Cuando piensas en ser feliz, te da
miedo, y tu vida transcurre esperando una felicidad que parece no llegar nunca,
pero al mismo tiempo, temes que llegue. ¿Por qué te ocurre esto? Se llama "querofobia"
y es más habitual de lo que parece.
Quien la padece, tiene un miedo
inexplicable a todo lo que le aporta alegría o le hace feliz: a que se acabe,
a que desaparezca, a que se destruya, a que le ocurra algo malo como castigo,
etc. Cuando somos muy felices, todos tememos el fin de nuestra
felicidad, pero al querofóbico, este miedo no le permite disfrutar de sus
buenos momentos, haciendo que se convierta en un ser nostálgico, o que piensa
en los que no pueden disfrutar de lo que él tiene. ¿Te ocurre algo parecido
algunas veces? Pues ten cuidado, no dejes que se convierta en una norma en tu
vida.
¿Qué entiendes por felicidad? Alcanzar tus
sueños, un instante de paz, dedicarte a lo que te gusta, etc. Sí, es una
pregunta difícil de contestar, sin embargo, seguro que tú también tienes
tendencia a definir tu propia felicidad. Esto es un error de pensamiento y has
de ser consciente de que lo haces, si quieres evitar el miedo. La felicidad es
un estado, una sensación, no es algo que podamos especificar con palabras ni
pensamientos. La
única manera de concretar qué es la felicidad para ti, es sintiéndola.
Tu
miedo a ser feliz proviene de la educación que recibiste. No
importa cómo, lo relevante es que aprendiste que tenías que sentir miedo. Por
ejemplo, si te acostumbraron a no expresar tu alegría con demasiada libertad, por
miedo al que dirán, a la envidia, etc. Tu subconsciente cree que no debes ser
feliz por si acaso la vida te juega una mala pasada para compensar tu buena
suerte. Este pensamiento es ilógico y falso, pero está incrustado en tu cerebro
y es el culpable de que tengas miedo. También la opinión que tienes sobre ti, es una pieza
importante de este engranaje. Como
a la mayoría, te educaron para no pensar bien de ti mismo, para vivir con una
baja autoestima y unos pensamientos acerca de lo que dices y haces, de tu forma
de vivir y de actuar, que se contradicen con tu idea de la felicidad.
Entonces, ¿cómo vas a ser feliz, si no lo mereces? Con
este concepto negativo de ti, es lógico que no te permitas serlo y es normal
que el miedo aparezca, pues aparecen también todos los obstáculos que sabes que
tendrías que superar para llegar a serlo. Esto se convierte en una cadena o
círculo vicioso que, además de evitar tu felicidad, te hace temeroso y ciego, ante
nuevas perspectivas o posibilidades. ¿Y si nunca lo logras? Esta pregunta
también produce tu miedo. Sabes que si tomas la decisión de ser feliz, tendrás
que arriesgarte, tendrás que actuar y hacer todos los cambios necesarios en tu
vida para mantener ese estado de felicidad. Demasiada presión y responsabilidad, ¿verdad?
El error que cometes es pensar en un
futuro que ni siquiera existe. ¿Quién te asegura que seguirás aquí en los
próximos cinco minutos? Y si sabes esto, ¿por qué continúas imaginando, sacando
conclusiones precipitadas, cargándote el proceso de cambio de tu vida, antes de
que ocurra?
¿La solución? Esfuérzate (y si ya lo haces y no te
ha dado resultado, haz un esfuerzo mayor) en observar el presente hasta
alcanzar la sensación de vivirlo verdaderamente. Para la felicidad, el presente es
el único tiempo que existe y que cuenta. ¿Y por qué no ahora? Piensa
que es más fácil y rápido alcanzar lo que deseas si eres feliz y muestras tu
felicidad al mundo.
Ser feliz, es una decisión, la tuya. Y además, qué mejor manera
de agradecer el regalo que te da la vida que...siendo feliz. ¿Estás dispuesto a
intentarlo?
Mar Cantero Sánchez.
www.piensaesgratis.com/
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