Soy pequeñita. Vuelo, aunque no
siempre he volado. Tengo la capacidad de transformarme y he pasado de ser una
especie de gusano gris y sin gracia a convertirme en un ser alegre y de lindos
colores que vuela sin tener plumas.
No aspiro a lo más alto. He
conseguido la altura adecuada y tengo una buena perspectiva de lo que hay
encima y debajo. Cuando quiero, bajo al suelo pero, como no peso, también puedo
subirme a una flor o pasearme a lomos de un animal al que, por supuesto, no
molesto porque no lo muerdo ni lo canso.
A veces, me dejo llevar por las
corrientes de aire y, entonces, sin esfuerzo, viajo a paisajes sorprendentes
que el viento elige por mí. Soy un ser pacífico y mantengo una buena relación
con todos. Soy delicada y frágil pero a la vez soy fuerte, porque sé elegir
cuál es el momento oportuno para salir a volar y cuál para posarme. No hago
ruido ni canto. Me muevo en silencio, sin hacer aspavientos.
Soy poderosa. Dicen que si
muevo mis alas en una zona del planeta, mi movimiento ampliado puede llegar a
provocar un huracán en el otro extremo. Por mi parte intento hacer un poco más
agradable y bello el mundo en el que vivo. Mi vida es breve. Pero morí una vez
gusano y renací mariposa.
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