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dimecres, 1 de maig del 2013

Cuando ella es mayor que él. La Vanguardia.


¿Una mujer de 43 años con un hombre de 25? Las parejas en las que ellas les sacan 10, 15 y hasta 20 años a ellos son cada vez más habituales, pero eso no impide que aún tengan que enfrentarse a muchos prejuicios.
Que si ella podría ser su madre, que si esa pareja no tiene futuro, que si él podría estar con mujeres más jóvenes y ella con alguien de su edad… La sociedad todavía arquea una ceja cuando una mujer se empareja con un hombre bastante o mucho más joven que ella. Incluso se han inventado términos peyorativos para ellas como asaltacunas (en inglés cougar, puma) o para ellos toy boy (chico juguete).
“En general, estas relaciones siguen estando mal vistas socialmente. Se acepta mucho más que el hombre sea mayor que la mujer”, explica Margarita Solé, psicoanalista. En el 2001, dos investigadores de la Universidad de Manchester (Reino Unido) entrevistaron a 122 personas para pedirles su opinión sobre las parejas en las que hay una gran diferencia de edad. Y los entrevistados rechazaron con mucha más fuerza las relaciones en las que ella es mayor que él. “De todos modos –analiza Solé–, creo que el hecho de que una mujer esté con alguien más joven está menos penalizado que hace unos años”.
Según el Instituto Nacional de Estadística, aún es más habitual que el hombre sea mayor en las relaciones de pareja, pues así pasaba en el 53,3% de las bodas celebradas en el 2010. Ese año, los matrimonios en los que la mujer era entre 6 y 10 años mayor que el marido fueron el 3,4%. En cambio, las bodas en las que el marido era entre 6 y 10 años mayor fueron el 13,8%. Pero las relaciones en las que la mujer es mayor cada vez son más frecuentes. La proporción de matrimonios en que la mujer es dos años o más mayor que el hombre ha pasado del 7,8% en 1976 al 16,4% en el 2010. Algo más del doble.
¿Qué es lo que ha cambiado para que cada vez haya más parejas de este perfil? Como explica Clara Cortina, profesora del departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, “la mujer ocupa una posición social diferente con respecto a unas décadas atrás. Ahora es más independiente social y económicamente. Es mucho más frecuente que la mujer sea la mayor de los dos en las parejas más jóvenes, aquellas en que ella tiene menos de 40 años”. Las mujeres disponen de más libertad para tomar decisiones. El criterio para iniciar una relación puede que sea el de la atracción por una persona con la que se disfruta. Y a ver qué pasa, pues no hay metas a las que llegar.
Además, ahora el número de rupturas de pareja es estratosférico comparado con el de veinte años atrás o, claro, cuando el divorcio no existía y el matrimonio era, de verdad, para toda la vida. En el 2011 se produjeron 117.179 rupturas matrimoniales en España. Mientras que en 1990 fueron 59.538. Y este dato no incluye a las parejas no casadas que ponen punto y final a su relación. Así que el mercado de solteros de cierta edad (la edad media de las mujeres en el momento de la ruptura matrimonial es de 42 años, mientras que la de los hombres es de prácticamente 45) ha crecido de forma considerable.
“Y ellas, aunque aspiren a volver a emparejarse, en general, con hombres de su edad, ven que estos suelen elegir a mujeres más jóvenes”, señala Antoni Bolinches, psicólogo clínico y terapeuta de pareja. “Así que tienen que fijarse en hombres mayores que ellas o más jóvenes”. Internet está facilitando este tipo de relaciones. Los portales de contactos permiten que se conozcan personas de ámbitos y edades dispares. “Ellos saben que las mujeres mayores están más dispuestas sexualmente. Y en este tipo de ambientes es más fácil saltarse los prejuicios, gracias a la confidencialidad. Además de que muchas personas mienten sobre su edad”.
“Lo que vemos en las estadísticas –comenta Clara Cortina– es que es sobre todo a partir de las segundas parejas cuando se dan las diferencias de edad más importantes, ya sea a favor de los hombres o las mujeres. Quizás porque cambian los ámbitos de relación”. Las primeras parejas suelen formarse en el barrio o en la universidad, mientras que las segundas, las terceras... se fraguan con frecuencia en el ámbito laboral o través de grupos de amigos, donde suele haber más diferencia de edad.
Otro factor que explica que aumenten las parejas en las que ella es mayor que él es, a juicio de Clara Cortina, “el que se haya roto la norma única sobre lo que debe ser una pareja”. Ahora la sociedad acepta, en general, a parejas de muchos tipos: parejas de homosexuales, parejas en las que cada uno vive en su casa, parejas que deciden no tener hijos… “Y, al romperse esa norma única, se relaja la presión sobre las relaciones que antiguamente no eran convencionales”.
¿Qué tienen de singular a nivel afectivo o sexual las parejas en las que la mujer es mayor que el hombre? ¿Se diferencian en algo de las relaciones entre personas de edades similares? ¿Qué encuentra una mujer en un hombre bastante o mucho más joven que ella? ¿Y un hombre en una mujer bastante o mucho mayor que él? “Ella puede encontrar la vitalidad de la juventud”, opina Margarita Solé. “Por otro lado, a todos nos cuesta aceptar el paso del tiempo, y algunas mujeres pueden intentar frenarlo iniciando una relación con alguien diez años más joven. Pero esto, por cierto, también lo hacen ellos”. Aunque hay algunos casos en los que la diferencia de edad es muy grande. ¿Si ella tiene 45 años y él 25? “Yo creo que por parte de ella puede haber una negación muy clara del paso del tiempo”. Sin olvidar que, en muchas relaciones, se establece una dinámica de poder. Algunas personas viven las relaciones como luchas de poder. Y para una mujer será más sencillo tener el poder si está con alguien más joven”.
Además, como explica Antoni Bolinches, “la mujer se puede sentir una triunfadora social por el hecho de estar con un hombre más joven. Muchas mujeres de mediana edad son atractivas. Y hay que tener en cuenta que la plenitud sexual del hombre se da a los 30 años, mientras que la mujer llega en plena forma a los 50”. Esa combinación sexual es muy satisfactoria para ambos porque se mezcla potencia y experiencia. Un hombre aún en buena forma con una mujer que conoce su cuerpo y sabe muy bien cómo conseguir placer. “Y el atractivo no sólo es el cuerpo”, explica Margarita Solé. “El mercado nos quiere atrapar en unos modelos de mujer concretos. Pero una mujer de 55 o 60 años puede transmitir mucho erotismo y sensualidad con su forma de hablar, con su mirada…”, ilustra esta psicoanalista.
Asimismo, “una mujer mayor puede ser muy acogedora”, señala Antoni Bolinches. “Así que el hombre tal vez encuentre en ella cosas que le da una pareja y también una madre, metafóricamente hablando”. Pero eso es algo que no es monopolio de las parejas en las que ella es mayor que él. Como explica Margarita Solé, “hay muchas mujeres que cuidan a sus maridos, y estos son mayores. Y hay hombres que buscan a una mamá en una mujer más joven. Es normal que, en una pareja, el uno cuide al otro. Pero es verdad que el hombre joven puede buscar una sensación de seguridad en una mujer que le lleva varios años”. Todo eso sin descartar, como comenta Antoni Bolinches, “que haya hombres que estén con mujeres mayores por interés económico o por ascender socialmente”.
No hay una explicación universal para todas las parejas en las que el hombre es bastante o mucho más joven que la mujer. “Claro que las parejas en las que él es más joven pueden ser sanas y equilibradas –­apunta Margarita Solé–. Y una ventaja es que estas relaciones pueden ayudar a que el hombre madure. Aunque esta psicoanalista considera que, en este tipo de relaciones, el hombre puede intentar solucionar en el presente problemas que ha vivido en el pasado. “Si un hombre ha tenido una madre sobreprotectora, quizás quiera repetir esa relación con su pareja. Si ha tenido una madre con muchas carencias, quizás quiere lo que no tuvo. Y cuanto más desee tener a una madre en lugar de una pareja, más problemática será la relación”.

A juicio de Antoni Bolinches, “la viabilidad de estas parejas no suele ser buena a medio plazo. Muchas no superan la fase pasional porque, por ejemplo, tienen reticencias a hacer pública su relación o no ven claro qué proyecto de vida pueden tener en común. Son amantes durante un tiempo y ya está. No siempre tienen que ser relaciones problemáticas o cortas, pero se enfrentan a importantes dificultades”. Y una de las más arduas es la de superar la presión social. “La mujer de 47 años, por ejemplo, que sale con un hombre de 29 hace pública su sexualidad”, señala Margarita Solé. Demuestra que tiene un deseo sexual desligado de la maternidad. “Y eso es algo que mucha gente todavía no acepta. Al hombre le dicen que podría estar con una más joven. A la mujer la critican o ridiculizan. O le dicen que él la dejará por una más joven. O si ella tiene 30 y él 20, por ejemplo, le dicen que su pareja podría ser su hijo, aunque sólo se lleven diez años. A pesar de que cada vez hay más libertad sexual”.
“Pero las críticas pueden ser celos con una coartada social”, explica Antoni Bolinches. Todo ello provoca una presión social que, en opinión de los expertos consultados, no viven las parejas en las que él es mayor que la mujer. “El poder es machista y defiende un modelo que beneficia a los hombres. En muchas películas, por ejemplo, se ven hombres de 50 años emparejados con mujeres de 30”, añade Antoni Bolinches. “Pero no al revés”.
Es una presión social que ambos pueden interiorizar y que será una bomba de relojería para la relación. “En terapia he visto que parejas en las que ella es cinco años mayor sufren esta presión. Y eso hace que muchas parejas de este tipo no se planteen convivir”. Un hombre de 27 años quiere presentar a su novia a sus padres. Y ella tiene 38 años. “Pues quizás ya no la lleva porque sabe que sus padres no verán con buenos ojos la relación. Por eso creo que en estas relaciones es habitual que cada uno viva en su casa. Así son menos públicas”. Y la presión social puede ser especialmente dura cuando la diferencia de edad no es de ocho o diez años, sino de una generación. Para Margarita Solé, “en el momento en que ella piensa: ‘Huy, tiene 20 años menos que yo: podría ser mi hijo’, en muchísimos casos se activa la prohibición del incesto. Es decir: ‘No puedo tener sexo con una persona que podría ser mi hijo’”.
Si la mujer vive con el miedo de que su pareja la pueda dejar por una más joven, “empezarán los celos y quizás una lucha enfermiza para evitar el paso del tiempo, por ejemplo, mediante operaciones de cirugía estética”, explica Margarita Solé. Y el hombre también puede tener miedos que zancadilleen la relación: “Un hombre de 37 que está con una mujer atractiva de 50 puede pensar que cuando él tenga 50 y todavía esté en buena forma, ella tendrá 63. Y puede tener miedo de no desearla, de que pierda el atractivo, de que se muera antes que él, de que pierda la salud, de que ella no tenga energía para hacer la vida que a él le apetece…”.
La atracción, el enamoramiento o el deseo de estar con una persona no son garantía de que una relación vaya a durar. Y en este tipo de relaciones quizás ambas personas se encuentran en un momento vital muy diferente. Una mujer de 37 años que quiera tener hijos quizás se lo piense mucho antes de iniciar una relación con un hombre de 27 que ve la paternidad como un horizonte muy lejano. “Y si una mujer tiene hijas adolescentes o jóvenes, puede tener miedo de que el hombre quiera seducirlas. Son cosas que pasan”, comenta Antoni Bolinches. Otra poderosa razón para que ella se lo piense mucho o prefiera que él no viva con ella.
Es evidente que todas las parejas corren el riesgo de enfrentarse a dificultades o crisis a lo largo de su relación.La clave para las parejas en las que la mujer es la mayor reside, para Bolinches, “en que disfruten de un buen acoplamiento sexual y tengan caracteres compatibles, valores similares, y un proyecto común”. Y tendrán que ser fuertes para no dejarse llevar por el qué dirán y demostrar que el amor no tiene edad.

Famosas y famosos
La cantante Shakira, de 36 años, y su pareja, Gerard Piqué, de 26 años y jugador de fútbol del FC Barcelona, tienen un hijo. Jennifer López, cantante y actriz, tiene 43 años, y Casper Smart, su pareja, 25. El actor Hugh Jack­man es trece años más joven que su mujer, Deborra-Lee Furness. ¿Ayudan las parejas de famosos a normalizar las relaciones de pareja en las que la mujer es mayor que el hombre? “Creo que pueden animar a otras personas a iniciar este tipo de relaciones”, opina la psicoanalista Margarita Solé. “Pero también hay que dejar clara una cosa: la sociedad acepta que estas famosas estén con hombres más jóvenes porque, en general, ellas suelen aparentar menos edad de la que tienen”. Y ellos suelen ser hombres atractivos. “Creo que a muchas personas les cuesta ver a una mujer corriente, con su celulitis y sus arrugas, con un hombre más joven”.

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