Una relación de pareja es un mundo
único y especial. De hecho, puede ser una de las relaciones más importantes de
nuestra vida; con nuestra pareja compartimos tiempo e intimidad, sueños y
esperanzas, buenos y malos momentos. Y, si somos honestos y nos damos de
corazón, puede ser la persona que mejor nos conozca, e incluso que mayor
influencia tenga en nuestra vida. Una relación crucial que resulta, a menudo,
complicada; quizás estás en una relación de pareja que no te resulta fácil, o
puede ser que hayas tenido otras anteriormente que tampoco funcionaron. ¿Será cuestión
de mala suerte? ¿Cómo es que siempre vas a dar con el mismo tipo de hombre?
¿Qué has hecho tú para merecer esto? A lo mejor, la clave está en lo
que no has hecho.
Tú ya sabes que, si quieres conseguir
algo, debes trabajar por ello. Y lo aplicas a las mil maravillas en tu lugar de
trabajo: si tu propósito es aumentar las ventas, conseguir más clientes o
mejorar la calidad de tu producto, debes marcarte un plan de actuación, ponerlo
en marcha y comprobar día a día que evoluciona correctamente. No basta con
decir “yo
amo mi trabajo”; si no quieres que el negocio se vaya a la ruina,
tendrás, además, que ir al despacho y hacer algo.
"Actuar sin pensar es como disparar sin
apuntar", B. C. Forbes
Pero, en lo que se refiere a tu
relación de pareja, quizá no lo tengas tan claro; en caso de que tengas pareja,
¿cuál es tu
propósito respecto a esa relación? Puede que tu respuesta sea tan
simple y abstracta como ésta: ser feliz. Pero es probable que si te pregunto
qué acciones concretas puedes tomar en tu relación para ser más feliz, empieces
a darte cuenta de que, para este tema, no tienes ningún propósito claro,
solamente el deseo impreciso de que funcione. Si tus respuestas incluyen un “espero que…”,
o un “deseo
que…”, te estás moviendo en un terreno de anhelos frustrados, y
no en un terreno de propósitos que se realizan
¿QUÉ
HACE FALTA PARA QUE UNA PAREJA FUNCIONE?
La creencia general es que con el amor
basta. Solemos pensar que, si hay amor del de verdad, la felicidad llegará de
forma mágica algún día; y, si no llega, significa que no encajamos, que no
estamos hechos el uno para el otro, que me equivoqué y resulta que tú no eres
mi media naranja. Por lo tanto, no vale la pena que sigamos esforzándonos; lo
mejor es dejarlo, y que cada uno siga con su propia búsqueda.
“Elige a tu pareja con mucho cuidado.
De esta decisión dependerá el 90% de toda tu felicidad o tu tristeza; pero
después de elegir cuidadosamente, el trabajo apenas empieza”, H. Jackson Brown
No estamos acostumbrados a verlo de
esta manera, pero lo cierto es que, si tu meta es tener una relación que
funcione bien, debes preguntarte algo importante: ¿qué acciones precisas debo llevar a cabo
para crear y mantener la confianza y la intimidad, para mantener viva la pasión
y promover el crecimiento de ambos? Quizás te parezca algo frío
formular y perseguir propósitos específicos en una relación tan íntima; sin
embargo, el no hacerlo implica dejar en manos del azar una relación que es muy
valiosa para ti, cuando en realidad, créeme, tú puedes hacer mucho para que funcione.
¿CUÁLES
SON ESAS ACCIONES PRECISAS?
Eso debe decidirlo cada una a título
individual, dado que cada mujer es única, cada hombre es único y cada pareja es
un universo irrepetible. Ya sean acciones encaminadas a promover el respeto
mutuo, a mostrar el cariño o a resolver de manera creativa los problemas, lo
más importante es comprender que no existen modelos ideales para ser una pareja
feliz, lo
único que existe es la libertad para inventar uno propio.
“Y no te olvides de que, a pesar del
tiempo y los problemas, se seguían besando cada noche. Cuéntamelo mil veces,
por favor: es la historia más bella que conozco”, Amalia Bautista
Y tú,
- ¿Sigues dejando tu relación de pareja en manos del azar?
- ¿Te sientes frustrada o frustrado porque no funciona como tú quieres?
- ¿Qué pasaría si aportases tanta concentración y tanta determinación a mejorar tu relación con tu pareja como en tu actividad profesional?
Un abrazo bien fuerte,
Maika
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