“Porque sin
buscarte te ando encontrado por todos los lados, principalmente cuando cierro
los ojos”. Julio
Cortazar
El amor es el
sentimiento al que más palabras se le han dedicado, pero, probablemente, solamente el
que lo probó lo sabe. Por otro lado, nadie quiere un amor perfecto
sino un amor verdadero, en el que precisamente los defectos se puedan entender
con el propio sentimiento. Reírse de los despistes, planear locuras que pueden
tener un precio, coleccionar minutos mientras la otra persona se arregla…
Así, se nos ha
ocurrido preguntarnos qué es lo que tienen en común todas aquellas parejas que
parecen disfrutar de todo aquello que las une y hemos encontrado las
características que os contamos a continuación.
¿Cuáles
serían las características de una buena relación de pareja?
Ser parte de
una buena y auténtica relación te permite aprender infinidad de cosas sanas y
bellas. Te sientes parte de un equipo fuerte e indivisible, actúas de forma
distinta a como lo haces con otras relaciones. Probablemente eres más
comprensivo y capaz de aceptar incondicionalmente a tu pareja.
Hoy hablaremos
de qué 5 aprendizajes solemos obtener cuando tenemos una relación sana y buena
para ambas personas, en definitiva una relación positiva:
- Aprendes a confiar en tu pareja. La base de cualquier tipo de relación, y más de
pareja, es la confianza que depositamos en la otra persona y viceversa. El amor nace de
confiar.
Las mejores
relaciones parten y se construyen sobre una confianza profunda, diseñada como
el apoyo sólido que necesita la pareja para poder comunicarse de una forma
abierta y sincera. Si estás viviendo una relación en la cual la confianza no
existe, te invito a realizarte esta pregunta: ¿Para qué vas a sostener tu vida sobre una
persona que no confías?
- Fomentas el crecimiento y el cambio de
ambos. Cuando vivimos una buena relación, ambas partes deben fomentar y potenciar
el crecimiento y el cambio de cada uno. Todos tenemos el derecho y el placer de
descubrir,
aprender y mejorar como personas. Tu pareja debe ser una ayuda en
tus sueños particulares y nunca un obstáculo que se reproduce día a día.
A cambio,
brindar ese apoyo a la otra persona es necesario y precioso. Animaros uno a
otro a explorar,
descubrir y aprender nuevas actividades que os permitan seguir
creciendo y sintiendo la vida. Eso alejará la rutina dentro de tu relación y
alimentará el amor del uno por el otro, sintiendo una seguridad emocional
única.
- Aprendes que los malos entendidos son
inevitables. Aun gozando de una relación sana y gratificante en todos los
niveles, es normal que cada uno de nosotros percibamos y entendamos todo de una
forma particular; puede ser muy parecida a la de otra persona, pero siempre
tendrá sus matices.
Es natural que
en una pareja haya malos entendidos. Lo que es importante en este caso es
reflexionar antes de decir lo primero que “se nos pase por la cabeza” cuando
interpretamos las palabras a nuestra manera, y luego nos damos cuenta que
nuestra pareja quería decir totalmente lo contrario.
Es entonces
cuando tenemos que ser humildes y probablemente ser capaces de
reconocer el error y dejarlo ir. Si continuamente estas recordando los fallos
que cometió él/ella en otras ocasiones, solo lograrás lastimar la relación y
causar problemas de comunicación en un futuro. Muchas veces, lo que decimos se
interpreta de forma incorrecta y nos frustramos por ello. No desesperes.
Respira hondo, tómate tiempo y ten en cuenta que tu pareja siempre tendrá una forma de percibir la
vida diferente a ti, aunque sea en una pequeñísima medida.
Al fin y al
cabo tu pareja es única, por eso le amas y decidiste compartir un pedacito de
tu corazón con ella. Nada de lo que haga lo hará con un fondo negativo, eso
seguro. Perdona los malos entendidos siempre que puedas y no los dejes pasar en
el tiempo.
– Admites tus debilidades. Cuando
comenzamos una relación y nos enamoramos, percibimos y sentimos a la otra
persona como un superhéroe. Pero, seamos sinceros. Tú y yo sabemos que no lo
es, ni tú deberías pretender que lo fuese. Somos únicos y como seres humanos tenemos el
don de cometer fallos para aprender.
Es bueno que
seas sincero contigo mismo, te quieras incondicionalmente y no te importe que
esos fallos se vean en la relación. Para tener una relación estable y seria, un
buen requisito es que las debilidades sean visibles para ambos. Esto
permitirá que tu pareja sea más sensible con las cosas que te molestan,
pudiéndote ayudar a mejorarlas si estás dispuesto y aprender donde necesitas
ayuda. Vuestro vínculo interior crecerá.
– Muestras tus sentimientos. Para gozar
de una verdadera y sana relación, lo peor que podemos hacer es jugar con los
sentimientos. ¿Esto qué quiere decir? Tu pareja siempre debe sentirse
amada, respetada y querida. Utiliza las muestras de cariño para algo más y en
más circunstancias que en las de recompensar una acción del otro.
Aunque uno de
los dos se enfade o moleste, tened presente en vuestro corazón que os amáis y
que, probablemente en ese momento solo estéis demandando ese cariño que se echa
de menos. Es necesario que ambos sepáis lo que sentís cuando lo creas
necesario: en momentos de tensión, malos entendidos o discusiones. Para ello,
tómate tiempo para expresar tus sentimientos de forma que tu
pareja no los pueda malinterpretar.
Como siempre
nos gusta recalcar, cuando hablamos de las relaciones de pareja, cada una tiene
sus tiempo,
estadio y evolución. Los aprendizajes que aquí os traemos son los
más habituales y los que muchos de nosotros sentimos cuando compartimos un amor
verdadero.
Nuestros
aprendizajes siempre son mejorables y se pueden desarrollar prácticamente sin
límites. Os animo a que seáis conscientes de cada uno de ellos con vuestra
pareja y los desarrolléis.
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