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divendres, 27 de febrer del 2015

5 cosas que aprendemos del amor verdadero. La mente es maravillosa.

“Porque sin buscarte te ando encontrado por todos los lados, principalmente cuando cierro los ojos”. Julio Cortazar

El amor es el sentimiento al que más palabras se le han dedicado, pero, probablemente, solamente el que lo probó lo sabe. Por otro lado, nadie quiere un amor perfecto sino un amor verdadero, en el que precisamente los defectos se puedan entender con el propio sentimiento. Reírse de los despistes, planear locuras que pueden tener un precio, coleccionar minutos mientras la otra persona se arregla…
Así, se nos ha ocurrido preguntarnos qué es lo que tienen en común todas aquellas parejas que parecen disfrutar de todo aquello que las une y hemos encontrado las características que os contamos a continuación.

¿Cuáles serían las características de una buena relación de pareja?
Ser parte de una buena y auténtica relación te permite aprender infinidad de cosas sanas y bellas. Te sientes parte de un equipo fuerte e indivisible, actúas de forma distinta a como lo haces con otras relaciones. Probablemente eres más comprensivo y capaz de aceptar incondicionalmente a tu pareja.
Hoy hablaremos de qué 5 aprendizajes solemos obtener cuando tenemos una relación sana y buena para ambas personas, en definitiva una relación positiva:
- Aprendes a confiar en tu pareja. La base de cualquier tipo de relación, y más de pareja, es la confianza que depositamos en la otra persona y viceversa. El amor nace de confiar.
Las mejores relaciones parten y se construyen sobre una confianza profunda, diseñada como el apoyo sólido que necesita la pareja para poder comunicarse de una forma abierta y sincera. Si estás viviendo una relación en la cual la confianza no existe, te invito a realizarte esta pregunta: ¿Para qué vas a sostener tu vida sobre una persona que no confías?

- Fomentas el crecimiento y el cambio de ambos. Cuando vivimos una buena relación, ambas partes deben fomentar y potenciar el crecimiento y el cambio de cada uno. Todos tenemos el derecho y el placer de descubrir, aprender y mejorar como personas. Tu pareja debe ser una ayuda en tus sueños particulares y nunca un obstáculo que se reproduce día a día.
A cambio, brindar ese apoyo a la otra persona es necesario y precioso. Animaros uno a otro a explorar, descubrir y aprender nuevas actividades que os permitan seguir creciendo y sintiendo la vida. Eso alejará la rutina dentro de tu relación y alimentará el amor del uno por el otro, sintiendo una seguridad emocional única.

- Aprendes que los malos entendidos son inevitables. Aun gozando de una relación sana y gratificante en todos los niveles, es normal que cada uno de nosotros percibamos y entendamos todo de una forma particular; puede ser muy parecida a la de otra persona, pero siempre tendrá sus matices.
Es natural que en una pareja haya malos entendidos. Lo que es importante en este caso es reflexionar antes de decir lo primero que “se nos pase por la cabeza” cuando interpretamos las palabras a nuestra manera, y luego nos damos cuenta que nuestra pareja quería decir totalmente lo contrario.
Es entonces cuando tenemos que ser humildes y probablemente ser capaces de reconocer el error y dejarlo ir. Si continuamente estas recordando los fallos que cometió él/ella en otras ocasiones, solo lograrás lastimar la relación y causar problemas de comunicación en un futuro. Muchas veces, lo que decimos se interpreta de forma incorrecta y nos frustramos por ello. No desesperes. Respira hondo, tómate tiempo y ten en cuenta que tu pareja siempre tendrá una forma de percibir la vida diferente a ti, aunque sea en una pequeñísima medida.
Al fin y al cabo tu pareja es única, por eso le amas y decidiste compartir un pedacito de tu corazón con ella. Nada de lo que haga lo hará con un fondo negativo, eso seguro. Perdona los malos entendidos siempre que puedas y no los dejes pasar en el tiempo.

Admites tus debilidades. Cuando comenzamos una relación y nos enamoramos, percibimos y sentimos a la otra persona como un superhéroe. Pero, seamos sinceros. Tú y yo sabemos que no lo es, ni tú deberías pretender que lo fuese. Somos únicos y como seres humanos tenemos el don de cometer fallos para aprender.
Es bueno que seas sincero contigo mismo, te quieras incondicionalmente y no te importe que esos fallos se vean en la relación. Para tener una relación estable y seria, un buen requisito es que las debilidades sean visibles para ambos. Esto permitirá que tu pareja sea más sensible con las cosas que te molestan, pudiéndote ayudar a mejorarlas si estás dispuesto y aprender donde necesitas ayuda. Vuestro vínculo interior crecerá.

Muestras tus sentimientos. Para gozar de una verdadera y sana relación, lo peor que podemos hacer es jugar con los sentimientos. ¿Esto qué quiere decir? Tu pareja siempre debe sentirse amada, respetada y querida. Utiliza las muestras de cariño para algo más y en más circunstancias que en las de recompensar una acción del otro.
Aunque uno de los dos se enfade o moleste, tened presente en vuestro corazón que os amáis y que, probablemente en ese momento solo estéis demandando ese cariño que se echa de menos. Es necesario que ambos sepáis lo que sentís cuando lo creas necesario: en momentos de tensión, malos entendidos o discusiones. Para ello, tómate tiempo para expresar tus sentimientos de forma que tu pareja no los pueda malinterpretar.
Como siempre nos gusta recalcar, cuando hablamos de las relaciones de pareja, cada una tiene sus tiempo, estadio y evolución. Los aprendizajes que aquí os traemos son los más habituales y los que muchos de nosotros sentimos cuando compartimos un amor verdadero.

Nuestros aprendizajes siempre son mejorables y se pueden desarrollar prácticamente sin límites. Os animo a que seáis conscientes de cada uno de ellos con vuestra pareja y los desarrolléis. 


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