seguir siendo uno mismo pero en pareja. Se trata de tener un proyecto.

Tener hijos era el proyecto de su época.
Ni tener hijos ni ganar dinero: lo esencial era llegar a nuestra edad y seguir acostándonos juntos. Todo lo demás era una herramienta para conseguir eso. Casi mejor volvamos a la política...

Defíname un outsider.
Es el anómalo, el que mira desde la periferia; alguien que decide vivir la vida como a él le gusta y no como le viene dada, y en esa opción se define como rebelde. El que no se adapta. En términos de colegio, los que suspenden y los sobresalientes. Pero ojo...

¿Con el rebelde de pegote?
Sí, con el toreo de salón.

Usted ha tenido desencuentros.
La independencia es fundamental y va acompañada de la disidencia, y los ismos, sean artísticos o políticos, no la admiten, exigen siempre una disciplina. Yo creo que hay que ser individualista en las ideas y solidario en los actos.

¿Por qué con la edad el pasado mejora?
Una de las mejores pintadas de la transición rezaba: "Con Franco éramos más jóvenes". Con la edad ganas experiencia y pierdes entusiasmo y fuerza.

Es perder mucho.
Mantener el entusiasmo y una dosis de ingenuidad (que en los tiempos que corren es dificilísimo) es muy importante.

¿Y dónde encuentra el entusiasmo?
Normalmente, en casa. Cuando nació mi octavo nieto, uno de sus hermanos, un mocoso, le dijo: "Bienvenido a Madrid", y el otro le corrigió: "Bienvenido a la Tierra". ¡Había en ellos tanto entusiasmo y optimismo! A los niños les parece tan magnífico vivir que hay que contagiarse..., siendo a la vez sanamente escépticos hasta el cinismo.

Es usted un malabarista de muchas pelotas.
La verdad es que somos capaces de asumir muchas incompatibilidades.

¿La vejez convierte en outsider?
Sí, eres desplazado, un parásito que consume y apenas da nada. Hay una frase que no es mía y me sabe fatal porque es genial: "Si crees que la vida te ha tratado injustamente, espera a la vejez". No perder el coraje, aguantar el tipo no es fácil.

Dígame algo bueno de ser viejo.
Desarrollas una capacidad maravillosa de perder el tiempo.

¿Qué merece la pena en la vida?
Conseguir que haya vida después del nacimiento; y creo que eso lo da el amor. Con los años te vas dando cuenta de cómo la amistad es un amor importantísimo. La cosa no tiene remedio, pero si hay complicidades...

La vida se lleva mucho mejor, cierto.
No quiero ponerme lírico, pero le traduciré los tres principios de la termodinámica -que rigen el mundo mecánico y físico- a la vida cotidiana. Son un poco demoledores.

Viniendo de usted...
Primero: usted no puede dejar de jugar esta partida. Segundo: no puede empatar esta partida. Tercero: no puede ganar esta partida. Ya ve, hay que disfrutar con la partida y que los compañeros sean gente agradable.


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