Tengo 56 años. Nací y
vivo en Porto Alegre. Vivo en pareja y tengo tres hijos de 34, 32 y 31
años. Soy de izquierdas y ecologista. No
tengo creencias religiosas. A más besos y abrazos
que demos a nuestros hijos. . . ¡más inteligentes serán! Educar bien es
la verdadera revolución.
LA EDAD SAGRADA
Nacido su primer hijo, las cuidadoras se lo
retiraron durante dos días. Con su segundo hijo se repitió la operación, pero
esta vez se plantó como leona para reclamarlo. Hoy se sabe que el contacto
madre-hijo desde el nacimiento es básico para la buena crianza del niño, y ella
es una gran experta en educación infantil, cuyos saberes vierte en Infancia, la
edad sagrada (La Llave), libro que sintió que era urgente
escribir... al saber del suicidio del hijo de una amiga, un niño de diez años
de buena familia. Mejorar el trato con la infancia mejorará el mundo más que
ninguna otra política, afirma Evânia.
¿Qué es un niño?
Una persona con todas las posibilidades por
desplegar, que podrá ser todo lo que quiera.
Fabuloso.
Si
los adultos no lo impiden.
¿Boicoteamos a los hijos?
Los machacamos, les inyectamos complejos de
inferioridad, les traspasamos neuras, les cortamos alas, segamos sus talentos, les impedimos
desplegar todas sus posibilidades.
Quizá educar sea eso...
¡Discrepo! Educar es guiar, es formar sin castrar las potencias del
niño.
¿Dejándole a su aire?
No. Contención, que no represión. Hay que fomentar en el niño
su autorregulación: que aprenda a regular sus acciones en cada fase.
Poniendo límites, ¿no?
Las paredes del vientre materno son un cálido
límite para el embrión. Los brazos paternos que le mecen son para el bebé un
amoroso límite... Por tanto, hay contenciones, ¡pero con afecto y calidez y ánimo
formativo!
¿Maltratamos a nuestros hijos?
¿Quién no ha abroncado a su hijo sólo porque en
ese momento se sentía irritado, malhumorado? Nos vengamos en ellos de nuestros malos
rollos, los humillamos, ¡y hasta llegamos a insultarlos!
Mujer…
Sí, sí: ¡los adultos somos muy cobardes! Lo que no
osaríamos decirle o hacerle a un adulto en la calle o en el trabajo, ¡se lo
decimos o hacemos a nuestros niños!
¿Tanto?
Los hogares albergan las mayores violencias
consentidas.
¿Con qué consecuencias?
Fraguamos
niños más inseguros, que no se valorarán, que tenderán a maltratarse o
maltratar, a ser agresivos...
¿Cómo evitar eso?
Con conciencia: ayudarlos a autorregularse, evitando fustigarlos con
nuestros brotes de rabia y fragilidades. Todo lo que hagamos o digamos debe
tener propósito educativo. Pero claro, como es más fácil conducir a
un niño reprimido que a un niño sano y libre... ¡tendemos a modelar a niños
reprimidos!
¿Y cómo modelar a un niño sano?
Con
la vacuna que la neurociencia nos confirma: cariño, afecto, amor.
¿Qué dice la neurociencia al respecto?
Que el afecto estimula la sinapsis, las
interconexiones entre neuronas.
¿Sí?
¡Sí! De 0 a 1 año se establece en el cerebro
humano el mayor número de interconexiones neuronales de toda su vida. Y se ha
constatado que el amor de los padres y cuidadores, el cariño, el afecto
expresado en caricias, besos, cosquillas, abrazos, pedorretas, achuchones...
¡fomenta las sinapsis, multiplica las redes neuronales!
O sea, que ese cerebro será más rico.
Tendrá mejores cimientos sobre los que levantar
ulteriores capacidades. Haber sido mecido, acunado, besado, acariciado, amado,
respetado... ¡te hará más inteligente! A más amor recibido, más inteligencia futura.
¿Qué se entiende por respeto al niño?
Tratarlo
según lo que pueda esperarse de él en cada franja de edad.
Ponga un ejemplo.
De los 1,5 a los tres años, el neocórtex infantil
es incapaz de procesar más de dos o tres prohibiciones. Si dirigimos 30 ¡noes!
al niño... nos parecerá que nos desobedece 27 veces. ¡Y no es eso!
¿Y qué es?
Que
no es capaz de grabar las órdenes. Y que decirnos ellos no es un primer paso de
su autonomía personal, de perfilar su identidad: es, pues, algo saludable.
¿Y cuándo estará el niño en condiciones de
entender los “noes”?
A partir de los 3,5 o cuatro años graban bien
cualquier orden. Entonces sí hay que estar vigilante para evitar filiarcados.
¿Qué es eso?
Hay patriarcado (hegemonía del padre), matriarcado
(de la madre) y filiarcado
(del hijo): ¡busquemos mejor la heterarquía, es decir, que cada cual tenga un
lugar!
¿A qué edad aparece en el niño la conciencia de
género?
De los tres a los seis años se desarrolla la
pulsión sexual a la par que la epistemofílica.
¿Qué pulsión es esa?
Curiosidad de saber, de conocer, de explorar: si
reprimes la pulsión sexual de un niño, ¡reprimes su impulso de saber!
¿Qué hicieron mal sus papás?
Vivíamos en el campo y, por ignorancia, me
pusieron a trabajar de muy niña, cargaron sobre mí altas responsabilidades
familiares... Eso me ha hecho emprendedora, pero también sentirme
imprescindible para el bienestar de los demás, cosa muy dañina...
El Gobierno español propone escolarizar a los
niños desde su nacimiento...
Eso puede comprometer esa primera fase de
formación de la persona, en la que el principal alimento es el afecto. ¡Alerta:
la OMS anticipa que en 20 años la primera dolencia de la humanidad será la
depresión!
Dígame que es optimista y que pronto mejorará la
educación de los niños.
Seremos cada día más conscientes de la importancia
de las primeras edades de la vida... o estaremos jugándonos el futuro de la
humanidad. Nunca
antes supimos tanto sobre la infancia: ¡si lo aplicamos, daremos lugar a la
única gran revolución de verdad!
¿Sí?
Sí,
la paz sobre la Tierra empieza en el vientre de la madre.
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