Tengo 28 años: cuando amas tu vida,
nada mejor que cumplir años. Nací en Madrid. Soy
amazona: al tocar evoco el trote para medir el pulso. Tengo
un hijo chelista de seis años. Estudié con Rostropóvich. Toco en el Palau este 22 de enero y he grabado `Spanish
Landscapes'
SUDOR ILUSIONADO
Sin esfuerzo, perseverancia y método
no seremos genios, pero sólo con ellos tampoco. Sir Ken Robinson lo explico
aquí: la
creatividad se aprende con fatiga, pero no la de adultos tristes, sino la de
niños repitiendo entusiasmados un juego nuevo. La creatividad es
sudor ilusionada: un 99% de transpiración y un 1% de inspiración, pero ese 1%
marca la diferencia entre el empollón y el genio. ¡Nada por obligación; todo por ilusión! Premiada
por la Fundación BBVA y bendecida con el sello Deutsche Grammophon, Leticia Moreno ensaya hoy con las
mismas ganas que a los tres añitos con su primer violín. Y si nosotros al 2014
le ponemos ilusión y empuje, también será genial
Cuando vivíamos en Boston, mi madre
conoció en Harvard a una pedagoga excepcional que creaba playgroups para
iniciar a niños en las artes.
¿Enseñaba música a los niños?
¿Ve qué poco sabemos del genio
infantil? No sólo música. La creatividad de los niños se cultiva en todas las
artes. Yo tenía dos años y mi madre dice que me gustaba esculpir.
¿Y cree que eso le ayudó con la
música?
Mucho. Cuando entré en el playgroup
tenía dos años. También hacía ballet y música, pero no sólo música. ¡Jugábamos
a todo! Y sigo jugando cuando grabo para Deutsche Grammophon o toco en Viena o
Barcelona.
A otro
nivel, claro.
Si no disfrutas, no podrás compartir el goce de la música.
Cuando yo tenía tres años vino a mi playgroup una concertista de viola de gamba
y yo me quedé fascinada viéndola. Mi profesora al verme se dio cuenta en
seguida de que me había enamorado.
¡Ya tenía usted juguete!
Y convenció a mi madre de que me
matriculara en una escuela Suzukí de Boston. Son escuelas de inmersión musical
que no empiezan por enseñar solfeo a los niños.
¡Qué suerte tienen esos niños!
Hay que iniciar al niño jugando, porque
empezar por el solfeo puede matar su ilusión por la música. Del mismo modo que
cuando un niño empieza a hablar no te pones a darle clases de gramática.
¿A los tres añitos podía con un
violín?
Era uno de esos violincitos pequeñitos
fabricados ex profeso para esa edad.
¿Los niños aprenden a tocar de oído?
Y se divierten muchísimo. Yo aprendí
de una manera muy lúdica, instintiva, como aprenden los niños a cantar.
Después, vas creciendo y el violín crece contigo: tocas un violín de un
dieciseisavo, un octavo; después de un tercio y, al fin, el normal.
¿Y si te cansas por el camino?
Pues estupendo también. Pero no fue mi caso. A los
seis años el violín ya era mi vida, y a los once ingresé en la Escuela Reina
Sofia. Cuatro años después ya me di cuenta de que debía moverme para poder
evolucionar.
Iba usted fuerte.
No sé quedarme a medias. Así que me
fui a Alemania a estudiar con Maksim Vengérov, uno de los grandes de nuestro
tiempo.
Y muy perfeccionista.
Después conseguí que Rostropóvich...
¡Caray! ¡Una leyenda!
...me aceptara como alumna y fui
desplazándome donde él me decía para recibir sus clases magistrales: quedábamos
en Moscú, Nueva York, Berlín... En su casa de Londres. Y al final me gradué
allí, en Londres.
¿A usted ahora le gustar enseñar?
He dado clases: son estupendas para
tomar conciencia de tu técnica, porque tienes que deconstruirla para poder
enseñarla y, luego, volverla a construir. Y si enseñas bien, aprendes tanto como el alumno.
¿Cómo regalar música a un niño?
Primero deje que se exprese jugando y ya llegará después a jugar
expresándose.
Y si el niño quiere un instrumento,
¿se lo elige el profesor, los padres o él?
Es una elección personalísima. Por supuesto
que la debe tomar sólo él.
¿Y si le da por tocar un ordenador?
Magnifico. Yo también me estoy
planteando aprender música electrónica.
¿Para llegar a destacar en la música
hay que meter horas y sudar la partitura?
No basta sólo con machacar hasta la
perfección técnica. Para tener algo que explicar, sobre la vida tienes que
haberlo aprendido antes. Debes haberte llenado de experiencias y sentimientos para
luego poderlos compartir en tu interpretación.
¿Cómo?
Sé cuándo sucede y cuándo no. Pero no
sé por qué. Es un proceso bioquímico, pero también misterioso, que me fascina.
Me gustaría hacer un doctorado para investigar esa magia que a veces sentimos
interpretando en el escenario o escuchando y viendo -es fundamental- a otro
intérprete. ¿Por qué hay músicos que arrollan con el mismo nivel técnico con
que otros te dejan frío?
¿...?
...Estoy colaborando con un grupo
científico que nos investiga a los premiados Echo Rising Stars de la Unión
Europea. Queremos indagar en el misterio que logra la comunión del músico y la
audiencia: algo que no se puede alcanzar sólo con técnica.
¿Éxito: el 99 % de transpiración más
el 1% de inspiración?
De acuerdo, pero ese 1% es el que
marca la diferencia que sólo alcanzan algunos genios. La técnica exquisita la
pueden lograr quienes se lo propongan y perseveren, pero, por sí sola, no los
hará geniales.
Refrán catalán: No hi ha pitjor veí
que un estudiant de violí
Discrepo. Un estudiante de piano es
peor vecino que el de violín, porque las vibraciones del piano se transmiten
con mayor intensidad por las paredes que los más estridentes marramiaus del
violín.
¿Le indigna la sentencia contra la
estudiante de piano de Puigcerdá?
Yo creo más en la buena voluntad de los vecinos que en judicializarlo
todo.
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