Nani López de Sagredo Pascual, atleta con trasplante hepático
Tengo 51 años. Nací en Barcelona y vivo al pie del Montseny. Soy
perito de seguros Aon. Estoy casado y tengo dos
hijos, Fernando (19) y Blanca (16). ¿Política? ¿Creencias? ¡El ser
humano! Soy el primer atleta trasplantado de hígado
que culmina un Ironman.
Transplant Run
Es todo energía y entusiasmo.
Con un hígado trasplantado hace casi seis años, demuestra que se puede
practicar cualquier deporte con intensidad. “El caso de Abidal es homologable al
mío”, apunta. Nani López se pone ahora al frente de la Transplant Run, una
carrera solidaria a la que invita a todos: será el domingo, 10 de marzo, a las
diez de la mañana en el Fòrum de Barcelona, y recorrerá cinco kilómetros. Basta
con inscribirse (5 euros) en Transplantrun.com. La organiza Novartis con las
asociaciones de pacientes, y la avala la Societat Catalana de Transplantaments.
La carrera anima a todos los trasplantados a tonificarse con alguna actividad
física.
Cómo
se vive con el hígado de otro?
¡Bien! Ya me ve. En pantalón de
deporte. Vengo de correr. Me entreno cada día un par de horas.
¿Puede?
¿No es contraproducente?
Los médicos me dicen que estoy
en forma. ¡Siempre me ha gustado hacer deporte!
¿Qué
deporte practica?
Triatlón: nado, corro y pedaleo. He completado un Ironman: nado 4 kilómetros, luego borro 180 kilómetros
en bicicleta y luego corro un maratón (42 kilómetros).
¿En
cuánto tiempo?
En 12 horas y 25 minutos: soy el
primer trasplantado que completa un Ironman.
¿Quiere
demostrar algo?
Que lo importante es creer en lo que haces, tener espíritu de superación
y ser optimista.
Aunque tengas un hígado trasplantado. Se trata de moverse, de no quedarse encerrado:
puedes practicar cualquier deporte.
¿Desde
cuándo está trasplantado?
Desde el 2007, pronto hará seis
años.
¿Qué
le pasó a su hígado?
Un tumor.
¿Cómo
lo supo?
El hígado no duele, pero yo
noté una especie de flato constante bajo las costillas del flanco derecho.
¿Ahí
está el hígado?
Sí. Y me hicieron unas
ecografías... Y así me lo descubrieron: el tumor tenía doce centímetros de
diámetro y tocaba la piel que recubre el hígado, que sí tiene sensibilidad.
¿Qué
le dijeron los médicos?
Que procederían a una hepatectomía:
me extirparon el 60% del hígado. Era diciembre del 2005, estuve seis meses
convaleciente y seguí viviendo con mi 40% de hígado.
No
sabía que se podía.
Sí: el hígado se regenera. Pero
al año siguiente, en un análisis rutinario, me descubrieron tres nuevos
tumorcitos en ese 40%.
¿Qué
significaba eso?
Sin hígado, no vives. ¡Es el
órgano más importante! En un año... yo estaría muerto.
¿Cómo
se encaja eso?
Piensas en los tuyos... Pero
tuve suerte: entré en la lista de trasplantables.
¿No
todos los enfermos entran?
No. Es una operación carísima, y sólo tienes derecho
si tu salud garantiza que será viable. A más joven, más puntos. Y los niños pasan
por delante de cualquier candidato.
¿Cómo
fue el trasplante?
Yo estaba pedaleando en la
montaña, era la una de la tarde y me llamó el médico: “Ha Llegado un hígado, ¡ven
a las cuatro!”. Fui corriendo al hospital con mi mujer y mis hijos.
¿Asustados?
¡Contentos! Gastándonos
bromas...He querido darles ejemplo con mi actitud. Y hoy seguimos bromeando:
¡me llaman el trasplantado, ja ,ja! Gracias a que siempre había hecho deporte y
tenía el cuerpo en buena forma, la operación salió perfecta.
Y
veo que sigue igual.
¡Yo no sé vivir sin hacer
ejercicio!
El
trasplante ¿cambió algo en su vida?
Sí: ahora doy más importancia a lo que la tiene de verdad, y se
la resto a lo que no la tiene, soy intolerante con las chorradas.
¿Y
qué es lo importante de verdad?
Las personas, los afectos, la vida. Luis Bárcenas
no hubiese hecho lo que hizo si hubiese pasado por una enfermedad.
No
estará deseándosela...
¡No!
¿Cuántos
años de vida le garantiza su hígado trasplantado?
Lo seguro es que, sin
trasplante, yo estaría muerto desde hace cinco años. ¡A partir de ahí, todo
está bien!
¿Cómo
se cuida ahora?
No fumo, no bebo alcohol, sólo
bebo agua y bebidas isotónica, y como un poco de todo, pero siempre saludable.
Y hago ejercicio.
Mucho
ejercicio, diría yo.
Los médicos lo aconsejan siempre a los trasplantados,
¡aunque sea sólo caminar cada día una hora! A mí me alegra, me divierte.
¿Toma
alguna medicación?
Sí, para contener el sistema
inmunológico y que mi cuerpo no rechace el órgano trasplantado. Lo malo son los
efectos secundarios de esa medicación: puede alterar el riñón, el ritmo de sueño,
la salud cardiovascular... Por ahora lo llevo bien.
¿Qué
desafío encaró tras el trasplante?
Un año después ya competí en la
Titan Desert, una carrera en bicicleta por el desierto. “¡Loco, los
trasplantados no hacen eso!”, me dijeron. Pues sí podemos hacerlo...,
entrenándonos bien y yendo super hidratados.
¿Cómo
le fue?
Llegué el 59 de 250. Lo más
duro eran los 47ºC de calor. Luego he corrido triatlones y el Ironman. ¡De lo
que se trata es de llegar hasta el final, terminar las pruebas!
¿Ha
pensado en la persona que donó el hígado que a usted le da la vida?
Quise sabe quién había sido: ¡imposible,
no te lo dicen! No sé nada: no sé si era de moro o negro, facha o rojo, hombre
o mujer, y da igual... A un médico se le escapó: “Te ponemos un hígado muy
bueno”, y supuse que era de una persona joven... Lo que sí sé es que estoy cuidándolo mucho:
¡lo voy a dejar mejor de lo que estaba! sé es que estoy cuidándolo mucho: ¡lo voy a dejar mejor de lo que estaba!
Soy trasplantado de hígado doy gracias eternas a Dios por su misericordia .
ResponEliminaYo tambien soy trasplantado hace 8 meses ,doy gracias eternas a Dios por su gran misericordia y darme una nueva vida junto a mis seres amados.
ResponElimina