Tengo 58 años y me siento joven dentro de mí. Nací en Madrid. Tengo un hijo en Amsterdam y otro
en París. Con mi marido diplomático compartimos
fines de semanas largos y estupendos. He gestionado varias fundaciones
hasta que me despidieron de una. Soy de izquierdas
Pilar Tena perdió su empleo en la peor edad para
encontrar otro, como millones de ciudadanos de este país. Evoca de nuevo el
miedo de sus compañeros al verla en el paro y el suyo al enfrentarse al mando
sin el apoyo que le daba su trabajo, y cómo se repensó y reinventó hasta
descubrir qué sabía hacer por lo que otros pagaran. Este país le da ahora la
vuelta a su modelo productivo y en el nuevo hay que asumir periodos de desempleo
como parte ineludible de la carrera profesional. Pilar Tena lo explica en Cómo sobrevivir a un despido y volver a
trabajar para dar su propia respuesta creativa al reto del desempleo con su
primera novela: Contratiempos.
Qué fue lo primero que pensó tras anunciar su
despido?
Lo primero que vi cuando dije a mis compañeros que
me habían echado fue miedo. Piensan: "Han podido con esta: ¿seré yo el siguiente?".
Lógico.
Después descubres que gente con la que contabas se
ponen de perfil al verte pasar.
Debería ser menos lógico.
En
cambio, personas con las que no contabas, de repente están ahí apoyándote.
Usted tenía un buen trabajo.
Yo era -v aún me considero- una privilegiada. No
pretendo compararme con despedidos que de verdad han sufrido o con los dos
millones de familias sin ingresos. Pero espero que mi experiencia sirva a
alguien.
Además era una directiva.
Para las mujeres de mi generación el mero hecho de
tener una carrera profesional y estudios, como yo de Derecho y Periodismo, era
una victoria. Y durante mi carrera pude ser gestora en proyectos maravillosos
como el del centenario de García Lorca o la Spain '92 Foundation en Nueva York,
o el último como subdirectora en el instituto Elcano.
Tal vez un cargo demasiado apetecible.
Primera observación: en cuanto te despiden ya no importa qué
habías sido sino qué vas a ser y eso ya sólo depende de ti. Tienes
que tomar el control de tu vida desde el primer momento.
¿Por qué vas a perder el control?
Porque sufres un tremendo golpe a tu autoestima:
tú creías que hacías algo valioso, pero de repente han prescindido de ti, Al
principio buscas consuelo v te dices el tiempo pone a cada uno en su lugar...
¿De veras?
...¡Qué
va! El tiempo no pone a nadie en su sitio, pero tú debes ganarte el tuyo,
porque acaban de quitarte el que tenías.
¿Por dónde volver a empezar?
Por
trabajarte ese sentimiento de culpa que acaban teniendo tantas víctimas.
Y el de tu orgullo golpeado. Nada de recluirse a lamerse las heridas. Nada de
quedarse en la cama leyendo y menos aún viendo la tele.
Usted escribió un libro al respecto.
Fue un modo de ayudar y ayudarme durante un año. Lo primero
que aprendí es que hay que salir. Moverse y mover tus contactos. El
60 por ciento de las ofertas de trabajo se hacen a través de contactos
personales.
De conocidos a conocidos.
Por eso es importante no desperdiciar ninguna
oportunidad de exposición pública: exponte a que te pasen cosas buenas en
cócteles, presentaciones de libros, recepciones... ¡Que te vean! ¡Y la cabeza bien alta!
¿Y cuando ya te ven?
Asumir
que las cosas no van a ser como eran. Hay que ser flexible y abrirse a otras posibilidades.
No te bloquees intentando repetir lo que eras en un empleo igual al que tenías.
Ni te empeñes en cobrar lo mismo.
¿Hay que aceptar recortes?
Tal vez sí o tal vez sean simplemente la puerta a
cosas mejores que las que tuviste. Rebobina tu vida. Intenta repensarte y recuperar
alguna de esas habilidades que dejaste aparcada para ejercitar las
que te lograron el empleo que ya no tienes.
Por ejemplo.
Hay muchos: idiomas que hablabas o que podrías
acabar de hablar bien; ponlos en valor, igual que los estudios dejados a medias
y que se pueden reiniciar proyectos que hicieron ilusión y se pueden retomar...
Negocios que no empezabas por falta de tiempo.
¿Cómo reactivarse?
Preguntándote sin prejuicios: ¿Qué servicio, habilidad o dedicación tengo
por la que una empresa u otro profesional pagaría?
¿Se trata de volver a la nómina?
Tal vez no vuelva a haber nómina.
Cada vez te pueden sacar de ella por menos dinero
y con menos excusas.
Hay que dejar de obsesionarse por la nómina.
Puedes ganar más como autónoma por ofrecer servicios profesionales ocasionales.
Lo importante es asumir que nadie vendrá a buscarte a casa para ofrecerte un empleo.
Debes perder el pudor y salir a venderte al mundo real y al digital.
¿Qué mundo es mejor para el empleo?
Se complementan. En conjunto se trata de crearte una marca personal.
Y hay, que empezar por perder el miedo a venderse.
¿Y una vez logras la primera entrevista real de
trabajo?
En un encuentro de selección de personal las
personas maduras debemos aprender a no insistir en nuestra edad sin querer.
¿En qué sentido?
Evite las menciones a nuestro pasado glorioso.
Sólo nos interesan a nosotros. Al empleador le importan poco: sólo en la medida
que avalen tu rendimiento y tu capacidad futura. Evite mirar atrás y creo que eso sirve no
sólo para encontrar empleo sino para vivir.
¿Qué enfatizo entonces?
Tu presente y tus éxitos más recientes: vende tu
presente continuo. Es lo que vale.
¿Sus consejos le
han servido a usted?
Yo acabo de reiniciar una de esas carreras que
había dejado a medias para dedicarme a la mía: acabo de publicar una novela y
me hace muchísima ilusión.
Muchas gracias. No sabes cuánto me ha ayudado leer esta Contra.
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