
Kantaka se dio cuenta de que el hilo era como una
cuerda de plata muy fuerte y, como deseaba salir del infierno, se aferró al
hilo, a pesar de ser consciente de que la escalada era muy peligrosa porque el
hilo podía romperse por su peso. Así que empezó a subir y subir, ayudado por
manos y pies.
La escalera era larga. Cuando llegó a la mitad
miró hacia abajo y se dio cuenta de que una multitud de gente subía por el hilo
detrás de él buscando también su liberación. El pánico se apoderó de Kantaka:
-Esta cuerda
no aguantará tanto peso y por culpa de todos ellos acabaremos todos en el
infierno
-dijo.
Y continuó pensando:
-Sería mejor
que todos cayeran de nuevo en el infierno y me pudiera así liberar de su peso.
¿Por qué me han tenido que seguir?.
En aquel momento preciso el hilo cedió exactamente
a nivel de las manos de Kantaka, y todos cayeron nuevamente en las
profundidades tenebrosas del lago.
Buda miró entristecido hacia abajo. Y es que nadie puede
salvarse solo, prescindiendo de los demás.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada