Este gesto sencillo puede mejorar nuestra calidad de vida: sube
la autoestima, baja la presión arterial y nos da una sensación de paz.
Practíquese sin moderación.
Una mirada, una caricia, la proximidad y el contacto son gestos
necesarios para tener una buena calidad de vida
El simple acto de abrazar no se siente solo en el cuerpo
El abrazo es
beneficioso para todos. "Cuando abrazamos y nos abrazan todos los órganos de
nuestro sistema se activan: el corazón, el cerebro, los sensores de nuestra
piel y nuestro sistema endocrino. Este gesto nos beneficia con una energía
extra y una sensación de paz y equilibrio". Pero no es todo.
Más que una palabra de aliento en momentos difíciles, al intercambiar abrazos
en esas situaciones “las personas son más susceptibles a despertar al niño
que llevan dentro”, sostiene José
Antonio Serrano, musicoterapeuta y facilitador de biodanza del Centro
Terapias Creativas. Nos libera de preocupaciones y nos hace "disfrutar
más las cosas".
Según el
psicólogo Matt Hertenstein, “el simple acto de abrazar no se siente solo en el
cuerpo”. Está demostrado que este simple gesto reduce la
segregación de cortisol, una hormona que se produce en el organismo ante
situaciones estresantes, según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, en
sus siglas en inglés). Hertenstein explicó a la cadena de radio estadounidense
NPR que propicia la segregación de oxitocina, hormona cuya principal función es
hacer que el individuo se sienta bien y cariñoso. Su efecto químico también
está relacionado con la bondad social, cuyo objetivo es la función de conectar
a unas personas con otras.
Cuando alguien
es tocado, acariciado o abrazado, los receptores de la piel también se activan.
Estos mandan señales al nervio vago del cerebro, responsable de reducir la
presión sanguínea, según concluye un estudio, elaborado en 2010 por la
Universidad de Miami, en Florida. A más abrazos, menos presión sanguínea.
Algunos expertos aseguran que son recomendables cuatro diarios para vivir bien,
según explican fuentes de la Asociación Mexicana para la Superación Integral de
la Familia (AMSIF), mientras que otros como Serrano ponen en 12 este mínimo.
"Todos los tipos de abrazos sirven: a un amigo, el de un
padre o de una madre e, incluso el de un desconocido. Nosotros, desde nuestro
centro, salimos a la calle a dar abrazos a la gente y, aunque en un principio
se muestran reacios, pero luego lo disfrutan mucho", añade
el experto. Y no son los únicos que practican el abrazo altruista. La
iniciativa comenzó en 2004 en Australia bajo el nombre de Free Hugs y fue ideada para superar las situaciones de desamparo a
las que se enfrentan habitualmente los ciudadanos, como son las condiciones
adversas; los estragos de la crisis; los problemas sentimentales, u otros de
cualquier otra índole emocional.
Para los
seguidores de este movimiento, el abrazo es un acto de cordialidad y calidez y tiene
como finalidad impulsar la interacción afectiva entre los individuos. "Los
abrazos son un gesto recomendado para todos, pero están, especialmente,
indicados para aquellos que padecen desórdenes
emocionales. Y es muy efectivo en la terapia grupal. Es una actitud que se
está perdiendo debido a la sociedad del individualismo en la que vivimos, hemos perdido ese contacto con el otro, esa
relación con el otro, de compartir con el otro", continúa
Serrano.
Gracias a esta
iniciativa, los científicos comenzaron a estudiar los efectos de los abrazos en
las personas, área que se denomina abrazoterapia –práctica alternativa destinada
a mejorar el estado físico y psicológico mediante el contacto físico– y que en
los últimos tiempos ha demostrado que produce unas consecuencias muy positivas
en individuos que padecen estrés, depresión u otro trastorno afectivo. El
objetivo de esta terapia es generar una sensación de bienestar que obtenga múltiples
beneficios de las personas que sufren.
Según afirmó
el doctor Víctor Pérez Segura,
director del Institut de Neuropsiquiatria i Addicions, en el VII Congreso
Nacional de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), solo en
España, el 15% de la población padece depresión –trastorno caracterizado por la
apatía, la abulia (falta de voluntad o iniciativa y de energía) y la anhedonia
(falta de placer por las cosas)–. Abrazar puede ayudar a mejorar los resultados del
tratamiento de los trastornos emocionales.
Una
investigación sobre la autoestima, publicada en el Journal of Science
Psychology, reveló en 2012 que los abrazos también reducían de forma
significativa la preocupación por morir y mejoraban su actitud ante los miedos
existenciales. La Universidad del Estado de Ohio advirtió que el
contacto físico y los abrazos son cada vez más importantes y necesarios según
se van cumpliendo años. En su investigación, sus resultados mostraron que
cuanto “más
frágiles somos más importante es este contacto para la buena salud”.
Otros estudios han demostrado que la soledad, particularmente asociada a la
edad, tiene efectos muy adversos en el bienestar.
Por último, “¿quiere hacer algo por las generaciones futuras? Hay que
abrazarlas”, así fueron de tajantes los científicos de la
Universidad de Emory, en Atlanta. Su estudio, elaborado con ratas, encontró una
fuerte vinculación entre el contacto físico y la reducción del estrés,
principalmente, en las primeras etapas de la vida.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada