Cada día llega alguien nuevo a su
puerta: una alegría, una decepción, algo difícil o doloroso se presentarán como
visitantes inesperados.
Dales la bienvenida y acógelos a todos
ellos,
incluso si son un grupo penoso que
desvalija completamente tu casa.
Trata a cada huésped honorablemente
pues
podría estar haciendo espacio para una
nueva delicia.
El pensamiento oscuro, lo vergonzante,
lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e
invítalos a entrar.
Agradece a todos los que vengan
pues se puede decir de ellos que han
sido enviados
como guias del mas allá.
Rumí
Bonita analogía.
ResponEliminaUn abrazo Joan
Muchas Gracias!
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