Abordar uno tras otro,
marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Resistir es ganar
Una de las máximas más célebres del
pensamiento oriental es la de Lao-Tsé:
“Un viaje de mil millas empieza con el primer paso”.
Fácil de decir, pero difícil de hacer, ya que a menudo realizar el primer
movimiento cuesta más que cubrir las millas finales.
Empezar cualquier cosa exige una
importante concentración
de energía, como un cohete que gasta buena parte del combustible en
el despegue. Sobre todo si se trata de algo que no hemos hecho nunca, como
tocar un instrumento o iniciar una dieta, por ejemplo, dedicamos más tiempo a
pensar “debería hacer…” que a ponerlo en práctica.
Meditar en una tarea pendiente agota
más que trabajar en sí, pero, incluso cuando ya hemos empezado, el siguiente
reto es mantener
la hoja de ruta que nos llevará hasta la meta elegida.
“El éxito no está en el gran paso que
darás en el futuro. El éxito está en el pequeño paso que das ahora mismo”. Jonathan Martensson
VAMOS
A CONOCER LAS CLAVES PARA HACERLO POSIBLE.
Así como los astronautas se preparan a
conciencia antes de ser lanzados al espacio, a muy pequeña escala es útil
iniciar el día con un breve ejercicio de motivación para las horas que tenemos
por delante.
Jane
Ehrman,
coach de la clínica Cleveland de medicina integrativa, propone esta rutina de cinco minutos
diarios para empezar la jornada enfocados hacia aquello que queremos
conseguir.
Durante un minuto nos centraremos en la respiración,
sintiendo cómo el aire entra y sale por las fosas nasales. Esto ayuda a calmar
la mente y a detener las cavilaciones. Cuando nuestro pensamiento se desvíe,
devolveremos el foco a la respiración.
Acto seguido visualizaremos todo lo que merece nuestra
gratitud: el hecho de estar vivos, poder experimentar placeres,
tener un trabajo o al menos la oportunidad de usar nuestras habilidades, disfrutar
de personas que nos cuidan o que dotan de sentido nuestra existencia.
Al activar la gratitud, disiparemos
los pensamientos negativos. Ahora sentimos cómo una sonrisa aflora de forma
natural en nuestro rostro y dejamos de fruncir el ceño. Tomaremos conciencia de
las posibilidades de esta jornada y pensaremos en el objetivo prioritario que nos
hemos fijado para hoy.
Este ejercicio matinal de cinco
minutos tiene varios propósitos. Por una parte, empezar el día de forma relajada y
optimista. Por otra, determinar la pequeña meta que, por mucho que
se compliquen el resto de cosas, va a dar sentido a la jornada.
Este es un pequeño paso para un
hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Neil Armstrong
Hace unas décadas estuvieron de moda
los cursos de autoaprendizaje con títulos tan ambiciosos como Aprenda alemán en diez días. Pocos
lectores tenían fe en un milagro así en un tiempo tan corto. Tal vez por eso,
la inmensa mayoría tiraba la toalla antes de asimilar los rudimentos de la
lengua en cuestión.
No obstante, ¿qué pensaría usted si le
dijeran que aprendiendo solo una palabra al día, en ocho meses tendrá el mismo
vocabulario que un joven nativo?
Si atendemos a las estadísticas, no es
una promesa sin fundamento. Se ha calculado que el ciudadano medio español no
utiliza más de mil palabras en sus conversaciones, y que a muchos jóvenes les
basta con 240 palabras para expresarse en cualquier situación.
Según esto, una persona que se
esforzara en memorizar un término extranjero al día, mientras va repasando el
léxico anterior y práctica la gramática, al cabo de ocho meses –algo menos que
un curso escolar– podría hablar el idioma como un adolescente. ¿No es un
reto atractivo?
La misma dieta de uno por día puede
aplicarse a muchos otros desafíos que, planteados así, están a nuestro alcance:
Una breve sesión de ejercicios, aunque se limite
a un cuarto de hora, si se practica diariamente, producirá en pocas semanas un
cambio más que notable en nuestra forma física y tono vital.
Un desayuno saludable cada mañana no solo ayuda a
mantener el peso óptimo, sino que nos procurará la energía necesaria para
lograr un buen estado de ánimo de cara a otros retos.
Un sueño reparador de al menos siete horas cada
noche promueve asimismo un estado de concentración que facilita conseguir lo
que nos hemos propuesto.
Muchas personas echan a correr hacia
un objetivo que luego abandonan al primer contratiempo, o incluso sin que haya
ninguno. La
invisible pero implacable fricción del tiempo hace que los mejores propósitos
pinchen antes de empezar a ver los frutos.
Acostumbrados como estamos a la
inmediatez, el solo hecho de que los resultados se hagan esperar contribuye al
abandono.
¿Cuántas novelas se dejan de escribir
después de las febriles primeras páginas? ¿Por qué hay tantas personas que,
tras darse de baja, vuelven a inscribirse en el gimnasio el año siguiente?
En la filosofía de “un paso firme
cada día”, resistir es ganar. Aquel que mantiene su objetivo y va
sumando un pequeño esfuerzo diario, incluso los días que invitan a no hacer
nada, conseguirá casi todo lo que se proponga.
Acerca de esto, el periodista y
escritor Ignacio Novo hace un símil entre las metas que se consiguen paso a
paso y una expedición a la montaña:
“Comprométete con tu meta como si te casaras con ella. No te
quites mentalmente nunca las botas de caminar. Prepárate para padecer, y no
solo la abrupta dureza del camino o las inclemencias del tiempo, sobre todo la
incomprensión de los perezosos que intentarán que renuncies. Descarta los
atajos y los rodeos. No tengas miedo a las subidas y controla tu ritmo en las
bajadas. Exígete todos los días un paso
más, aun cuando estés ya vacío de energía”.
Lo difícil es mantenerse en el camino hasta
llegar a la meta”. Eusebio
Gómez Navarro
Son muchos los obstáculos que se
pueden encontrar y que pueden frustrar el ascenso a la cumbre. Veamos algunos.
Pereza. Tiene
numerosas causas, entre ellas la ausencia de novedad, cuando ya hemos
demostrado que somos capaces de empezar. La falta de sueño –aunque parezca
obvio– y/o una alimentación pesada ayudan también a anestesiar nuestros
propósitos.
Dispersión. La
sobredosis de estímulos, muy especialmente a través de las redes sociales, es
un martillo que acaba destrozando los planes más firmes. El carácter hipnótico
de estas plataformas no solo nos sustrae de aquello que queremos hacer, sino
que agota nuestra capacidad de atención al entrar y salir constantemente de
Facebook, Twitter o del correo electrónico.
Dudas.
Cuando empezamos a preguntarnos si hemos tomado el camino correcto o si no
habrá otro mejor, nuestro paso se vuelve más lento y pesado. Es lícito y sano
dudar cuando estamos fraguando un proyecto, pero, una vez en la senda,
permitamos ver adónde nos lleva.
Ignacio Novo menciona en su libro Frases para cambiar tu vida un
pensamiento de Lao-Tsé, con quien hemos empezado este artículo, para entender
las claves secretas de cualquier travesía: “Proyecta lo
difícil partiendo de donde aún es fácil. Realiza lo grande partiendo de donde
aún es pequeño. Todo lo difícil comienza siempre fácil. Todo lo grande comienza
siempre pequeño”.
Es una lúcida reflexión para calzarnos
las botas y emprender, paso a paso, la senda hacia lo que ayer parecía
imposible. Disfrute usted del camino.
EL
CAMINO HACIA NUESTRA META
Libros
‘Tao Te Ching’, de Lao-Tsé. Su sencillez y
versatilidad hacen de este pequeño tratado de filosofía taoísta una brújula
segura para trazar nuestro itinerario vital.
Películas
‘El camino a casa’, de Zhang Yimou (Sony). De la
China ancestral a este clásico moderno sobre los senderos que, paso a paso,
acercan las almas más dispares a la encrucijada del amor. Una inyección de
belleza absoluta.
Discos
‘Philarmonics’, de Agnes Obel (Altafonte). El primer
disco de esta pianista y cantante danesa es una fuente de inspiración constante
y tranquila. Canciones como Riverside, Avenue o la que da título al disco son
la banda sonora ideal para caminantes sensibles.
Maravilloso blog, un placer leer lo.
ResponEliminaEnhorabuena !!!
Un cordial saludo.