Amor
o miedo, no hay más
En la vida solo puedes actuar
por amor o por miedo, no hay más. El miedo es un invitado, en demasiados casos
frecuente, ajeno y externo, aunque se inocula en nuestro corazón. El amor, en
cambio, brota desde dentro, cuando lo dejamos brotar. Y si vives el amor, esto
trae consigo la felicidad, como todo el mundo sabe. Pero, lamentablemente, no
todos nos lo permitimos. Por eso suelo afirmar que la felicidad es una opción libre de vida.
Hace falta valentía, libertad, persistencia y coherencia.
Valentía
Valentía para tener el valor de desenmascararnos de la mentira
en la que solemos vivir. Lo que nos han dicho que éramos, lo que creemos
ser y lo que tenemos. Y hay que tener valentía para desnudarse capa a capa como
una cebolla y quedarnos solo con lo que realmente somos. Esto provoca miedo,
además de, a medida que nos vamos desnudando, descubrir que hemos vivido una
vida ajena y falsa que poco tiene que ver con nosotros. Y detrás, por si fuera
poco, llega la culpa por haber perdido media vida de esa manera, además de las
“víctimas” que fuimos acumulando en nuestra arduo camino hasta nuestra propia
vida, esa que siempre habíamos soñado y que, sin duda, merecemos todos. Posiblemente el
primer paso hacia la felicidad sea tener valor de dejar de seguir siendo
infeliz!
Libertad
La libertad es lo que
conseguimos, una vez nos hemos despojado de todo lo ajeno y accesorio de lo que
somos en realidad. Con asuntos no resueltos, con capítulos inacabados y
sufrimiento acumulado, nuestras acciones en el hoy están hipotecadas y
condicionadas. No somos libres, la mayoría de nuestro tiempo vivido no ha
tratado otra cosa que huir del dolor escondido en nuestro corazón, sin
importarnos demasiado hacia dónde dirigíamos nuestra energía y nuestro tiempo, si era para
seguir invirtiendo en esa vida vacía a la que estamos acostumbrados o bien
hacia nosotros mismos y nuestra felicidad.
Persistencia
La persistencia o constancia es
aquello que nos permite, a pesar de las circunstancias, seguir nuestro camino hacia nosotros mismos
y nuestra felicidad. Porque aunque hayamos decidido cambiar para
recuperar la esencia de nuestra vida y darle sentido propio y pleno, surgen
miedos antiguos desde el interior o esas inercias instaladas en nuestra manera
de vivir hasta aquel momento. Si a eso añadimos que nuestro entorno más
inmediato, acostumbrado como está a esa otra persona que hemos sido, no
facilitará el cambio, pues ellos también tienen sus propias inercias que
vencer. En el mejor de los casos y pasa siempre, si estás atento aparecerán
personas nuevas o que ya estaban en tu vida que también han iniciado su propio
camino y aquellas otras de siempre, que te quieran de verdad y harán lo posible
para ayudarte a ser feliz. Pero ten en cuenta que la vida de tanto en tanto
pondrá pruebas a tu firmeza, porque cada paso que des hacia tu luz, te invitará
a que atravieses alguna sombra. Y a más luz está a punto de alcanzar, las sombras que
aparecerán serán más oscuras y profundas! Y eso, a la vez, te demostrará que
estás en el buen camino hacia ti mismo!
Coherencia
La coherencia con tu interior debe iluminar cada uno de tus
pensamientos, sentimientos y acciones que emprendas, en tu nuevo camino. Todo debe
obedecer a ese cambio que buscas y por el que has decidido apostar, cueste lo
que cueste, pues ya sabes que no va a ser siempre fácil el camino hacia ti. En
ciertos momentos difíciles acudirán a tu mente tu viejos esquemas, hábitos y
pensamientos y tendrás la tentación de dejarte vencer, por aquello de que “es mejor malo
conocido, que bueno por conocer”, pues la mente sabe ser muy
perversa cuando quiere, pues tu nueva vida significa algo nuevo y desconocido,
o sea una
amenaza para ella que siempre ha tenido ansia de controlar tu vida basándose en
la experiencia.
Por otro lado, la coherencia es
que estés alineado con tu interior y lo vivas de esa manera, lo que no es
siempre fácil en un mundo en que la consistencia con los valores personales
muchas veces penaliza. De ahí, de nuevo, la necesidad de valor y no caer en ese
hábito humano que es el autoengaño.
Resistirse
a ser feliz
Ser infeliz también es una
opción, a veces libre y otras, no tanto. Si lo miras bien, media vida has
estado gastando energía -aunque te parezca mentira- en evitar ser feliz. Cada vez que
has dejado de ser tú, de pensar, sentir o hacer algo que sentías por dentro,
dabas un paso hacia tu infelicidad. Y, con el tiempo, esa
infelicidad la vas incorporando a tu vida y hasta crees que forma parte
inherente a tu personalidad. Seriedad, madurez, responsabilidad, racionalidad,
etc. son términos que, convenientemente manipulados y sacados de contexto, te
has impuesto tú, los demás y/o la propia sociedad cada vez que te rebelabas e
intentabas ser tú mismo. ¿El riesgo de llevarles la contraria? Que no te
acepten, la temida soledad. Pero ni que decir tiene que, en el mismo camino de redescubrirse, hay
muchas otras personas como tú redescubriéndose, a tu alrededor. De
hecho es un proceso por el que todos pasamos, llegado el momento adecuado. Y entonces
aprendes que en tu vida ya no cabe cualquier persona, sino que conectas y te
enriquece tal vez un nuevo tipo de persona, con quien compartís un nuevo y
misterioso camino hacia vuestra felicidad!
La
infelicidad, como opción
Pero, como decía antes, a veces
la infelicidad es una opción, en principio libre. Detrás suele haber sentimientos no
procesados de culpa, o sea baja autoestima. No nos merecemos la felicidad!
En algunas ocasiones nos obstinamos en no vivir la felicidad porque eso nos
incomoda a nosotros mismos (por algún conflicto interior no resuelto, por
dolor) o por los demás, el mundo que nos rodea. Y nos retiramos de nuestro
camino hacia la felicidad. Seguramente durante un tiempo… a no ser que volvamos
a incorporar el sufrimiento a nuestra forma de vivir, como antes hicimos en
nuestra historia. Somos
libres, hasta para castigarnos de esa manera. El miedo
también está detrás. Por eso alguien dijo que detrás del miedo, atravesándolo y mirándolo
de cara, está el amor y la consiguiente felicidad! También es verdad
que, quien
prueba y ha vivido el amor y la felicidad de verdad, alguna vez, sueña en
reincidir!
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