Félix Torán, físico, doctor en Ingeniería Electrónica,
funcionario internacional y escritor
Tengo
39 años. Nací en Valencia y vivo en Francia;
prefiero no precisar por cuestiones de seguridad, trabajo en la Agencia
Espacial Europea. Estoy casado y tengo dos hijos. En política busco la mejor opción en cada momento, sin
fidelidades. El universo es un todo inseparable
Cuestión de gestión
Conferenciante,
escritor, coach, trabaja en la Agencia Espacial Europea, investiga, dirige
sesiones científico-técnicas, viaja continuamente, escribe libros, tiene una
vida social y familiar intensa, y tiempo para visitar a sus padres (afincados
en Valencia), practica deporte cinco horas a la semana y meditación, ocho.
¡Ah!, y dice que pasa mucho tiempo con su familia y que duerme ocho horas
diarias. ¿Les salen las cuentas?... A mí tampoco. Entonces, ¿cuál es el
secreto? Para responder a esa pregunta que le hacen como mínimo una vez al día
ha escrito El tiempo en tus manos (Luciérnaga), una guía para gestionar
bien el tiempo. "Deje de trabajar para el tiempo -me
dice-, y el tiempo trabajará para usted".
Para ser feliz, basta con dejar de ser no feliz.
Bonita frase.
Nos pasamos el
día creando causas que van en contra de nuestra propia felicidad y que al final
se anclan en el subconsciente convirtiéndose en resistencias que operan
continuamente.
No tengo tiempo de nada.
Ese
mantra nos programa precisamente para eso. No lo repita más y aprenda a
gestionar el tiempo.
¿Por dónde empezamos?
Separando lo
importante de lo no importante.
La mayoría no sabe hacerlo porque no tiene un criterio para ello.
¿Cuál es el criterio?
Saber dónde
queremos llegar,
cuál es nuestra visión y nuestra misión en la vida, de la que se derivan
valores y metas. Todo lo que vaya a favor de eso es importante; lo que nos
separe de ello es un ladrón de tiempo.
¿...?
Puede ser una
persona, una tarea, una situación.
Cada persona tiene sus ladrones de tiempo, pero hay algunos muy extendidos,
como las interrupciones, reuniones y llamadas no deseadas, el desorden, la
multitarea.
Lo de tener una visión suena
esotérico.
La visión es el
propósito en la vida,
en qué queremos convertirnos a largo plazo. El hecho de ponerlo por escrito nos cambia
la vida, nos da un marco de referencia; si no, nos pasamos la vida
en prueba y error.
¿Y lo de la misión?
Como mínimo es la
de ser feliz.
Se trata de un proceso de autodescubrimiento. Hay que cuestionarse tres cosas: quién soy,
cuáles son mis talentos, qué voy a hacer con ellos y a quiénes voy a dirigirme.
Si no sabemos por qué hacemos lo que hacemos, perdemos la motivación.
Cierto.
Mucha gente vive
en el mundo de lo urgente
y hace cosas
que no son importantes para ellos, sino para otros, y encima eso les produce
estrés. Hay que salir de esa zona. Estar ocupado no es malo, siempre y
cuando estemos hablando de trabajo y no de esfuerzo.
Alto ahí.
Si
lo que haces está alineado con tu misión y disfrutas haciéndolo, puedes estar
muy ocupado, pero no agotado.
Deme más herramientas.
Dedique
un tiempo a cada tarea y huya de la
procrastinación.
Latinajo.
Significa
dejar para más tarde. Yo soy partidario del hágalo ya. En el momento
en que se te ocurre una idea, el universo entero está en la mejor configuración
para que la pongas en marcha. Si estás inspirado la acción fluye sola, parece
que todo encaja.
Dígame las tres cualidades
básicas de un buen gestor del tiempo.
Son
personas
proactivas: no esperan que las cosas pasen, sino que hacen
que las cosas pasen. En el universo rige la ley de causa y efecto: toda causa
da lugar a un efecto.
La ciencia se fundamenta en
ello.
Por
tanto, si yo
no hago nada nuevo, nada nuevo va a pasar. Si quieres conseguir
algo, debes considerarlo un efecto y así empezar a crear las causas. La persona
reactiva espera que las cosas pasen mágicamente.
Entendido.
El
cóctel de la buena gestión del tiempo consiste en cuatro partes de disciplina y una de
improvisación. Y hay que conocer el concepto del tiempo, saber que
existe el tiempo verdadero y el falso.
Curiosa distinción.
El
tiempo verdadero es el instante presente; el falso tiempo necesita de la mente
(programar tareas, recordar...), muy útil, pero si nos excedemos deriva en
estrés y enfermedad. En cambio, la conexión con el instante presente la usamos muy poco y
es lo que nos hace felices y productivos.
¿Productivos?
El
súmmum de la gestión del tiempo es la atención plena, cualidad milenaria que
nos permite estar en contacto con el presente incluso usando la mente. Otro
aspecto esencial es gestionar bien la energía.
No estar siempre agotado.
Hemos
de ser conscientes de cómo fluctúa nuestra energía durante el día para dedicar a las
tareas importantes nuestros momentos de máxima energía.
...
La concentración
es otro punto importante.
Es una cualidad que se desarrolla mediante la meditación. Si aprendemos a
concentrarnos en la respiración, desarrollamos la capacidad de no dejarnos
llevar por distracciones. Y no hay que olvidar nuestro personal departamento de
ayuda: el
subconsciente.
¿Cómo conseguir su ayuda?
Si
somos capaces de crear una imagen mental clara de lo que queremos lograr y lo asociamos
a emociones (que ayudan a que el contenido se grabe con más fuerza),
empezaremos
a percibir las oportunidades. Pero es fundamental eliminar las
creencias limitantes ("yo no valgo..., no merezco..."),
que operan sin que seamos conscientes.
Deme algún truco para poner a
trabajar al subconsciente.
Escriba
en un papel su objetivo (por el que ya estamos luchando, aquí no hay magia) y
hágalo de manera correcta (en presente, en voz activa). "Quiero encontrar trabajo"
implica carencia; escriba: "Encuentro
trabajo", imagine
que ya lo tiene. Y aprenda a leer en su cuerpo, en sus sensaciones, porque
es como se expresa el subconsciente.
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