La sociedad en la que vivimos pide a
gritos un giro de 180 grados: dejar de centrar la atención en lo que sucede fuera y
empezar a escuchar lo que nos pasa adentro. Aunque los seres humanos
hemos evolucionado mucho las últimas dos décadas -tecnológicamente hablando-,
las estadísticas revelan que la depresión, el estrés y la ansiedad han
aumentado exponencialmente en este mismo período de tiempo.
Todo este sufrimiento, que se
manifiesta en el plano físico en forma de enfermedad, es un indicador de lo mucho
que los
seres humanos hemos descuidado nuestra evolución como personas. Buen
ejemplo de ello es que todavía no sabemos cómo crear un bienestar emocional
sostenible, ingrediente indispensable para disfrutar de una vida plena.
Sin embargo, la necesidad de ahondar
en la causa real de nuestro malestar está llevando a cada vez más personas a
querer descubrir cómo funciona la mente y de qué manera nos manipula. También a
aprender a dirigir conscientemente el pensamiento positivo, así como a
gestionar más constructivamente las emociones. El viaje comienza mirando dentro
de nosotros mismos, pues sólo desde allí podremos enfrentarnos a nuestros
miedos, crecer en autoestima y tomar las riendas de nuestras vidas.
¿Qué
es el coaching?
“La experiencia no es lo que te pasa,
sino la interpretación que haces de lo que te pasa”, Aldous Huxley
En este contexto aparece el coaching
(del inglés, entrenar), un método que propone a cada ser humano que se
comprometa a desarrollar al máximo su potencial. Este proceso consiste en revelar y
“entrenar” el conjunto único de cualidades y habilidades innatas que posee cada
persona. Así, el objetivo del coach (terapeuta) es acompañar y guiar
a su coachee (cliente) para que se convierta en la mejor versión de sí mismo.
Este innovador método profesional,
cada vez más de moda en España, nació en la década de los 80 con el objetivo de
mejorar las competencias emocionales de los jugadores de tenis de élite. Tal
como expuso el entrenador deportivo estadounidense, Timothy Gallwell, el éxito de estos deportistas -cuyas cualidades en la pista suelen
estar muy igualadas- depende de su “calidad mental”, atributo que acuñó como “juego
interno“.
Al poco tiempo, el coaching saltó de
la cancha de tenis a la empresa de la mano de sir John Whitmore, pionero en la práctica del denominado coaching
ejecutivo. Esta modalidad consiste en promover que los directivos aprendan a
conocerse mejor, a manejar de forma más constructiva sus procesos emocionales y
a incrementar sus competencias en el ámbito del liderazgo mediante un proceso
de introspección guiado por el coach. Y lo cierto es que parece que está dando
buenos resultados: la Asociación Española de Coaching (Aecop) revela que más
del 40% de los directivos de las empresas que forman parte del Ibex 35 ya cuenta
con los servicios de un coach.
El
arte de preguntar
“Conócete a ti mismo”, Oráculo de Delfos
Tras conquistar el ámbito deportivo y
el empresarial, el coaching se ha ido diversificando, encontrando su espacio en
otras muchas dimensiones de la vida. Por ejemplo, el denominado ‘life coaching‘,
uno de los más demandados, consiste en “entrenar” la inteligencia emocional del
coachee con el objetivo de hacer conscientes las limitaciones que le impiden
gozar de un equilibrio interno duradero, lo que solemos llamar “felicidad”.
El perfil del coachee es el de un ser
humano que siente la necesidad de pulir algún aspecto de su forma de ser o de
su vida y está
dispuesto a aprender, crecer, cambiar y evolucionar, dejando a un lado sus
creencias limitadoras. Cualquier persona con estas inquietudes es el
candidato perfecto para realizar un proceso de coaching, algo que nunca puede
ser forzado o impuesto. Eso sí, es fundamental la elección del profesional
adecuado, pues en este ámbito prolifera el intrusismo y muchas de las personas
que ofrecen sus servicios como coach no cuentan con la formación ni la ética
necesarias.
Pese a que muchos creen que el
coaching entra en el campo de la psicología, existen remarcables diferencias
entre ambas disciplinas. Mientras que la psicología tradicional suele basar su
trabajo en el problema a tratar, el coaching se centra en la oportunidad de aprendizaje que aporta
cualquier experiencia, por traumática o negativa que pueda parecer.
Además, el coach no aconseja ni aporta su punto de vista sobre lo que cree
que su coachee debería hacer para “resolver” sus problemas.
Es más bien al contrario: parte de la
premisa de que el
coachee es quien tiene la mejor capacidad e información para superar cualquier
obstáculo que surja en su vida. El trabajo del coach consiste en acompañar a su
cliente haciéndole las preguntas adecuadas en cada momento para que
éste halle por sí mismo la solución que está buscando. Actúa como un espejo,
dejando que las respuestas fluyan de dentro a fuera. De este modo, el coach hace
de puente entre la persona que es y la que puede llegar a ser.
La
Metamorfosis
“El cambio es lo único que permanece
en el tiempo”, Friedrich
Nietzsche
Aunque nos duela, el cambio es necesario para la evolución.
Dicen que las orugas llaman crisis al nacimiento de las mariposas. Y así como
las orugas, tras alimentarse lo suficiente, construyen un espacio de reclusión
en el que dejan crecer sus bellas alas, los seres humanos deben cambiar el foco
de atención que rige su vida de fuera a dentro. Y como las orugas,
ya convertidas en mariposas, romper la crisálida de la inconsciencia y
conquistar la libertad mediante la asunción de la responsabilidad personal.
El objetivo de este blog, que estáis
invitados a compartir, es ir más allá de las creencias limitadoras que nos
impiden gozar de una perspectiva más amplia y relacionarnos con nuestras circunstancias
desde un punto de vista más objetivo y constructivo. Os propongo profundizar en
conceptos cada vez más demandados por nuestra sociedad, como el autoconocimiento,
el desarrollo personal y la inteligencia emocional, todo ello de la
mano del coaching. Os invito a que os comprometáis con el desarrollo de vuestro
potencial y, como verdaderos escépticos, exploréis lo desconocido.
¡Bienvenidos!
En
clave de coaching
¿Puedes
cambiar tus circunstancias?
¿Puedes
cambiar la actitud que tomas ante tus circunstancias?
Libro
recomendado
‘Coaching, el arte de soplar brasas’, de Leonardo
Wolk (Editorial Gran Aldea)
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