La vida de una persona, aunque singular, es a
menudo una repetición
o una recreación del pasado. Con frecuencia vivimos de la misma
manera que lo hicimos con nuestras familias o en nuestro colegio, sin
preguntarnos qué
es lo que realmente queremos o si esa es la forma en la que creemos
que deben hacerse las cosas.
Lo que vivimos en el pasado nos ha hecho quienes
somos y nos ha llevado a donde estamos ahora. Pero siempre es posible cambiar. Sin
embargo, para lograr un cambio duradero que no nos ayude a avanzar hacia
nuestra nueva vida es necesario conocernos en profundidad, y dar respuesta
sincera a algunas preguntas complicadas: ¿Cómo nos convertimos en lo que somos?, ¿Cómo podemos
actuar de forma diferente?.
Pensemos. Adaptaciones negativas a nuestro entorno
temprano nos pueden haber llevado a desarrollar los rasgos que nos
caracterizan: tanto aquellos que nos gustan como aquellos que no. De hecho, los
comportamientos en nosotros que nos gustan menos son, habitualmente,
características negativas de personas que nos influyeron de pequeños -padres,
profesores u otros cuidadores importantes- que hemos asumido como nuestras.
Cuando miramos de cerca estos rasgos, podemos empezar a notar cómo afectan a
nuestras carreras, a nuestras relaciones y a nuestros objetivos en la vida.
El proceso de diferenciación, en el que nos
separamos de las costumbres que hemos establecido por imitación, no suele ser
un paseo fácil ya que la interpretación del mundo que defendemos está
construida como un rompecabezas. En este puzzle, unas ideas se sostienen en
otras y quitar una puede hacer caer el rompecabezas entero. Así, muchas veces
preferimos mantener
ideas que sabemos equivocadas para no asomarnos al abismo de analizar nuestra
construcción en profundidad y tener que derribarla.
El doctor Robert Firestone describe este proceso
de diferenciación como un camino con siete pasos para liberarse de las recetas
del pasado y convertirse en lo que realmente somos. Estos son los pasos:
7 pasos para
vivir la vida que siempre quisiste
#1 – Analiza las
actitudes que te hacen daño. Comienza escribiendo la actitud de esa
persona influyente en tu vida en su forma más extrema. Examina esa actitud
desde fuera.
#2 –
Una vez que identificadas estas actitudes, piensa en la manera en que afectan a tus
cogniciones, conductas y sentimientos.
#3 – Elimina la
actitud defensiva como costumbre. Las personas a menudo tienen
varios puntos ciegos en su pasado que les impide ver la influencia de éste
sobre el presente. ¿Cómo eliminar esta falta de visibilidad? Una buena idea es
hablar con personas que hayan llegado recientemente a tu vida y que pueden ver
las cosas desde una distancia mayor.
#4 –
Una vez que reconozcas y delimites la influencia de tu pasado sobre el momento
actual que vives, podrás señalar con mayor facilidad lo que quieres cambiar.
#5
– Tomar nota de los momentos en que reaccionas de
una forma que no quieres es muy útil para el proceso de
diferenciación, y te permite conocerte mejor, identificando patrones y
preguntándote sobre lo que está pasando en esos momentos. A menudo, nuestras
reacciones automáticas nos condicionan en gran medida y hacen que nos
sumerjamos en sentimientos tan desagradables como la culpa.
#6 – La
incapacidad inicial para superar los comportamientos no deseados puede provocar
ansiedad e inseguridad. Trata de resistir la tentación de dejar de intentarlo y
tómate en serio tus metas. Nadie dijo que fuera fácil.
#7 – Y
recuerda: nadie
es perfecto. Los patrones que
estás tratando de cambiar tienen profundos lazos emocionales, son tu pasado. Si
descubres que has estado repitiendo un error constantemente no te juzgues con
dureza ni lo generalices. Asume que tu comportamiento era consecuente con tu manera
de pensar y que afortunadamente la has cambiado.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada