Ha llegado el momento de elegir la carrera
universitaria, de romper una relación de pareja que tenías desde hace años o de
abandonar tu país en búsqueda de otras oportunidades… Estas y otras situaciones
pueden conmocionar los cimientos de nuestra vida y hacernos dudar de nuestras
convicciones más profundas por lo que no es extraño que nos preguntemos qué
vamos a hacer con nuestra vida a partir de ese instante.
El sentido de
la vida: La brújula que nos orienta
Encontrar el sentido de la vida no siempre es
fácil. Hay personas que atraviesan por una crisis existencial antes de
encontrarlo y otras, nunca se han planteado siquiera esta cuestión y viven
simplemente por inercia. Sin embargo, el sentido de la vida es lo que nos motiva e impulsa, lo
que nos llena y nos hace más felices.
Tener un objetivo en la vida nos ayuda a superar
los obstáculos y nos permite comprender qué cosas son verdaderamente
importantes y cuáles son nimiedades que solo sirven para robarnos tiempo y
energía. Por eso, a la larga, tener un sentido de la vida nos permite ser más
eficaces, enfrentar los problemas desde una perspectiva más madura y, por
supuesto, ser más felices.
Por suerte o por desgracia, el sentido de la vida
no es una fórmula mágica ni una meta que se pueda transferir de una persona a
otra, debe
ser una respuesta que venga de tu interior y que te satisfaga solo a ti.
Sin embargo, algunas preguntas pueden ayudarte a encontrar el verdadero sentido
de la vida. Y antes de responderlas, ten en cuenta la célebre frase de
Voltaire: “A un hombre no se le juzga por sus
respuestas sino por sus preguntas”.
La clave: Preguntas adecuadas, respuestas
personales
¿Por qué estarías dispuesto a sufrir?
El primer paso no consiste en buscar las cosas que te hacen feliz o
que te agradan, eso sería demasiado fácil y hasta banal. En su
lugar, pregúntate por qué cosas estarías dispuesto a sacrificarte, esas son las
cosas verdaderamente importantes de tu vida, por las que estarías dispuesto a
dejarlo todo y por las que vale la pena luchar de verdad.
¿Cómo imaginas tu vida dentro de 5 años?
A menudo estamos tan inmersos en nuestra rutina
cotidiana que no nos damos cuenta de que necesitamos planificar nuestro futuro.
Si no lo haces, los hábitos de hoy decidirán tu vida de mañana. Por tanto, haz
un esfuerzo de imaginación y piensa en cómo querrías que fuese tu vida dentro de 5 o
10 años. Recréalo todo con el más mínimo detalle y cuando regreses
de tu sueño, pregúntate si la vida que llevas hoy te conduce a esa vida ideal
o, al contrario, te aleja de ella. Recuerda que si no sabes a dónde vas, no llegarás nunca.
¿Qué harías si
no tuvieses miedo?
El
miedo es un mecanismo inmovilizante, que nos obliga a mantenernos en nuestra
zona de confort, sin arriesgar. Hay personas que pierden toda la vida
por miedo, sin atreverse a dar jamás ese paso que hubiera podido marcar la
diferencia. Por consiguiente, imagínate qué harías si no experimentaras temor y
después, planifica tareas prácticas que te permitan lograr, poco a poco, ese
estado.
¿Qué harías si
estuvieras seguro de que no fracasarás?
El temor al fracaso y a la crítica social también
nos inmoviliza. A menudo tenemos ideas excelentes que nunca llevamos a la
práctica porque nos convencemos de que son una locura. Luego, vemos que otra
persona las ha realizado y ha tenido éxito y nos sentimos como unos fracasados.
Si quieres darle un nuevo sentido a tu vida, es importante que elimines la variable
“fracaso” de la ecuación.
¿Cuáles son
tus 3 mayores talentos?
El sentido de tu vida es el punto de intersección
entre tus grandes pasiones y las necesidades del mundo. Descubre cuáles son tus
verdaderos talentos y aprende a explotarlos para que puedas vivir de ellos. Porque no basta
con que te apasione una cosa, también debes demostrar que puedes llevar a cabo
un plan para lograr algo.
¿Qué trabajo
estarías dispuesto a hacer, incluso gratis?
El dinero es importante porque gracias a él
satisfacemos algunas de nuestras necesidades pero no es lo único que cuenta.
Cuando un trabajo te apasiona de verdad, puedes ganar menos y, aún así,
sentirte satisfecho porque, en realidad, no se trata de un trabajo, es algo a
lo que te dedicas con cuerpo y alma y de lo cual te sientes orgulloso, es algo
que te llena.
¿Cuándo fue la
última vez que te sentiste vivo?
Intenta recordar esos momentos en los que una
energía te recorrió y te sentiste verdaderamente vivo, enérgico, capaz de
comerte el mundo. Esa es una de tus pasiones y no la debes dejar escapar porque
es una de las llaves de tu felicidad. Intenta que estas sensaciones sean cada vez más
frecuentes en tu vida y no algo que sucede raramente.
¿Cuáles son
las 3 cosas que más echarías en falta en el mundo?
Imagina que estás en una isla desierta y salvaje
donde no hay ningún rastro de la vida moderna. ¿De qué cosas te resultaría
difícil prescindir? ¿Qué echarías terriblemente de menos? Con este ejercicio,
muchas personas afirman que necesitarían los libros pero, asombrosamente, en su
vida diaria, debido al estrés y la falta de tiempo, los libros están relegados
al olvido. Por eso, sin importar lo que elijas, cerciórate de tener esas cosas cerca cada
día porque son una gran fuente de satisfacción para ti.
Si te quedase
solo una hora de vida, ¿cómo la emplearías?
De seguro no en las redes sociales y enviando
mensajes con el móvil. Por tanto, ¿por qué llenas tu día a día de cosas que no
son tan importantes para ti? La vida es más corta de lo que imaginamos pero aún
estamos a tiempo para cambiar nuestros hábitos y hacerle espacio a esos
momentos que realmente cuentan.
¿A quién
admiras más en el mundo?
Aunque no se trate de un modelo, en el sentido más
estricto del término, todos tenemos a alguien que nos inspira con sus
comportamientos y decisiones. Piensa sobre tu modelo e intenta, todos los días,
parecerte un poco más a él.
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