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dijous, 14 de febrer del 2013

SAN VALENTON 1ª parte. Miguel Benavent de B.

Como suelo hacer en estas fechas próximas a San Valentín, escribo sobre el amor, el verdadero amor y sobre la valentía que hay que tener para vivirlo… a pesar de que lo buscamos sin cesar en toda nuestra vida pero demasiadas veces tenemos miedo cuando realmente lo encontramos. De ahí lo de San Valentón! Además, también te recuerdo que en Catalunya no se suele celebrar tal festividad -solo en el ámbito comercial-, pues tenemos nuestro especial día de los enamorados, Sant Jordi, el 23 de abril, conocido por el día del libro y de la rosa…
Quizás por ello y aprovechando la coyuntura, empezaré por comentar lo que la mayoría de gente considera amor…y yo considero que no lo es, en verdad! Lamento decirte que amor no es entregarse al otro sin medida si eso significa dejar de ser uno mismo, tal como es. Tampoco lo es escaparse de la soledad, en compañía. Ni llegar al consenso con alguien para compartir la vida, a cualquier precio y en cualquier condición! Eso es amor…pactado, conveniente y, en mi opinión, demasiado temporal y figaz… aunque bendecido por muchos! Ese amor de celofán, de objetos y recuerdos compartidos que muchos esperan desesperadamente encontrar…
En ese amor artificial todos nos hemos visto envueltos alguna vez… seguramente cuando no sabíamos amar y solo contaba nuestra propia e innata necesidad de amar y de sentirnos amados por alguien más! Hay mucha gente enamorada del amor… y necesitada de manifestarlo y ejercitarlo, para lo que buscan -quizás sin ser realmente conscientes de ello- a alguien para amar, es decir, un objeto amoroso! Ni que decir tiene que lo importante es amar con desmedida o bien solo dejarse amar! Seguramente -pienso ahora- que nos resulta más fácil amar que recibir amor, de verdad. Nos han educado para buscar y reproducir los gestos y rituales asociados al amor… o a lo que llamamos erróneamente amor, claro está!

¿Amar sin amarse?
No nos cuesta amar. Para muchos es el fin, pues les hace sentir bien con los demás. Pero demasiadas veces amar no significa saber recibir amor, aunque a veces lo parezca! Para amar, deberíamos antes sabernos amar… no se puede dar algo que no tienes! Y amarse a uno mismo significa saber quién y cómo eres, que deseas y luego compartirlo con alguien más. Huelga decir que, si uno no se respeta, entiende y se quiere, difícilmente sabrá amar, de verdad! ¿Cuántas personas conoces que cumplen ese requisito previo?. Amar y ser uno mismo no es siempre fácil ni cómodo. Seguramente el mayor esfuerzo sea romper esos viejos y artificiales moldes que te han configurado tal como eres… ¿o solo como crees ser… o te hicieron creer ser? Amor es entrega… de lo que eres en realidad y no solo de lo que pensaste siempre que eras!
Así, cuando descubres quién eres, empiezas a ser capaz de compartirte y compartirlo con los demás! Uno da lo que tiene y es… ¿no es eso el amor? Sin duda el amor es darse y dar al otro… pero sin dejar de ser uno mismo! Esa es la clave! Darse a cualquier precio al mejor postor o a quien solo recibe nuestro amor es pan para hoy e infelicidad para mañana! Cuando, en cambio, amar es compartirse uno mismo, sacando lo mejor de sí mismo y recibiendo lo mismo a cambio, es amor! Y su síntoma más evidente es la felicidad de ambos!

¿Amar es hacer feliz al otro?
Los que se sienten enamorados suelen afirmar que son felices haciendo que el otro sea feliz! Sí, puede ser verdad… pero como suelo afirmar, demasiadas veces me duele a mi la cabeza y te doy a ti la aspirina“. Damos al otro lo que nos gusta recibir… pero muchas veces sin pararnos a pensar de si eso que damos hace realmente feliz al otro! A veces deberemos aceptar que el otro tiene su propia manera de sentirse feliz… aunque tenga poco que ver con lo que a nosotros nos hace felices! Es más, para ir bien, cada uno de nosotros debería ser feliz por sí mismo… a pesar del otro, del ser amado! Eso contraviene una trampa usual, como es depender exclusivamente del otro para sentir nuestra felicidad! Como antes mencionábamos sobre el amor, es difícil ofrecer al otro algo que no tenemos! Cada ser humano debe intentar obtener la felicidad por sí mismo… y compartirla -por amor- con el otro! Y, a veces, amar al otro de verdad significa dejar que halle su propio camino hacia la felicidad, aunque sea sin nosotros… y en todo caso, confiar! Porque amar es, entre otras muchas cosas, confiar… en uno mismo y en el otro, el ser amado!
Seguirá....


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