Ya está, ya hemos cambiado de año y el ciclo
comienza una vez más. ¿El mejor consejo para dar la bienvenida a los próximos
365 días que tenemos por delante? Olvida todos esos propósitos de Año Nuevo que
has prometido cumplir con el primer brindis de champán o cava. No sólo es lo
más sensato, sino que un buen número de estudios demuestran que marcarse ese
tipo de metas con el nuevo año no le hace a uno más feliz, incluso cuando
consigues ser del 10 por ciento de la población, según un estudio de hace una
década de la Universidad de Scranton, que cumple sus retos.
Los
nuevos propósitos que llegan con el cambio de cifra también significan que el
grueso de los viejos propósitos no consiguieron hacerse realidad. Así pues,
todo este ritual de prometerse a uno ser mejor, conseguir una vida más cómoda,
dejar el tabaco, no faltar ni un día al gimnasio o abandonar de una vez por
todas esas sobremesas copiosas sobremesas es también una excusa para la
autoflagelación y la culpa. Esa sensación de fracaso no es necesaria, como
tampoco el tiempo gastado en libros de autoayuda y ejemplos de superación sobre
propósitos de Año nuevo.
Cuanto más
ambicioso nuestro reto, que no concreto, más complicado cumplirlo
De hecho, no somos tan distintos como pensamos ni
queremos cosas tan diferentes y el grueso de nuestros metas se puede clasificar
en cuatro categorías en realidad bastante comunes: dinero, salud, mejora personal y relaciones
sentimentales. Del mismo modo, tardamos unos 21 días de media para
que esa nueva actividad que nos hemos prometido cumplir con el nuevo año
–correr temprano cada mañana antes de ir a trabajar, por ejemplo- se convierta
en un hábito. Sabemos que ese primer mes es determinante, porque también es
cuando nuestra voluntad para continuar con ese propósito se quiebra.
Según el coach Steven Shapiro y el gurú tecnologico new age Dave Asprey, la clave está en no considerar todas esas metas como tal. Los
propósitos son retos temporales y en tanto que efímeras hay que tomarlas como
son y no la gran meta vital para la que uno lleva toda la vida preparándose. Y
el éxito a la hora de salirnos con la nuestra también tiene mucho que ver con
la importancia que les otorgamos a la hora de plantearnos esos propósitos, por
lo que el
lenguaje es también muy importante. Porque no es lo mismo marcarnos
como reto el perder esos cinco kilos de más que pensar “voy a mejorar mi dieta a partir de ahora”.
Cuanto más ambicioso nuestro reto, que no concreto, más complicado cumplirlo,
aseguran desde el estudio Goal Setting as a Strategy for Dietary and Physical
Activity Behavior Change: A Review of the Literature, publicado también hace
una década en la American Journal of Heath Promotion.
Además, los propósitos para mejorar nuestra salud
o nuestras relaciones personales no deben tratarse del mismo modo que los retos
económicos, es decir, en términos de cantidades y porcentajes. La perfección
matemática es inalcanzable y los pequeños logros son siempre una puerta abierta
a nuevas mejoras, nos recuerdan desde la American Psychological
Association. El único secreto para alcanzar esas metas es dejar de obsesionarse con ellas y pensar
más en nosotros mismos. Es el mejor consejo si todavía necesitas un
empujón para abandonar la autoflagelación que acompaña la cuesta de enero.
Joan,
ResponEliminaJusto ayer descubrí tu blog y me encanta su aire fresco, su inyección de motivación y siempre con valor añadido.
Me he suscrito pues lo que he leído me ha gustado. Felicidades!
Espero interaccionar contigo y que poco a poco nos vayamos conociendo virtualmente (no es una proposición ;) ).
Cuánta verdad escuende este post de hoy dia de regalos, Reyes Magos etc etc... Si bien es importante tener objetivos y metas en la vida, y que pensar en grande siempre es interesante para poder crecer y desarrollarte más. Creo firmemente en objetivos concretos, reales, cuantificables, específicos y ecológicos (entendiendo ecológicos como que los puedas asumir). No hace falta marcarse muchos y tampoco no es necesario que sea en el inicio del año nuevo.
Si tienes un reto que sueñas conseguir es igual que lo marques el primer día del año o en el cuarto mes.
Márcalo, define los pasos para conseguirlo y pasa a la acción.
De nuevo reitero que me gusta la lectura de lo que escribes. Gracias!