El psicólogo defiende en
'Psicohigiene' una actitud vital positiva para prevenir daños mentales y
emocionales
En una sociedad en la que la ansiedad
y la depresión van en alarmante aumento es necesaria higiene mental y también
una actitud vital positiva. Esto es lo que defiende Javier Urra (Estella, Navarra, 1957) en Psicohigiene. El cuidado de
uno mismo y de los demás (Aguilar). Urra, uno de los psicólogos de
referencia en España y que fue el primer Defensor del Menor de España, completa
con este libro una trilogía de autoayuda que empezó con Qué se le puede pedir a la vida y continuó con Mapa sentimental y que es un canto al positivismo, al pensamiento
crítico y una llamada a relativizar lo malo y a apreciar lo simple. El que
fuera psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia cree,
a pesar de los tiempos que corren, que “la esperanza en
una obligación ética”.
- ¿Qué es la psicohigiene?
Es una prevención en salud mental. En
2020 la enfermedad va a ser la depresión, antes llamada melancolía. Hay mucha
gente con ansiedad, con estrés… estas enfermedades no aparecen si vives en la
selva y persigues un león porque con correr te vale. Psicohigiene es saber olvidar
un “mal momento” o por lo menos apartarlo o maquillarlo; es vivir el
presente con ilusión y con análisis de realidad, es esperanzarse
en el futuro y sin embargo manejarse en los conflictos, en la duda…
Es no ser un yonqui de la información y gustar de la cultura.
- ¡Son muchas cosas! ¿Es cuidarnos de
lo que nos hace mal?
Es más bien incidir en lo que nos hace bien.
Un paseo por la naturaleza nos hace bien, estar, a veces, en una soledad
elegida nos va bien. Aprender a ganar y a perder, aceptar la frustración,
practicar deporte, saber cortar los pensamientos negativos, aprender a poner
cortafuegos… todo eso es positivo. Es un intento sencillo por mejorar el mundo.
- ¿Por dónde empezamos?
Por uno mismo, por rodearse de
gente sana, optimista, esperanzada, ilusionante e ilusionada. Pero
eso no quiere decir que esto sea Alicia en el país de las maravillas. El que ha
escrito este libro lleva tres stent por infarto de miocardio, ha sido defensor
del menor y ha visto cosas terribles, ha trabajado durante 30 años en la
Fiscalía y ha estado con violadores o psicópatas. No soy un buenista… Hay gente
que no quiere tener hijos porque vivimos en una sociedad en la que no hay
garantías laborales, por miedo a entrar en conflicto con el chico de mayor…
¡todo eso es verdad! Pero es la vida. A la vida hay que echarle coraje. Si no quieres arriesgarte
no vives, sobrevives.
- Además de rodearnos de buena gente
¿Podemos hacer algo para mejorar la psicohigiene de la gente de nuestro
alrededor?
Sí. Se trata de ir generando una bola
un poco favorable, no hacer mucho caso a los que más gritan y
señalar las malas acciones como la que se ha visto recientemente con
aficionados en los campos de fútbol porque eso es de cobardes y de
irresponsables. La gente tiene derecho a saber que tiene derecho a ser
durísimamente sancionada cuando agrede a los demás, cuando tortura…
- En el libro dice que hace falta más
ética y menos normas ¿Le parecen bien las medidas del Gobierno adoptadas contra
usuarios que insultaban o amenazaban en twitter?
Es verdad que hace falta más ética, lo
cual no quiere decir que no hagan falta normas. A la gente le tienes que poner
un stop. La norma es pedagógica, pero luego la gente se tiene que manejar con
su propia ética. Y los que dicen en twitter “hay que matarlos”, eso es apología de un
delito y si lo ha dicho y encima lo dice creyendo que no se va a saber quién
es… Las
palabras hieren y pueden ser atentatorias. Y el ser humano es capaz
de donar un órgano, adoptar a un niño con dificultades o tirarse al mar a
salvar a una persona que no conoce pero también es capaz de torturar. Es capaz
de Auschwitz otra vez.
- ¿Entonces le parecen bien las
medidas adoptadas?
Sí. Si 8.000 personas se ponen a decir
barbaridades, lo justo sería ir a por los 8.000. Pero si pillan a uno se debe
atener a las consecuencias de lo que ha puesto, aunque haya otros 7.999. Me
parece muy bien la medida y me encantaría que la sanción sea fuerte.
- ¿Socialmente tendemos a quedarnos
con lo malo?
La gente es poco agradecida. Hay
personas mayores que dicen que la vida es mala por haber perdido a un ser
querido y eso es verdad, pero normalmente recordamos solo lo negativo. Hay
que recordar también aquella tertulia bonita, aquel paseo, la primera vez que
te contrataron, el primer novio… ¡Mira todo! Verás que ha habido momentos
malísimos y aburridísimos pero otros preciosos.
- …
A muchos habría que preguntarles ¿Por qué se
queja usted tanto de la vida y en cambio no quiere irse? Y luego hay
quién critica a los políticos, habla de la corrupción y luego roba folios en el
trabajo o usa el teléfono de la empresa para hacer llamadas privadas. También
hay gente que dice que no tiene tiempo para nada y luego un domingo por la
tarde no sabe qué hacer. Y hay mucha gente que no sabe manejarse en la soledad.
- Somos narcisistas.
Mucho. Muy egocéntricos y eso nos hace
sufrir mucho. Esta sociedad cree que lo que hace interesa a los demás.
- ¿Cada vez hay más cosas externas de
las que nos tenemos que cuidar?
Somos una sociedad que quiere tener
seguridad. Los medios de comunicación han potenciado mucho los sucesos y
entonces la gente cree que cualquier hombre es un pederasta o que a tu niño lo
van a secuestrar. Eso es injusto. Esta es una sociedad que busca siempre
culpables, pero hay que pensar que a veces hay errores, hay cosas que son
accidentes y también hay cabezones que a pesar de que en la playa se indique
bandera roja se meten hasta el fondo. Darwin diría: “él mismo se lo ha buscado”.
- ¿Le damos poca importancia al
bienestar mental?
Cada vez más, por eso cada día hay más
psiquiatras, psicólogos, etc.
- Pero cuando alguien va a estos
especialistas es porque ya está mal.
Quizás lo que falta es entender que
uno puede, en algo, cuidarse: dormir las horas necesarias, tener una
alimentación sana, no fumar… y eso te evitará riesgo de cáncer. Y luego lo
psíquico también se ve influido. Un ejemplo claro de que lo emocional es
importante lo tenemos con el tenista Rafa Nadal, que pegó un gran bajón cuando
se separaron sus padres.
- Dice que es un libro para
optimistas. ¿Con los pesimistas no hay nada qué hacer?
Este libro solo lo van a comprar los
optimistas. El que es pesimista o más concretamente negativista va a decir que
esto es una gilipollez, que es otro libro de autoayuda.
- Habla de la importancia de
relativizar lo malo ¿Se puede aprender?
Sí, igual que puedes muscularte en el
gimnasio. Puedes tener un vecino que nunca te saluda y darle vueltas al tema o
le puedes abordar un día y preguntarle si le pasa algo o puedes no darle
ninguna trascendencia y pensar que por qué hay que caerle bien a todo el mundo
¡Ni a Dios le pasó! No es posible caerle bien a todo el mundo.
- Asegura que uno de los tres pilares
de la vida saludable es el trabajo. Teniendo en cuenta el contexto económico
¿Nuestra vida es hoy en general menos saludable?
Es muy duro estar en el paro y estarlo
durante mucho tiempo creo que debilita mucho al ser humano porque le genera
mucha inseguridad, mucho miedo… El ser humano quiere tener unas ciertas
garantías y ahora hay una cierta indefensión aprendida y mucha gente trabaja
muy bien pero piensa que mañana pueden cerrar la empresa o deslocalizarla. Todo esto
genera un alto grado de inseguridad. Que a un señor de 50 años le
digan que es viejo y que no va a tener ninguna posibilidad de echar currículums
es abofetearle.
- Contra esto se puede hacer poco…
Ser creativos, ilusionantes. Pero es
cierto que no todos tienen las mismas posibilidades. El mundo cada vez es más justo, pese a lo
que se diga, pero en cambio en países como España la injusticia cada vez es
mayor. La diferencia entre el señor más rico y la familia que tiene
poco más de 600 euros para vivir es insultante. Hay que hacer una
redistribución de la justicia, la educación… Otra cosa es señalar al que es
vago, al que quiere que mamá Estado le de las cosas por el morro. Eso hay que
señalarlo. La sociedad va mejorando pero muy poco a poco, hay muchas cosas que
hacer. Es importante el humor y también conocer el dolor, el deber… Esos son los
ingredientes del la psicohigiene.
- Dénos un consejo final para intentar
vivir mejor.
Diluya su yo, guste del otro, ponga la mejor sonrisa, comparta
la vida y no intente absorberla, sea humilde y guste de los pequeños detalles y
de las sorpresas. No sabemos qué va a pasar dentro de cinco minutos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada