La felicidad no llega desde fuera y nadie nunca podrá
regalártela… por mucho que te quiera! La felicidad nace
en nuestro interior…y es una opción de vida, por tanto es un acto de libertad
personal y una manera de ver y de vivir la vida! En todo caso, el ser amado
puede hacerte más fácil la felicidad cuando tu te has propuesto ser feliz! Si
alguien te ama, intentará por todos los medios que seas feliz… incluso a pesar
suyo! Y muchas veces eso significa solo que te ayude a crecer y a ser cada día
más tú mismo! El amor de verdad debe sumar a ambos, nunca restar a uno y sumar al otro! Si para
ser feliz yo, debes renunciar a tu felicidad, no te amo… te tengo prisionero de
mis deseos o de mis sombras!
Y eso no es amor, es dominio-sumisión, mútua adicción, dependencia… o miedo,
llámale como quieras! Nadie debería decidir en qué consiste tu felicidad, ni tú
supeditarla a la felicidad de quien presuntamente amas!
Para amar hay que ser libre…
Amar es una opción
libre de todo ser humano, como ser feliz! Cuando alguien vive preso del pasado,
de creencias que no son favorables para uno mismo o depende del otro… no se es
libre para amar de verdad! La libertad es ausencia de necesidad… y es la necesidad de no estar solos, de someternos o de huir del amor
por miedos antiguos o solo imaginarios lo que no nos permite ser libres! Cuando
uno siente y vive el
ahora sin huellas del
pasado y estando bien atento al momento,
uno es libre… y solo entonces es capaz de amar, de verdad!
Amor: Fondo y forma
Pero aún que
tengamos la libertad para amar y deseemos hacerlo, también hay que saber cómo amar! ¿Cuántas veces has visto amor entre dos
personas que, no obstante, no saben amarse ni expresar su amor como quisieran o
de la misma forma? Cada uno de nosotros tiene una manera concreta -y aprendida-
para amar! Y eso hace que a veces dos se amen, pero no se encuentren, pues
manifiestan diferentes esencias y, por tanto, formas de amor! Podemos
compartir rituales similares, hacer parecidos gestos, pero el amor no se
comparte por igual… o simplemente tendrá diferente profundidad! Y ambos se sentirán
alejados… o atrapados en una misma jaula
dorada! Es entonces cuando uno comprende que amarse solo es
compartir lo que sale de dentro y fluye, expresándose como tal y teniendo en
cuenta al otro! En nuestro interior, todos somos iguales y tenemos las mismas
luces y sombras, anhelos y miedos… solo hay que saberlos reconocer en uno mismo y en el otro, pues
éste nos hace de espejo…
Uno es espejo del otro
Solo si prestamos
verdadera atención al otro, podemos darle y recibir lo que a ambos nos hace
felices. Pero a veces algo del otro nos incomoda o molesta… Seguramente es algo
de nosotros mismos que nos incomoda o molesta…y nos resistimos a aceptar y
cambiar! Al fin y al cabo, las relaciones humanas no son más que espejos donde mirarnos y,
como tales, una oportunidad para cambiar y mejorar! Pero también es
verdad que algunas personas de nuestra vida logran sacar lo mejor de nosotros mismos y otras, lo peor!
Personalmente creo -y siento- que el amor no pretende -o debería- otra cosa que
hacernos mejores, en todos los sentidos. Y solo el amor de verdad lo logra,
pues el amor es -o debería ser- siempre algo positivo para ambos, no me cansaré de
repetirlo! Y, en cualquier caso, es muy difícil compartir el amor con alguien que
ha decidido consagrar su vida a la infelicidad o que tiene miedo al amor! Aunque a veces
se diga y/o a ratos nos lo creamos… el amor no puede con todo!
El amor que no falla
nunca…
Solo existe un amor que no se equivoca! El amor
verdadero! Este amor que sale de dentro de nuestro ser, siente y vive el hoy y crece al compartirse con el otro… y
con todo lo que nos rodea! Ese amor es energía…y, como tal, no se crea ni se
destruye, solo se modifica… su forma! Es un amor basado en la realidad interior y exterior, por
eso hay que aceptarla tal como es; es un amor que crece cuanto más se da y se
comparte; es un amor que nos transciende como personas, pues tiene algo de
mágico y de espiritual; es un amor eterno, pues se podrá modificar la forma y
sus circunstancias, pero nunca su esencia interior y auténtica; y es un amor que
se propaga por todo lo que vivimos, pues no es exclusivo ni excluyente, como
los demás; es
un amor que no entiende de distancias ni de tiempos, pues es eterno y anhela la
felicidad!
Cuanto más se habla de
amor…
Personalmente creo que definir el amor es limitarlo… a
pesar de que me encante hablar sobre el amor! Las palabras apenas pueden
describir someramente lo que sentimos en el interior… lo hace mejor un silencio
o una sincera mirada! Según el ya viejo refrán “dime
de lo que presumes y te diré de qué careces…“. Y eso es
especialmente válido para el amor! El amor de verdad es algo inexplicable, que no necesita
justificación ni argumentos y que, por definición, se siente cuando se siente,
sin previo aviso! No se puede negociar con una emoción… aunque sí podemos
intentar evitarla o negarla… engañándonos a nosotros mismos y a nuestro
corazón! Las emociones simplemente son! Otra cosa son los sentimientos, que no son más que las
emociones matizadas por la razón, por tanto son modificables! Uno puede escoger
aceptar o no un sentimiento cuando llega, pero nunca puede hacerlo con una
emoción!
¿Protagonista o
espectador de la vida del otro?
Aunque te parezca una metáfora algo simple, la
cuestión es saber
si eres co-protagonista -junto con el otro- de su felicidad o
un espectador de ésta. Aunque en ambos
casos, como ya hemos mencionado antes, uno debe ser primero protagonista de su
propia vida! Es decir, no debe vivir como víctima de su ayer, del entorno o de
los demás. Cuando uno asume el protagonismo de su propia vida, puede tener el
propósito de compartirla con alguien más! Y, claro está, viceversa! Solo dos
seres humanos que protagonizan su vida son capaces de ser y de compartir
verdaderamente la vida y así crecer juntos, en un proyecto común y trbajando el
amor a cada instante!
Consejos doy, pero para
mí no tengo…
Es fácil hablar del amor de los demás, sin sentirlo
uno mismo! Cuando uno siente amor, está vinculado emocionalmente y le cuesta
ser objetivo y, sobre todo, ser justo consigo mismo y con el ser amado! Solo el amor de verdad nos permite serlo, pues no requiere
justificaciones ni razonamientos! Porque el amor de verdad no puede ni debe ser
ciego, como se suele afirmar! El amor verdadero está basado en la realidad interna y
externa, se nutre a partes iguales del corazón y de la razón y exige atención
al momento! Y,
como hemos dicho antes, eso exige libertad, valentía y consciencia de lo que
soy y siento… en un mundo en que eso lamentablemente no es moneda de cambio
habitual en las relaciones personales!
¿Miedo a amarme… y
amarte?
En ciertas culturas está muy arraigado el mal
llamado egoísmo, entendiéndose como tal el quererse a uno mismo! Pensar, sentir
y hacer algo por uno mismo no es ser egoísta, sino tener amor propio, es decir, amarse a sí
mismo! Como hemos visto antes, nadie puede amar ni ser amado, sin
amarse antes uno mismo! Quizás mucho del amor que hay a nuestro alrededor no es
más que la renuncia a uno mismo! Y el amor precisamente es darse por entero, sin renunciar
a lo esencial y compartiéndolo, sin miedo!
El mejor regalo para hoy y para cada día que puedo hacerte es amarte… pero es
importante saber qué te regalo exactamente, para valorarlo como merece y luchar
cada día por él! ¿Es un riesgo demasiado alto para vivirlo? Personalmente
creo -y siento- que el riesgo es no darse por entero y/o no tener confianza
suficiente ni valor como para compartirlo contigo!
Hoy y cada día, feliz día de San Valentón!
Miguel Benavent de B.
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