Te pasas la vida tratando de hacerlas
volar. Corres con ellas hasta quedar sin aliento. Caen al suelo. Chocan con los
tejados. Tú las remiendas, las consuelas, las ajustas, y las enseñas. Observas
cómo el viento las mece y les aseguras que un día podrán volar.
Finalmente vuelan. Necesitan más hilo
y tú sueltas más y más, y sabes que muy pronto la bella criatura se desprenderá
de la cuerda de salvamento que la ata y se elevará por los aires, como se
espera que lo haga, libre y sola. Sólo entonces te das cuenta de que has hecho bien tu
trabajo.
Texto
de Erma Bombek incluido en libro "Aplícale el cuento” J. Soler y M.
Conangla. Editorial Amat
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