El Territorio Vacío está situado en el sur de Arabia y es una de las zonas
desérticas más vastas del mundo. En medio de sus grandes extensiones de arena
hay criaderos de langostas. Estos insectos son una de las peores plagas del
continente africano.
Un enjambre de langostas puede estar formado por más de ochenta millones de
insectos por kilómetro cuadrado, que se reproducen varias veces al año poniendo
cada uno más de cien huevos en cada puesta.
Cuando avanzan juntas, las langostas forman nubes ondulantes que llegan a
tapar el sol y pueden recorrer hasta ciento treinta kilómetros al día. Nada
queda a su paso. Devoran en segundos los campos de cultivo, las cosechas y las
ramas de un árbol dejando sólo su esqueleto.
El explorador británico Sir Wilfred
Thesiger descubrió que la temida langosta inicialmente es un inofensivo
saltamontes que, en ciertos casos, evoluciona volviéndose gregario y
extremadamente agresivo y voraz. Cuando hay sequía, su hábitat se reduce tanto
que el escaso espacio disponible hace que los saltamontes se agrupen. Parece
ser que, cuando la langosta se integra en un enjambre, experimenta una excitación
de las pilosidades que tiene detrás de sus patas y se vuelve agresiva y aniquiladora.
La lucha por el territorio y los recursos, el hacinamiento y la falta de
espacio generan agresividad y devastación. ¿También en los humanos?
La Vida viene a cuento. Relatos de Eocologia Emocional.
Jaume Soler y Mª Mercè Conangla.
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