Tengo 57 años. Nací y vivo en Barcelona. Licenciada en Farmacia y en
Humanidades. Me he divorciado dos veces y he
enviudado de mi tercera pareja. Tengo dos hijos y dos nietos. En este país no hay apoyo político para emprender.
Me interesa el misticismo, pero no lo siento
QUE
INVENTEN ELLOS...
Es un claro ejemplo de emprendedora
creativa, pero también de que nadie es profeta en su tierra, y de cómo los
intereses creados se imponen al bien común. Ha creado un laboratorio que
comerrializa medicamentos en unidosis, algo que nadie ha hecho nunca y que
representa un ahorro considerable, público y privado, en el gasto de
medicamentos. Pero la idea se enfrenta a los intereses de las grandes compañías
del sector, a las que temen enfrentarse los políticos españoles. Son nuestros
vecinos, el Ministerio de Salud francés, quienes se lo están planteando.
Lástima, esta idea podría convertir a España en el primer creador y exportador
de medicamentos en unidosis.
Empezó muy joven
Terminé la carrera de Farmacia con 22
años y dos hijos, y monté un pequeño laboratorio de análisis clínicos. Pero
quería seguir formándome, así que paralelamente trabajé en la industria
farmacéutica.
¿Por qué se casó tan joven?
Me quedé embarazada a los 19 años y
pronto tuvimos el segundo hijo. Estaba encantada, mis hijos han sido muy
importantes para mí, estamos muy unidos.
Pocos años después de aquel primer
laboratorio montó su segunda empresa.
A los 30 años era una mujer divorciada
y con dos hijos a mi cargo. Vendí el laboratorio de análisis y creé sin apenas
recursos una compañía que desarrollaba medicamentos genéricos para todo el
mundo con sede en Bombay, en Berna y en Shanghai.
¿Se hizo rica?
Sí, pero de lo que más he aprendido, con diferencia,
es de arruinarme. Moralmente hoy sé adaptarme mucho mejor a las
circunstancias y las vivo con alegría, con aceptación, viéndole las
posibilidades. Y
he aprendido que puedo volver a levantarme.
Eso es importante, pero hay quien no
levanta cabeza.
Esta sociedad cree que arruinarse es
un fracaso. Sin embargo, hay culturas para las que fracasar varias veces es
signo de fortaleza, y ahora entiendo por qué.
¿Qué entiende?
Arruinarte te hace más fuerte, te demuestra
que puedes vivir con muchísimo y con muy poco.
Qué remedio.
...Y si sabes manejar tus
motivaciones, casi no te das cuenta. Claro que cuando fui muy rica, viví mucho
y cosas apasionantes. Pero he aprendido mucho más teniendo que volver a empezar.
Cuanto menos
tienes más libre eres, menos atado estás a las cosas.
La ruina también ata.
La tienes que gestionar, pese que los
pequeños empresarios nunca tenemos quita como los bancos. Debes saber perder para poder ganar.
¿Cuán rica era, qué tenía?
Viajaba mucho por placer y por
trabajo, conozco bien Asía y China. Tenía un palacio veneciano que yo misma
restauré y muchos amigos, organizaba conciertos y me podía permitir contratar a
músicos fantásticos. Tenía casa en Sitges y un barco precioso.
¿Cual era el problema?
Todo era un poco superfluo, vivía de puntillas. Ahora vivo más
intensamente.
¿Qué ocurrió?
Tuve una crisis personal, me divorcié
y la compañía acabó en manos de mi socio.
¿No le asustó la ruina?
No, yo soy optimista. Pienso que si
lucho lo voy a conseguir. A los pocos meses monté otra empresa, y lo hice
pensando, respondiendo a la pregunta: ¿qué hace falta?
¿Y?
Hace cuatro años puse en marcha un
laboratorio que comercializa medicamentos en unidosis, algo que nadie ha hecho
nunca.
Parece una buena idea.
Es un producto que permite al sistema
sanitario y a las personas ahorrar en el gasto de medicamentos, evita esos
cajones llenos de medicinas que acaban caducando.
¿Cuál es el truco? ¿Es más cara la unidosis
que la caja?
Vale exactamente igual una caja de 28
pastillas que 28 unidosis. Y también es bueno para prevenir la automedicación y
para el medio ambiente. Pero ni a la industria farmacéuáca ni a las farmacias
les interesa.
¿Qué dicen los políticos?
Tanto en España como en Catalunya
temen enfrentarse a los intereses empresariales de las grandes compañías. Si yo
le vendo una caja de seis pastillas pero usted sólo necesita tres, todos
pierden: el ciudadano y el sistema de salud, pero la industria gana
Es absurdo.
Francia está interesada y pronto lo
empezaré a comercializar en Chile, pero aquí no me apoyan porque las patronales
son muy poderosas.
¿Qué dicen las grandes compañías
farmacéuticas y las farmacias?
Que va en contra de sus intereses. Los
genéricos se impusieron porque los políticos tomaron cartas en el asunto y
antepusieron el bien público a los intereses privados.
Fue una movida internacional.
Ni las farmacias, ni los mayoristas ni
la industria se arruinarán con las unidosis, en cambio el ahorro para el
ciudadano y los sistemas de salud publica representa un 24%.
La innovación en este país siempre
choca con los intereses creados.
Es una lástima porque tanto Catalunya
como España podrían enorgullecerse de haber implantado un cambio en la dispensación
de medicamentos buena para el bolsillo, la salud y el medio ambiente.
¿Qué respuesta le dan los políticos?
Una respuesta política. Creo que
tantas trabas tienen que ver con el inmobilismo y la resistencia al cambio.
Otra respuesta típica de la industria farmacéutica es: ¿Yo qué gano con
esto?... ¡Es un avance! Pero, al final, creo que el sentido común se impondrá.
Rosa Pardina felicidades . . me quedo admirado de tal iniciativa y erés una lección de vida. No se como expresar mi admiración a mujer tan especial. casualmente he leido este articulo y me quedo con un mensje de mucha motivación Saludos desde México
ResponEliminaSaludos y muchas gracias!
ResponEliminaAdmirable
ResponEliminaMuchas gracias!
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