.jpg)
Y es que es verdad, la vida se muestra paso a paso, mientras
vas haciendo tu camino. Cada momento que te considera preparado para
una nueva lección que hay que aprender, sutilmente te trae a tu vida una
persona, un momento o un lugar, para aprender esa nueva lección. A veces en
forma de señal sutil, otras con un suceso drástico e inesperado que te hace
perder el equilibrio o caerte al suelo! Cada nuevo peldaño que subes por la
escalera de la vida, ese escalón se hace más alto, pues a medida que te acercas
al final de ella -o sea a la luz, después de una larga oscuridad- la escalera
se hace más escarpada… Alguien dijo que horas antes de salir el sol es cuando
la negra noche se hace más hostil y oscura!
La verdad es que, si lo piensas bien, la vida sabe
más de cada uno de nosotros, que nosotros mismos. Te trae
situaciones, a medida de tu capacidad de verlas, sentirlas y de vivirlas, con
valor.
Puedes atender a estas aparentemente fortuitas situaciones o bien puedes dejar
que pasen de largo, como tantas otras veces hiciste a lo largo de tu vida
anterior, cuando no estabas tan atento o el miedo mandaba tu vida. Pero, ni qué decir tiene que esas señales
desoídas y desatendidas que van sucediéndose día a día no desaparecen, sino que
insisten e insisten de diferentes formas hasta que las tienes en cuenta. Tras
cada situación -la atiendas o no- hay una lección que debes aprender,
impepinablemente, aunque a su debido tiempo. O lo haces a la primera ocasión…o bien lo
harás más tarde, pero con un suceso más intenso. Como suelo afirmar,
una enfermedad grave comienza con un simple resfriado, desatendido o mal
curado!
Así, día a día de nuestra vida, van apareciendo nuevas lecciones
que hay que aprender, a través de personas y situaciones que llegan a nuestra
vida, cada día… Puedes atenderlas y aprender con ellas o bien
ignorarlas e ir acumulando deberes para el resto de tu vida. En mi caso,
algunas incluso se han convertido en mi personal e intransferible cuaderno de
deberes para este verano…
Como ya escribí hace algunos días, me hallo en un
momento crucial en mi vida. Y tengo el privilegio de saber qué importante
lección debo aprender ahora, en este momento de mi vida. Tal vez por primera
vez, debo seguir aprendiendo a vivir mi propia y mágica vida y, sobre todo,
aprender a confiar en ella, pues sabe más que yo de mí mismo. Y eso no es
fácil, pues desde muy niño aprendí a intentar controlar mi vida, cada día.
Supongo que como todos. Y hoy la vida ya no me pide que confíe en mí mismo solo,
sino que también confíe en que ella me llevará -paso a paso- hasta donde deba
llegar, simplemente fluyendo…
Para una persona como yo que ha crecido -como
todos- gracias a las dificultades y a los retos superados, dejarse llevar por
la vida da vértigo y, por qué no admitirlo, también miedo! Tal vez lo único que
tengo claro es que, hasta ahora y siendo un simple superviviente que reacciona
como sabe y puede ante los avatares de la vida, no he logrado -como pensaba y
muchos aún piensan- llegar a vivir la vida plena que quería y siempre había
soñado. Ni que decir tiene que mi vida aún depende demasiado de las
circunstancias externas de mi día a día y no tanto como quisiera de lo que
siento dentro de mí. Aunque el Alma ya guía mis a ratos torpes pasos por esta
vida, de vez en cuando me tambaleo como aquel niño que está prendiendo a andar
por primera vez en su vida. Solo falta que algo se mueva y/o se desmorone en mi
vida ordinaria, para que me sienta vulnerable como el simple y eterno aprendiz
de la vida que soy, cada día…
Cualquier recorrido o travesía, por larga que sea,
siempre empieza por un primer paso. Y el primero en la vida es darte cuenta de
que eres siempre más frágil de lo que crees y que la vida es quien manda
siempre en tu propia vida, aunque cambie cada día. El segundo paso
tal vez sea darte cuenta de que debes aprender a confiar en tu propia capacidad para
andar, paso a paso, hacia donde deseas, hacia tus sueños. Y el
tercero, que una vez hayas empezado a andar de esa manera, debes aprender a confiar en que la vida
será -en última instancia- la que te traerá todo lo necesario para aprender a
vivir todo aquello que realmente mereces. Si a esto le añadimos que
no sabemos cuánto tiempo viviremos, eso invita a andar día a día sin parar
desde ya y esperar que la vida haga el resto…
En el propio camino hallas todo lo necesario para
seguir andando y, a la vez, aprendiendo a andar mejor por tu vida. Así,
aparecen personas o situaciones inesperadas que te dan pistas sobre cómo seguir
andando, por lo cual debes estar bien atento. Esas personas tal vez han llegado a tu vida
para ayudarte a dar un nuevo paso. Y así descubres que están aquí,
contigo, solo para ayudarte y ayudarles tú a ellas. Jóvenes o viejas, qué más
da si te enseñan lo que debes aprender, a cada momento! Todos andamos el mismo
camino, aunque de diferentes maneras! No hay maestros ni alumnos, sino personas que,
como tú mismo, andan su propio camino y necesitan compatirlo contigo para
crecer. Y agradeces a la vida su inesperada aparición, así como a
ellas el haber aparecido en el momento oportuno. Alguna compartiendo silencios
o ausencias, otras, diciéndote aquello que ya estás preparado para oír y
entender de tu propia vida. Y empiezas así a sentir que
la vida -y todos y todo
lo que hay en ella- es mágica. Y abandonas poco a poco esa sensación de
aparente control y falsa seguridad que nos aletarga, haciendo que, tal vez por
primera vez, confíes ya en la vida y en el amor que hay en ella! Y es entonces
cuando reconoces que ese amor -y la consiguiente felicidad que trae consigo- es
precisamente el camino hacia lo que siempre habías soñado para tu nueva vida!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada