
Ese proceso
consiste en volar a lo alto de una montaña y recogerse en un nido, próximo a un
paredón, donde no necesita volar y se siente más protegida. Entonces, una vez
encontrado el lugar adecuado, el águila comienza a golpear la roca con el
pico... hasta arrancarlo. Luego espera que le nazca un nuevo pico con el cual
podrá arrancar sus viejas uñas inservibles. Cuando las nuevas uñas comienzan a
crecer, ella desprende una a una sus viejas y sobrecrecidas plumas. Y después
de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y
crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y
festejo para vivir otros 30 años más.
En nuestra vida también nos toca
sufrir procesos de renovación para no sucumbir. Tenemos quizá que resguardarnos
por algún tiempo, meditar, someternos a ciertos sacrificios para llevar a cabo
algunos cambios necesarios.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada