Enfrentarse al miedo, y no huir de él. No
disimularlo. No despreciarlo. No fingir no sentirlo u otras tantas y tantas
maneras que nos inventamos para evitar hacerle frente...
Si afirmo que el miedo siempre está dispuesto a
ver las cosas peor de lo que son, verás que llevo razón. No quiero decir con
ello que no haya situaciones objetivamente graves, pero sí que el miedo
incrementa su sensación de peligro más allá de la realidad.
Y además ya deberías saber que huir del miedo
jamás fue una buena estrategia. Si una persona evita siempre las situaciones en
las que puede estresarse, nunca va a tener la oportunidad de extinguir sus
miedos, y la ansiedad continuará de forma indefinida anclada en él, persistente
y tozuda.
Tratemos este año de ser un poco más valientes y
superar algo (aunque sea solo una cosa) que hasta hoy hayamos tenido miedo de
hacer. Esa prueba superada nos demostrará lo equivocados que estábamos al
respecto de las consecuencias y nos dará energía para afrontar nuevos desafíos.
"No huyo de un reto porque
tenga miedo. Al contrario, corro hacia el reto porque la única forma de escapar
al miedo es arrollarlo con tus pies" (Nadia Comaneci)
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