El cine, además de evasión, reflexión y recreo artístico, puede ayudar a
tener una vida mejor, o al menos así lo defiende el escritor y periodista
especializado en psicología Francesc
Miralles en su libro Cineterapia, donde a través de 35 películas da las claves
de una existencia más satisfactoria.
Con las tarifas que manejan las consultas de psicología, merece la pena
intentar esta “Cineterapia”, que edita Oniro del Grupo Planeta, y que solo con
películas puede aplacar algunos de los males más corrientes del hombre
contemporáneo, como la violencia, a través de A Clockwork Orange, de Stanley Kubrick, o los conflictos de
fe con The Seven Seal,
de Ingmar Bergman.
“ Dersu Uzala o
el cine de Eric Rohmer funcionaban
en un tiempo en el que los espectadores tenían más paciencia y ahora pueden
estar bien como efecto relajante. Cuando lo que hay es apatía, depresión,
estados melancólicos, a lo mejor necesitas una películas más cañera como Trainspotting”, asegura
Miralles.
Cineterapia está lleno no solo de consejos prácticos
para la vida, sino de anécdotas cinéfilas jugosas que entretienen por este
recorrido entre el celuloide y los estados de ánimo más reconocibles.
¿Está usted intentando superar un desencanto amoroso? Miralles recita Eternal Sunshine of the Spotless Mind,
de Michel Gondry. “Analiza muy bien por qué pequeños detalles empieza a naufragar una pareja,
esa fragmentación de los recuerdos. Plasma perfectamente lo que es un naufragio
sentimental, por qué por mucho que se quieran dos personas y lo intenten, a veces
pueden más los roces del día a día”, explica.
En esta primera sesión, Miralles ya demuestra que lo suyo no es exactamente
la autoayuda, sino que asume como innata la insatisfacción. “El ser
humano es un animal que necesita el conflicto permanente, cuando no lo tiene
fuera lo tiene dentro. La insatisfacción
forma parte de nuestra estructura mental y es la que nos ha hecho
diferenciarnos de los otros animales”, asegura.
Si es usted de los que se quedan paralizados por el miedo, seguramente no
ha visto con los ojos de Miralles un clásico popular como Alien.
“El monstruo
que tiene en vilo la película apenas se ve unos segundos y eso es muy
significativo de cómo suceden las fobias: ni
las vemos ni probablemente van a suceder. Ridley Scott captó muy bien la mecánica
del miedo”, razona.
Un mal tan cotidiano como el estrés o la saturación de estímulos externos
pueden encontrar bálsamo en el cine oriental, en concreto en la cinta coreana 3-Iron, de Kim Ki-duk.
“Alguien que
está estresado, que sufra la intoxicación de Twitter, Facebook, teléfonos y
ordenadores, se encuentra con una historia muy sencilla y muy poética sin
palabras. Una película que te descarga”, asegura.
Y así, también analiza los mandamientos de la Iglesia Jedi de Star Wars, la fuerza del tesón a
través de The Straight Story,
de David Lynch, el elogio al diferente en Freaks, de Tod Browning, o los vínculos familiares a través
de The Godfather, de
Francis Ford Coppola.
“Las
películas normalmente son analizadas por expertos en cine según sus aspectos
técnicos. Hablan de la trayectoria del director, los actores, la fotografía,
pero pocas veces se centran los
artículos en lo que es la psicología que hay detrás de cada película que,
en un nivel básico, se puede aplicar a la vida diaria”.
Y, sobre todo, recuerda cómo “el cine es mucho más absorbente que la novela. Una persona que padezca una
depresión importante va a ser difícil que se concentre en una novela. Exige del
lector un esfuerzo de atención e imaginación, pero cuando te encierras a oscuras en una sala de cine sabes que te apartas
de tu mundo”, concluye.
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