¿Una mujer de
43 años con un hombre de 25? Las parejas en las que ellas les sacan 10, 15 y
hasta 20 años a ellos son cada vez más habituales, pero eso no impide que aún
tengan que enfrentarse a muchos prejuicios.
Que si ella
podría ser su madre, que si esa pareja no tiene futuro, que si él podría estar
con mujeres más jóvenes y ella con alguien de su edad… La sociedad todavía
arquea una ceja cuando una mujer se empareja con un hombre bastante o mucho más
joven que ella. Incluso se han inventado términos peyorativos para ellas como
asaltacunas (en inglés cougar, puma) o para ellos toy boy (chico juguete).
“En general,
estas relaciones siguen estando mal vistas socialmente. Se acepta mucho más que
el hombre sea mayor que la mujer”, explica Margarita Solé, psicoanalista. En el 2001, dos investigadores de la
Universidad de Manchester (Reino Unido) entrevistaron a 122 personas para
pedirles su opinión sobre las parejas en las que hay una gran diferencia de
edad. Y los entrevistados rechazaron con mucha más fuerza las relaciones en las
que ella es mayor que él. “De todos modos –analiza Solé–, creo que el hecho de que
una mujer esté con alguien más joven está menos penalizado que hace unos años”.
Según el
Instituto Nacional de Estadística, aún es más habitual que el hombre sea mayor
en las relaciones de pareja, pues así pasaba en el 53,3% de las bodas
celebradas en el 2010. Ese año, los matrimonios en los que la mujer era entre 6
y 10 años mayor que el marido fueron el 3,4%. En cambio, las bodas en las que
el marido era entre 6 y 10 años mayor fueron el 13,8%. Pero las relaciones en
las que la mujer es mayor cada vez son más frecuentes. La proporción de
matrimonios en que la mujer es dos años o más mayor que el hombre ha pasado del
7,8% en 1976 al 16,4% en el 2010. Algo más del doble.
¿Qué es lo que ha cambiado para que cada vez haya más parejas de
este perfil?
Como explica Clara Cortina,
profesora del departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universitat
Pompeu Fabra de Barcelona, “la mujer ocupa una posición social diferente con
respecto a unas décadas atrás. Ahora es más independiente social y
económicamente. Es mucho más frecuente que la mujer sea la mayor de los dos en
las parejas más jóvenes, aquellas en que ella tiene menos de 40 años”.
Las mujeres disponen de más libertad para tomar decisiones. El criterio para
iniciar una relación puede que sea el de la atracción por una persona con la
que se disfruta. Y a ver qué pasa, pues no hay metas a las que llegar.
Además, ahora
el número de rupturas de pareja es estratosférico comparado con el de veinte
años atrás o, claro, cuando el divorcio no existía y el matrimonio era, de
verdad, para toda la vida. En el 2011 se produjeron 117.179 rupturas
matrimoniales en España. Mientras que en 1990 fueron 59.538. Y este dato no
incluye a las parejas no casadas que ponen punto y final a su relación. Así que
el mercado de solteros de cierta edad (la edad media de las mujeres en el momento
de la ruptura matrimonial es de 42 años, mientras que la de los hombres es de
prácticamente 45) ha crecido de forma considerable.
“Y ellas, aunque aspiren a volver a emparejarse, en general, con
hombres de su edad, ven que estos suelen elegir a mujeres más jóvenes”,
señala Antoni Bolinches, psicólogo
clínico y terapeuta de pareja. “Así que tienen que fijarse en hombres mayores que ellas
o más jóvenes”. Internet está facilitando este tipo de relaciones.
Los portales de contactos permiten que se conozcan personas de ámbitos y edades
dispares.
“Ellos saben que las mujeres mayores están más dispuestas sexualmente. Y en
este tipo de ambientes es más fácil saltarse los prejuicios, gracias a la
confidencialidad. Además de que muchas personas mienten sobre su edad”.
“Lo que vemos en las estadísticas –comenta Clara Cortina– es que
es sobre todo a partir de las segundas parejas cuando se dan las diferencias de
edad más importantes, ya sea a favor de los hombres o las mujeres. Quizás
porque cambian los ámbitos de relación”. Las primeras
parejas suelen formarse en el barrio o en la universidad, mientras que las
segundas, las terceras... se fraguan con frecuencia en el ámbito laboral o
través de grupos de amigos, donde suele haber más diferencia de edad.
Otro factor
que explica que aumenten las parejas en las que ella es mayor que él es, a
juicio de Clara Cortina, “el que se
haya roto la norma única sobre lo que debe ser una pareja”.
Ahora la sociedad acepta, en general, a parejas de muchos tipos: parejas de
homosexuales, parejas en las que cada uno vive en su casa, parejas que deciden
no tener hijos…
“Y, al romperse esa norma única, se relaja la presión sobre las relaciones que
antiguamente no eran convencionales”.
¿Qué
tienen de singular a nivel afectivo o sexual las parejas en las que la mujer es
mayor que el hombre? ¿Se diferencian en algo de las
relaciones entre personas de edades similares? ¿Qué encuentra una mujer en un
hombre bastante o mucho más joven que ella? ¿Y un hombre en una mujer bastante
o mucho mayor que él? “Ella puede
encontrar la vitalidad de la juventud”, opina Margarita Solé. “Por otro lado, a todos nos cuesta aceptar el paso del
tiempo, y algunas mujeres pueden intentar frenarlo iniciando una relación con
alguien diez años más joven. Pero esto, por cierto, también lo hacen ellos”.
Aunque hay algunos casos en los que la diferencia de edad es muy grande. ¿Si
ella tiene 45 años y él 25? “Yo creo que por parte de ella puede haber una negación
muy clara del paso del tiempo”. Sin olvidar que, en muchas
relaciones, se establece una dinámica de poder. “Algunas
personas viven las relaciones como luchas de poder. Y para una mujer será
más sencillo tener el poder si está con alguien más joven”.
Además, como
explica Antoni Bolinches, “la mujer se puede sentir una triunfadora social por el
hecho de estar con un hombre más joven. Muchas mujeres de mediana edad son
atractivas. Y hay que tener en cuenta que la plenitud sexual del hombre se da a
los 30 años, mientras que la mujer llega en plena forma a los 50”. Esa
combinación sexual es muy satisfactoria para ambos porque se mezcla potencia y
experiencia. Un hombre aún en buena forma con una mujer que conoce su cuerpo y
sabe muy bien cómo conseguir placer. “Y el atractivo
no sólo es el cuerpo”, explica Margarita Solé. “El mercado
nos quiere atrapar en unos modelos de mujer concretos. Pero una mujer de 55 o 60 años puede transmitir mucho erotismo y
sensualidad con su forma de hablar, con su mirada…”, ilustra esta psicoanalista.
Asimismo, “una mujer mayor
puede ser muy acogedora”, señala Antoni Bolinches. “Así que el
hombre tal vez encuentre en ella cosas que le da una pareja y también una
madre, metafóricamente hablando”. Pero eso es algo que no es
monopolio de las parejas en las que ella es mayor que él. Como explica
Margarita Solé, “hay
muchas mujeres que cuidan a sus maridos, y estos son mayores. Y hay hombres que
buscan a una mamá en una mujer más joven. Es normal que, en una pareja, el uno
cuide al otro. Pero es verdad que el hombre joven puede buscar una sensación de
seguridad en una mujer que le lleva varios años”. Todo eso sin
descartar, como comenta Antoni Bolinches, “que haya hombres que estén con mujeres mayores por
interés económico o por ascender socialmente”.
No hay una
explicación universal para todas las parejas en las que el hombre es bastante o
mucho más joven que la mujer. “Claro que las parejas en las que él es más joven
pueden ser sanas y equilibradas –apunta Margarita Solé–. Y una ventaja es que estas relaciones pueden ayudar a que el hombre
madure”. Aunque esta psicoanalista considera que, en este tipo
de relaciones, el hombre puede intentar solucionar en el presente problemas que
ha vivido en el pasado. “Si un hombre ha tenido una madre sobreprotectora, quizás
quiera repetir esa relación con su pareja. Si ha tenido una madre con muchas
carencias, quizás quiere lo que no tuvo. Y
cuanto más desee tener a una madre en lugar de una pareja, más problemática
será la relación”.
A juicio de
Antoni Bolinches, “la viabilidad de estas parejas no suele ser buena a medio plazo.
Muchas no superan la fase pasional porque, por ejemplo, tienen reticencias a
hacer pública su relación o no ven claro qué proyecto de vida pueden tener en
común. Son amantes durante un tiempo y ya está. No siempre tienen que ser
relaciones problemáticas o cortas, pero se enfrentan a importantes
dificultades”. Y una de las más arduas es la de superar la presión
social. “La mujer de 47 años, por ejemplo, que sale
con un hombre de 29 hace pública su sexualidad”, señala
Margarita Solé. Demuestra que tiene un deseo sexual desligado de la maternidad.
“Y eso es
algo que mucha gente todavía no acepta. Al hombre le dicen que podría estar con
una más joven. A la mujer la critican o ridiculizan. O le dicen que él la
dejará por una más joven. O si ella tiene 30 y él 20, por ejemplo, le dicen que
su pareja podría ser su hijo, aunque sólo se lleven diez años. A pesar de que
cada vez hay más libertad sexual”.
“Pero las
críticas pueden ser celos con una coartada social”, explica
Antoni Bolinches. Todo ello provoca una presión social que, en opinión de los
expertos consultados, no viven las parejas en las que él es mayor que la mujer.
“El poder es
machista y defiende un modelo que beneficia a los hombres. En muchas películas,
por ejemplo, se ven hombres de 50 años emparejados con mujeres de 30”,
añade Antoni Bolinches. “Pero no al revés”.
Es una presión
social que ambos pueden interiorizar y que será una bomba de relojería para la
relación. “En
terapia he visto que parejas en las que ella es cinco años mayor sufren esta
presión. Y eso hace que muchas parejas de este tipo no se planteen convivir”.
Un hombre de 27 años quiere presentar a su novia a sus padres. Y ella tiene 38
años. “Pues
quizás ya no la lleva porque sabe que sus padres no verán con buenos ojos la
relación. Por eso creo que en estas relaciones es habitual que cada uno viva en
su casa. Así son menos públicas”. Y la presión social puede ser
especialmente dura cuando la diferencia de edad no es de ocho o diez años, sino
de una generación. Para Margarita Solé, “en el momento en que ella piensa: ‘Huy, tiene 20 años
menos que yo: podría ser mi hijo’, en
muchísimos casos se activa la prohibición del incesto. Es decir: ‘No puedo
tener sexo con una persona que podría ser mi hijo’”.
Si la mujer
vive con el miedo de que su pareja la pueda dejar por una más joven, “empezarán los
celos y quizás una lucha enfermiza para evitar el paso del tiempo, por ejemplo,
mediante operaciones de cirugía estética”, explica Margarita Solé. Y
el hombre también puede tener miedos que zancadilleen la relación: “Un hombre de 37
que está con una mujer atractiva de 50 puede pensar que cuando él tenga 50 y
todavía esté en buena forma, ella tendrá 63. Y puede tener miedo de no
desearla, de que pierda el atractivo, de que se muera antes que él, de que
pierda la salud, de que ella no tenga energía para hacer la vida que a él le
apetece…”.
La
atracción, el enamoramiento o el deseo de estar con una persona no son garantía
de que una relación vaya a durar. Y en este tipo de relaciones
quizás ambas personas se encuentran en un momento vital muy diferente. Una
mujer de 37 años que quiera tener hijos quizás se lo piense mucho antes de
iniciar una relación con un hombre de 27 que ve la paternidad como un horizonte
muy lejano. “Y si una mujer tiene hijas adolescentes o jóvenes, puede tener
miedo de que el hombre quiera seducirlas. Son cosas que pasan”, comenta Antoni
Bolinches. Otra poderosa razón para que ella se lo piense mucho o prefiera que
él no viva con ella.
Es evidente
que todas las parejas corren el riesgo de enfrentarse a dificultades o crisis a
lo largo de su relación.La clave para las parejas en las que la mujer es la
mayor reside, para Bolinches, “en que disfruten de un buen acoplamiento sexual y tengan
caracteres compatibles, valores similares, y un proyecto común”. Y tendrán que ser fuertes para no dejarse
llevar por el qué dirán y demostrar que el amor no tiene edad.
Famosas
y famosos
La cantante
Shakira, de 36 años, y su pareja, Gerard Piqué, de 26 años y jugador de fútbol
del FC Barcelona, tienen un hijo. Jennifer López, cantante y actriz, tiene 43
años, y Casper Smart, su pareja, 25. El actor Hugh Jackman es trece años más
joven que su mujer, Deborra-Lee Furness.
¿Ayudan las parejas de famosos a normalizar las relaciones de pareja en las que
la mujer es mayor que el hombre? “Creo que pueden animar a otras personas a iniciar este
tipo de relaciones”, opina la psicoanalista Margarita Solé. “Pero también
hay que dejar clara una cosa: la sociedad acepta que estas famosas estén con
hombres más jóvenes porque, en general, ellas suelen aparentar menos edad de la
que tienen”. Y ellos suelen ser hombres atractivos. “Creo que a muchas personas les cuesta ver a una mujer
corriente, con su celulitis y sus arrugas, con un hombre más joven”.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada