Ilustración Anna Parini |
Los mensajes de la intuición son
determinantes para nuestro éxito y nuestra creatividad, siempre que podamos
contar con el apoyo de una mente racional
Nuestro corazón tiene razones que la razón
desconoce. Blaise Pascal
Aunque a menudo no le damos importancia, la
intuición viene a ser un sexto sentido que, en palabras de Carl Gustav Jung, “explora lo
desconocido y adivina posibilidades que a veces no son evidentes”.
En el mundo de los negocios, la ciencia e incluso la política, el poder
intuitivo desempeña un papel fundamental. Quien desarrolla esta forma de
percepción es capaz de captar indicios de lo que sucederá en el futuro.
Julio Verne es un ejemplo
clásico de creador intuitivo y visionario. Varias de sus invenciones literarias
acabaron plasmándose en la realidad un siglo más tarde. Sin embargo, el llamado
sexto
sentido también opera en la vida cotidiana. Exclamamos “¡Tengo una corazonada!” cuando la oficina
del inconsciente, que trabaja día y noche, nos da una información que puede ser
vital para nuestro futuro inmediato.
El psiquiatra Eric
Berne, fundador del análisis transaccional, observó que los niños
desarrollan su inteligencia intuitiva entre los 6 y 18 meses de vida. Denominó “pequeño
profesor” a esta capacidad para detectar cambios sutiles en el tono
de voz de los adultos, por ejemplo, con los que el pequeño se da cuenta de si
hay o no tensión en el ambiente, y de si es aceptado en su entorno. Esta
herramienta tan desarrollada en los llamados “animales superiores”, como los
perros y gatos que conviven con nosotros, está también presente en todo ser
humano. Pero a menudo la desatendemos y queda eclipsada por el pensamiento
racional.
Sin embargo, tener bien engrasado nuestro sexto
sentido es clave para lograr el éxito en muchos ámbitos de la vida. El
guardameta, por ejemplo, se sirve de la intuición para lanzarse al lado de la
portería donde será chutado el penalti instantes antes del disparo. Del mismo
modo actúan algunos inversores en Bolsa o la mayoría de editores, que contratan
un libro que saldrá al mercado uno o dos años más tarde, con lo que solo pueden
intuir lo que será el gusto de los futuros lectores.
La mente intuitiva es un regalo sagrado, y la
mente racional es un sirviente fiel. Hemos creado una sociedad que honra al
sirviente y se olvida del regalo”. Albert Einstein
En su libro Intuition: Its Powers and Perils (La
intuición: sus fuerzas y peligros), David
G. Myers habla del “procesamiento dual” de los acontecimientos.
Este es consciente e inconsciente a la vez, lo cual nos permite saber mucho más
de lo que creemos que sabemos. En sus propias palabras: “Somos capaces de diagnosticar problemas y
tomar decisiones, igual que un mecánico de automóviles o un médico después de
escuchar o dar un vistazo. Un profesional del juego del ajedrez, por ejemplo,
tras una rápida mirada al tablero, puede, de manera intuitiva, saber cuál es el
movimiento correcto basándose en miles de opciones almacenadas en su memoria”.
En su libro La inteligencia emocional aplicada al liderazgo y a las
organizaciones, Robert K.
Cooper y Ayman Sawaf mencionan
un estudio que analizó a 93 ganadores de premios Nobel en un periodo de 16
años. Al estudiar los procesos que estas personalidades habían seguido para
alcanzar sus descubrimientos, concluyeron que en 82 casos la intuición había
desempeñado un papel importante, mientras que solo 11 se habían servido de
forma casi exclusiva de la lógica racional y los hechos conocidos.
La intuición es, por tanto, un poderoso aliado,
pero corremos peligro si no la complementamos con el pensamiento racional y la
observación de los hechos. Muchas personas sobrevaloran sus corazonadas, lo
cual les hace perder dinero en malas inversiones, contratar a empleados sin
periodo de prueba o, en el plano sentimental, aventurarse en relaciones
catastróficas por haber seguido un impulso irracional. El valor de nuestro sexto sentido se
multiplica con la experiencia y el análisis racional, y a la inversa.
Muchas predicciones científicas y empresariales han fracasado estrepitosamente
al basarse solo en hechos contrastados e ignorar las inspiraciones que
provienen de la intuición. Veamos algunas de ellas.
En 1486, los asesores de los Reyes Católicos evaluaron así la propuesta de Cristóbal Colón: “Tantos siglos después de la Creación es improbable que
alguien pueda encontrar tierras desconocidas con algún valor”. En
1830, Dionysius Lardner, catedrático
de Filosofía Natural y Astronomía del University College de Londres, afirmaba: “Los viajes en
trenes de alta velocidad no son posibles porque los pasajeros no podrán
respirar y morirán asfixiados”. En 1981, Bill Gates declaró que “640 kilobytes deberían ser suficientes para cualquier
persona”. Un iPhone 6 tiene 128 millones de kilobytes.
La lista de predicciones fallidas es tan
interminable como la de aciertos logrados tras sumar el conocimiento racional a
una emoción que nos señala algo importante.
Nuestra mente es capaz de anticipar,de hacer un
pequeño salto en el futuro para advertirnos de los peligros. Dick Bierman
Ilustración Anna Parini |
Hablamos de un “golpe de inspiración” cuando un
artista es pionero en un estilo que acabará siendo una moda generalizada, o
cuando un fabricante lanza al mercado un producto que no existía, ni siquiera
en la mente de los consumidores.
Lo que a menudo se engloba en el concepto “pensamiento
lateral” sirve también para hallar respuesta a problemas que no
hemos logrado resolver a través del pensamiento racional. El periodista y
psicólogo Erik Pigani dice al
respecto: “Encontrar
de repente la solución a un problema que arrastramos durante un mes es algo
habitual. Durante este tiempo, nuestro cerebro ha estado seleccionando
informaciones y, sin nuestro conocimiento, ha llegado a una conclusión, y por
tanto puede responder a la pregunta”.
Entonces surge el famoso “¡Eureka!”,
que en griego clásico se traduce como “¡Lo he
descubierto!”.
A menudo tenemos la impresión de que ésta es una
capacidad propia de los genios. Sin embargo, puede ser entrenada y potenciada
como cualquier otra habilidad humana. De hecho, tal como sucede con las sincronicidades
–las casualidades significativas–, al tomar conciencia de los mensajes de la
intuición ya logramos que esta se refuerce. Este sería el primer paso para
sacar partido al músculo secreto de la creatividad. En su libro Awakening
Intuition (Despertando la intuición), la psicóloga Frances Vaughan propone además las
siguientes medidas para potenciar esta capacidad:
- Aquietar la mente. Así como no se puede pintar
una figura nítida en un lienzo emborronado, la intuición necesita de espacio
mental para hacer aflorar sus mensajes. Practicar la relajación, el yoga o la
meditación sirve para alejar el ruido de fondo de modo que pueda llegar la
inspiración.
- Tomar nota de nuestras emociones. Cuando ante
una persona, lugar o hecho experimentamos un sentimiento particular, debemos
observarlo porque probablemente lleva un mensaje de nuestra oficina interior.
Hay que respetar estas primeras impresiones.
- Practicar la atención. Observar algo durante
más de tres segundos es todo un desafío, pero constituye la base del desarrollo
de la intuición: aprender a enfocar la mente sobre una sola cosa o problema.
Frances
Vaughan
señala que el mayor obstáculo para la intuición es el autoengaño. En sus propias
palabras: “Debemos
ser capaces de separar las reacciones
emocionales de las percepciones. Si estamos realmente molestos o
preocupados por algo, no nos daremos cuenta de que en cualquier situación
existen muchos más elementos fuera de nosotros mismos. Cuando las corazonadas
resultan ser falsas, por lo general, lo que sucede es que hemos confundido la intuición con un deseo”.
Es muy valioso incorporar el poder de la intuición
a nuestra vida diaria, pero no debemos obcecarnos hasta el punto de medirlo
todo por estos mensajes sutiles, a menudo en forma de primeras impresiones. Enriquecer
nuestro análisis racional con la magia del inconsciente es el binomio perfecto
para una vida profunda, despierta y creativa.
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especializada
thepremonitions.comDirigida por un grupo de investigadores, esta
curiosa web participativa busca elaborar estadísticas a través de las
aportaciones de los internautas. En su última actualización habían recibido más
de 7.500 premoniciones por parte de voluntarios que cuentan sus experiencias personales.
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