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dissabte, 1 de març del 2014

"Querer a los animales nos distingue como humanos". Jaume Fatjó. La Contra de la Vanguardia.

Jaume Fatjó, veterinario especializado en comportamiento animal.
Tengo 44 años. Barcelonés. Casado, una hija (9). Trabajo en el departamento de Psiquiatría de la UAB, estudio la relación entre animales de compañía y sus amos. La política se ha profesionalizado y el criterio de selección es el mantenimiento de la propia estructura. Soy ateo

"Vivimos en una sociedad dividida -dice Fatjó, director de la cátedra Fundación Affinity UAB-. La mitad tiene animales de compañía y la mitad no, pero el vínculo es ancestral". Sobre este vínculo y su especial intensidad nos habla el primer Análisis del Observatorio Fundación Affintity, formado por diferentes estudios (www.fundacion-affinity.org/observatorio). Las conclusiones de esta investigación demuestran que el papel de las mascotas va mucho más allá del de animal de compañía. De hecho, nueve de cada diez personas afirman que su perro siempre está ahí cuando necesitan afecto, consuelo, seguridad o motivación. No sustituyen a un amigo, son un amigo.

Cuántos españoles tienen perro o gato?
El 46% de los hogares, y la cifra va en aumento. Se les considera un miembro más de la familia.

¿Qué tipo de relaciones se establecen?
Parental: tratan a los animales como a niños. Según nuestras encuestas la gran mayoría reconoce darle a diario muestras de afecto a su perro, como abrazos (el 85%) o besos (76%); y lo mismo ocurre con los gatos.

Qué tierno.
Este estudio nos demuestra que si formas un vínculo con algún ser vivo, las demostraciones de afecto son inevitables.

Eso es bueno.
En principio los animales están preparados para tener vínculos afectivos con los de su especie, pero en el caso de los humanos y los animales de compañía el fenómeno biológico que se da es extraordinario: se produce un encaje entre dos especies distintas.

¿Por qué le parece tan extraordinario?
Porque ambas especies han hecho algo que es muy difícil: aceptar a la otra especie dentro de su sistema social, de manera que los perros se comportan con nosotros como lo hacen con otros perros y nosotros con ellos como lo haríamos con una persona.

Con una persona querida.
Muy querida, hay un fuerte vínculo emocional, el 63% de los propietarios les dicen cosas a sus perros que no dicen a nadie más. Tanto para hombres como para perros tener una red social en la que apoyarse es un indicador de bienestar mental.

No es bueno que el hombre esté solo, ni el lobo.
En los momentos bajos se busca el apoyo del animal de compañía como se haría con la red social, con la diferencia que ellos siempre están, y eso la gente lo valora mucho: nueve de cada diez propietarios aseguran que si todos le abandonaran, su perro seguiría a su lado, y que su perro es un motivo para levantarse cada día.

Es tu amigo.
Un amigo discreto. Y eso es muy valorado. Hay mucha gente que te explica que cuando se divorció o vivió un duro trance, su perro le ayudó mucho porque su apoyo emocional es incondicional.

¿Y los amos son agradecidos?
Según nuestra investigación, un 54% de las personas se llevan a su perro a visitar a los amigOs por lo menos una vez por semana; el 84% juega con él a diario y el 90% ve la tele acompañado de su mascota.

Son muy perceptivos, ¿o no?
Se mueven en un plano mental distinto al nuestro. Pero el perro, a lo largo del proceso de domesticación, ha adquirido una habilidad superior para interpretar el lenguaje no verbal y el estado emocional de las personas: un pequeño cambio en la voz, la mirada, un gesto... lo identifica al instante.

¿Captan los estados de ánimo?
Efectivamente: un perro sabe cuando su amo está triste o contento. No conocemos los mecanismos, pero sabemos que responden a los cambios de estados de ánimo.

¿Sustituimos el afecto humano por el del animal de rnmpañía?
Muchos piensan que tener una relación afectiva con los animales es un subproducto moderno, que hasta el siglo XX la relación era utilitarista. Pero el vínculo es ancestral: el perro lleva con el hombre 40.000 años, por eso es capaz de reconocer más de cien palabras distintas y relacionarlas con objetos distintos. Y déjeme que le cuente una teoría interesante.

Bien.
Los humanos nos distinguimos por nuestra capacidad de tener empatía por otras especies, algo que adquirimos en los últimos 10.000 años de historia evolutiva. Querer a los animales nos distingue como humanos.

...Y su afecto nos mantiene más sanos.
Sí, los propietarios de perros o gatos van un 15% menos al médico. En el caso de los hombres, además, tienen menos colesterol, triglicéridos y tensión arterial que los que no tienen animal de compañía... Las mujeres de más de 40 años con mascota tienen menor tensión arterial que las que no la tienen.

Datos curiosos.
Es la síntesis de muchos estudios a nivel internacional. Cuando acaricias a un perro o a un gato liberas una serie de neurotransmisores que proporcionan placer y se reducen los indicadores químicos de estrés.

¿Y cuál es la conexión emocional entre niños y mascotas?
Especialmente fuerte: ocho de cada diez niños (entre 9 y 12 años) prefieren jugar con su perro o con su gato antes que con los videojuegos, y cuando sienten tristeza o miedo, los lazos afectivos con su mascota son los que más les ayudan a superarlo. Los niños buscan a su mascota como fuente de consuelo en la misma medida que a sus padres y antes que a sus hermanos.

En lugares como Catalunya se mantiene muy a raya a los perros.

Este ecosistema más aséptico que son las ciudades, en las que apenas hay contacto con la tierra, es algo muy reciente, el ser humano siempre ha vivido con animales y es algo que le beneficia.


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