determinadas situaciones laborales. Con la crisis esta emoción, inherente al ser humano y a los mamíferos, ha ido en aumento: temor a ser despedido, a no poder pagar la hipoteca, a no llegar a fin de mes… Es cuando hay que recurrir a las fortalezas para plantar cara a las adversidades. Pero, ¿cómo hacerlo? Es el camino que recorre Claudia, la protagonista principal de la primera novela de Pilar Jericó, Poderosamente frágiles (Alienta). Una mujer de 30 años a punto de ser despedida e inmersa en una relación amorosa difícil decide viajar a un país exótico para aprender tiro con arco japonés, llamado Kyudo.
De este modo la autora
transforma la esencia de los ensayos superventas NoMiedo, Héroes cotidianos y Gestión del talento en un relato que guía al lector
a través de las auténticas fortalezas internas que hay dentro de cada uno.
Además de escritora, Jericó es doctora en Organización de Empresas y licenciada
en Ciencias Económicas, y especialista en el análisis del talento y la gestión
del miedo. Es miembro de la prestigiosa institución Thinking Heads y directora
general de Be-Up, empresa especializada en proyectos de innovación y liderazgo.
También imparte clases en ESADE y en la Universidad Carlos III de Madrid y
conferencias en una docena de países.
-
¿En España falta liderazgo?
- Claramente, sí. Creo que en
el mundo de la empresa hay más liderazgo que en otros estamentos.
-
Y más allá de los despidos masivos, ¿hay algo positivo en los cambios que se
están produciendo en las empresas?
- No lo sé. La crisis está
sacando lo mejor y lo peor de cada líder. Estamos viviendo dos crisis: la económica y la emocional,
un estado de ánimo que nos está llevando a un lugar de mucha nostalgia del
pasado.
-
El miedo continúa jugando un protagonismo relevante en su nuevo libro. Por
ejemplo, la protagonista tiene miedo de perder el trabajo, como muchos
españoles.
- Es una emoción con la que
nacemos y es buena tenerla. Hay dos tipos de miedo: uno sano, que es la prudencia;
y otro tóxico, que nos paraliza. El problema en España ahora mismo
es que estamos viviendo un miedo tóxico, por la pérdida de trabajo.
-
¿El miedo es nuestro principal enemigo en estos momentos?
- Totalmente. En la época de
bonanza no había miedo prudente, tomábamos decisiones alegremente; y ahora hay
un exceso de miedo tóxico, que nos paraliza. Y creo que la competitividad en la
empresa va a venir por dos motivos: por la capacidad de saber escoger las
estrategias adecuadas y de crear entornos emocionales positivos.
-
¿Quién es un buen líder?
- Una persona que influye
positivamente en la vida de su equipo y es capaz de sacar lo mejor de cada uno
de ellos.
-
También tiene que saber escuchar.
- Claro, porque lo interesante
del liderazgo es la parte emocional. A lo mejor no nos acordamos qué hizo, qué
dijo, pero sí qué nos hizo sentir. Por lo tanto, hay que hacer sentir importante a los que
nos rodean, útiles, marcar objetivos y sobre todo ser coherentes. Un
líder tiene que ser un ejemplo.
-
Y ante una crisis...
- Es quien sabe recomponer y
superar la erosión emocional cuando no salen bien las cosas. A un líder se le
sigue porque te apetece seguirle, no porque no queda más remedio; y solo seguimos
a gente que nos saca lo mejor de nosotros, nos inspira y nos transmite
emociones positivas.
-
Sin embargo, en muchas empresas hay miedo.
- Por ejemplo, por los
expedientes de regulación de empleo. Es lógico. Pero lo importante es que hay
que tomar decisiones muy duras, todavía queda algún sector donde van a haber
grandes despidos, aunque muchas empresas ya lo han hecho. Sobre esa base hay
que empezar a construir.
-
¿Cómo evitar sentir miedo?
- No, no puedo dejar de sentir
miedo si no puedo llegar a fin de mes, eso es evidente. Pero lo interesante es
respirar el miedo, aceptarlo y preguntarnos qué podemos hacer. Lo peor del
miedo es no hacer nada, solo pensar y darle vueltas a lo mismo, obsesionarse.
Cuanto antes
aceptemos la realidad, antes saldremos de la situación que nos produce dolor.
-
¿De dónde procede el temor?
- De dos millones y medio de
años de evolución de nuestro cerebro. Es una emoción que está en la amígdala,
en el cerebro emocional. Todos los mamíferos tienen miedo y tiene un sentido:
nos alerta de los peligros. Gracias al miedo no nos pisó algún mamut hace años.
-
¿Qué otra particularidad caracteriza a esta emoción?
- Es la más contagiosa de todas porque está vinculada a la
supervivencia.
-
¿Cuándo se activa el temor, la ansiedad o el estrés?
- Ante el riesgo, aquello que
crees que va a ocurrir y no va a ser positivo o cuando rememoramos situaciones
que no nos han gustado. Hay un estudio que dice que los miedos que se cumplen
están en una horquilla del 8 al 12%, o sea, que el 90% de nuestros miedos son
inventados.
-
¿A qué tenemos miedo?
- Si nos centramos en el mundo
de la empresa, a cinco cosas: a no llegar a fin de mes, miedo al cambio, al
fracaso, al rechazo y a la pérdida de la influencia o el poder. En el fondo en
la novela todos los personajes recogen cada uno de estos miedos.
-
¿Cuáles son los más destructivos?
- El miedo más biológico es no llegar a fin
de mes porque es muy mamífero. Igual que a los gatos o a los perros
no les hace gracia cuando les cambian la rutina de la comida porque guarda
relación con la supervivencia, en los humanos pasa lo mismo.
-
¿Hay miedos innatos?
- Sí, pero los miedos innatos
pertenecen a la época de las cavernas: miedo a los osos, a los leones, a las
alturas, a la oscuridad, a los ruidos, a quedarnos solos. Llevamos muy poco en
ciudades. Entonces, el resto de miedos que sentimos son creaciones y
construcciones. En el libro lo exploro. Hay ejercicios en que los personajes se
van a su pasado para entender el origen de su miedo, que empezó a construirse
en la infancia.
-
¿Cómo luchar contra mis miedos?
- Ten confianza en que vas a salir de la
situación, en ti mismo y en lo que la vida te va a ofrecer. A veces
nos empeñamos en conseguir un objetivo y no lo logramos, y en ese momento es
interesante pensar en que, a pesar de todo, vamos a saber encontrar una
oportunidad y explorar otras opciones posibles. Cuanto más confianza tenemos,
más autoestima tenemos y menos miedos percibimos.
-
¿Ante qué fracasos ha tenido que aplicarse esta teoría a sí misma?
- En muchas ocasiones: perdí a
mi padre con 22 años y a los 29 años me encontré en una situación de ruina
económica, despido y separación. ¡No llegaba ni a final de mes! Pero me
permitió escribir NoMiedo, mi mayor
bestseller.
-
Lo pasó muy mal.
- Atravesé un desierto. No
sabía cómo iba a salir de aquello, pero estaba segura que lo haría, con menos
dinero y con cicatrices.
-
¿Cree que si no hubiera pasado por estos vendavales su vida hubiera sido
diferente?
- Sí, pero para eso es muy importante
integrar el dolor, aceptarlo, mirarlo. El enfado y la ira son una negación de la
realidad. Superar un problema significa aceptarlo, abrazar la vulnerabilidad.
-
Pero nos obcecamos en evitar las situaciones dolorosas.
- El dolor es inevitable, el sufrimiento es
opcional. ¿Qué hay que hacer para seguir adelante? Hay que meterse
en el dolor. Así de simple o difícil. Si quieres salir de algo, ¡tócalo! Si
tienes una relación mal cerrada, ¡métete y ciérrala!, porque así te librarás de
ella.
- ¿Por qué el miedo es un ancla para nuestro desarrollo?
- Porque te impide tomar
decisiones, ver la realidad desde un lado amable; con miedo todo lo ves oscuro,
te transporta al pasado, a lo que tenías y no quieres perder o a situaciones
futuribles terribles. Entonces, ves solo una parte de la realidad, no la
riqueza y las posibilidades infinitas que existen.
-
Por lo tanto…
- Primero, hay que reconocer el miedo;
segundo, confiar en que puedes salir; y luego, hay otras técnicas, por ejemplo,
imaginarte cómo serías en un futuro si no tuvieras miedo; crear un plan con
acciones concretas; ilusionarte con pequeñas cosas.
-
Y un truco.
- Todas las noche antes de
acostarte agradece tres cosas buenas que te hayan sucedido durante el día
porque el miedo siempre se queda en lo que falta; en cambio, el agradecimiento
te permite ver lo que hay.
- En su novela trata también la fragilidad y las fortalezas interiores.
¿El ser humano es frágil por naturaleza?
- No hay que confundir la
fragilidad con la debilidad, opuesta a la fortaleza, que no es lo mismo que la
dureza. Todos
en el fondo tenemos una parte frágil y vulnerable, y la magia de poder
sentirnos fuertes y poderosos es aceptar al 100% lo que somos y eso significa
aceptar la parte que no nos gusta.
-
Pero a menudo intentamos ponernos máscaras o exhibir solo nuestro lado más
positivo.
- Sí, es cierto, pero a veces
cuando nos mostramos vulnerables o frágiles generamos en la otra persona una
emoción muy bonita. Un líder que muestra su parte débil tiene muchísima más
autoridad con sus colaboradores.
-
Póngame un ejemplo.
- Reconociendo que te has
equivocado. La fortaleza está en aceptar tus errores, mostrar el aspecto en el
que tú eres menos poderoso; pedir perdón, disculparse, mostrar una emoción de
contrariedad, pero desde un lugar amable.
-
¿Pero si nos mostramos tal y como somos no estaremos más expuestos a los demás?
- Sí, pero es que en cualquier
caso lo estamos. Creemos que la gente solo nos quiere por nuestra parte bonita
y no es verdad, lo que pasa es que a nosotros no nos gusta verlo. En mi empresa
me equivoco un montón de veces y siempre reconozco mis errores. Cuando me veo
superada por algo, pido ayuda, incluso al empleado júnior. No podemos ser
buenos en todo.
-
Usted también es experta en la gestión del talento. ¿Cuáles son los principios
básicos para alcanzarlo?
- Todos tenemos talento. Es la
capacidad de conseguir resultados excelentes en algo, necesitamos capacidades,
comprometernos y pasar a la acción. Piensa en qué eres bueno, entrégate al máximo y ejecuta.
-
¿Y saber diferenciarse del resto?
- Sí, pero no poniendo el foco
en la competitividad, sino en tu persona; conviértete en la mejor expresión de ti mismo.
¡Sé auténtico!
-
¿Es posible reinventarse?
- Sí, claro. No significa un
cambio sustancial en todo, pero sí en nuestro modelo de entendernos a nosotros mismos y
lo que nos rodea. ¡Podemos hacerlo!
-¿Usted
es de los que defienden que detrás de las grandes crisis hay grandes
oportunidades?
- Sí, pero hacen falta tres
cosas: una,
la curiosidad para explorar otras posibilidades; dos, la voluntad para querer
hacerlo; y tres, disfrutar con esa oportunidad.
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