Tengo 78 años.
Soy barcelonés. Soy gerontólogo social,
especialista en jubilarse jubilosamente. Tengo tres
hijos y seis nietos. ¿Política? Progresista, ¡mejora de la sociedad! ¿Creencias? Soy católico practicante. Si te
jubilas, ¡atorníllate una buena agarradera en el baño!
PARA
TORPES
Es nuestro más
veterano y experimentado especialista en gerontología social, es decir, en
saberlo todo sobre la tercera edad y la jubilación, estadio que Moragas lucha
para dignificar y que no sea una "muerte civil". Le apasiona su
trabajo como formador de trabajadores -funcionarios públicos, empleados de
grandes industrias..., a los que prepara para que su jubilación no sea una
jubilación guillotina": como tal la viven muchos. "Uno me preguntó si podría seguir
haciendo el amor tras jubilarse».", me ilustra Moragas, que
compendia todo su saber al respecto en el libro Jubilación para torpes (Oberon), un buen manual alegremente
ilustrado por Forges.
Jubilarse ¿es jubiloso?
Debería, pero
no siempre lo es.
¿Por qué no?
Porque nadie
nos enseña a prepararnos para tan crucial momento..., que siempre llega.
Excepto si te mueres antes.
Lo que no es
mal final: es
preferible una muerte a tiempo que una mala jubilación.
¿Qué es una mala jubilación?
Si entras en
una cascada de dependencias...
¿Depender de otros?
Depender de
otros para lo básico: es lo peor.
Enséñeme a jubilarme bien, por
favor.
Es una
asignatura que debería enseñarse desde el jardín de infancia.
Bromea.
No. Nos educan para
ser siempre jóvenes y no ver el final de la vida, no aceptar que un día seremos
viejecitos... Corrijamos eso.
¿Cómo?
Dejando que
los niños vean a la abuela muerta, por ejemplo. Lleva a los niños al funeral y
al entierro de un ser querido.
Aunque lloren.
Les ayudas a crecer: les muestras la realidad, que la vida es
nacer, madurar, envejecer... y morir. Y después, lo
que cada uno crea. Pero los padres sobreprotegen hoy a los hijos de un modo
antinatural.
¿Qué puedo hacer por mi buena
jubilación? ¿O ya es tarde?
Siempre se
puede hacer algo: organizo cursos para que jubilarse no suponga una muerte
civil, una muerte anticipada.
¿Y qué me aconseja?
Contemplar
cinco aspectos: físico,
mental, social, económico y residencial.
Físico: ¿cuidarme?
El 39% de la
población española padece sobrepeso: ¡es la puerta a una jubilación achacosa!
Evítalo con ejercicio, dieta mediterránea a horas regulares, sin tabaco, con
poco alcohol..., y duerme tus horas cada noche.
Ahí voy mal...
Y al que llega
a la jubilación, le doy un consejo básico: vigila no perder el equilibrio al caminar. ¡Es
fundamental! Una mala caída puede desencadenar una cascada de dependencias...
irreversible. Yo mismo me operaré una rodilla ahora, para evitar caerme.
Vamos con la mente: ¿cómo la
cuido?
Mantenía
activa. Veo que tomas notas mientras hablamos: ¡bien, estimulante! Y procura
cultivar actividades intelectuales que te motiven... para seguir con ellas al
jubilarte.
¿Es importante?
¡Mucho! La enfermedad
más frecuente entre jubilados es la depresión: un 15%. Muchos
jubilados lo llevan mal..l y hay bastantes suicidios, pero de eso nadie habla.
¿Y la degradación neuronal?
Olvidar dónde
están las llaves es leve, más grave es olvidar el nombre de tu pareja. La clave
es adaptarte a cada situación.
Y aquí habrá de todo.
Está el
jubilado maduro: disfruta con su presente. El jubilado pasivo: le compensa
quedarse en la mecedora. El defenso-activo: "Si me paro me muero",
dice, haciendo cosas para evitar la ansiedad del tiempo libre...
Mi señor
padre.
El jubilado
colérico: lo
critica todo y culpa a todos de sus fnistraciones. Y el jubilado
autoagresivo: se
odia, se culpa de todo...
Qué amargura.
Vamos con el
entorno social: el 84% de los jubilados pierde el grueso de sus relaciones
sociales al jubilarse. Y, aquí, la familia es crucial: en España, la familia
palía muy bien lo que en otros lugares cubre el Estado.
Conviene cultivar la familia,
pues.
Hay quien ha
conocido a su mujer al jubilarse: uno me contó que, por su trabajo, en veinte
años sólo habían convivido veinte días...
Un caso extremo...
Más común es
convertirse en abuelos-esclavos:
niñeros de nietos. ¡Cuidado! Hay que pactar una ayuda mutua razonable.
Aconséjeme sobre el dinero.
Las pensiones
tenderán a encogerse. Planifique una pensión complementaria privada. Y ya
venderá bienes superfluos al jubilarse, y pactará una renta vitalicia sobre la
vivienda, o una hipoteca inversa-..
Y moderaré gastos.
Y evite
crueles disputas entre hijos: deje un testamento lo más claro y preciso
posible.
¿Qué es lo primero que debería
hacer alguien al jubilarse?
Una memoria vital: un repaso de lo que ha sido su vida
para entender que ha sido productiva, que tiene un sentido psicosocíal.
¿A qué edad deberíamos
jubilarnos?
A los 70 años:
estamos en forma a esa edad, y podemos disfrutar trabajando... y hacer
sostenible el sistema público de pensiones.
¿Qué regalo le haría a un
jubilado?
Un agarradero
para el baño.
¿Ah, sí?
Sí, ¡y bien
atornillado a la pared! Eso te puede salvar la jubilación. Eso y, en vez de bañera
o plato, ducha a pie de suelo con piso antideslizante y sumidero en medio. ¡Hay
que prevenir a toda costa una caída! Con eso evitarás una cascada de
dependencias... letal.
Resuma la lección para
jubilarse bien.
Lo ideal es
tener salud,
dinero y amor hasta el final y que la muerte sea sólo un saltito.
Deme un ejemplo de jubilado
jubiloso.
El doctor
Joaquín Barraquer.
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