Francisco
Barnosell, doctor en Medicina, investiga técnicas de curación de sanadores.
61 años, barcelonés, dos hijos.
¿Política? La que prioriza la verdad.
Colaboro con diversas clínicas en el diagnóstico de enfermedades neurológicas. He llegado a la conclusión de que somos energía en
continuo cambio y hay que aprender a modularla para evitar las enfermedades
En carne
propia
Hace nueve años, a este médico, hijo de médico, especializado en una
técnica de diagnóstico neuromuscular (la electromiografía), se le ocurrió
preguntarse por qué algunos pacientes desahuciados por la medicina convencional
se curan con medicinas alternativas, y decidió investigarlo. Viajó por medio
mundo al encuentro de chamanes, médiums y sanadores de todo tipo, trabajó con
ellos e incluso se trató con ellos, y fue volcando sus experiencias en un blog
con el seudónimo Paco Lacueva que en menos de un año tenía 100.000 visitas y en
la actualidad, más de 500.000. De ahí nació Entre dos aguas (Luciérnaga). "Es
posible combinar esas medicinas sin que se excluyan".
El hijo de la portera tenía cáncer de mediastino. El pronóstico eran seis meses de vida.
Sí que empezamos bien.
Al cabo de un año estaba estupendo (vivió siete años más). Me dijo que lo
había curado un chamán. Le pedí su historial, se trataba de una curación sin
explicación médica. Me chocó tanto, que me puse a investigar como un loco.
Eso le honra.
Llevo toda la vida inmerso en el mundo de la medicina, acumulo más de
cuarenta años de experiencia, y en ese mundo de las sanaciones he visto cosas
inimaginables, pacientes que mejoraban o se curaban con métodos tan raros que
no sabía ni que existían.
Se ha relacionado con médiums, sanadores, chamanes...
Sí, y geobiólogos, radioestésicos, brujos y personajes inclasificables.
Entramos en terrenos resbaladizos.
Hay que investigar, no menospreciar a nadie porque consideremos que no está
tan bien preparado como un médico con sus títulos y másters. No digo que
nos pasemos al otro lado, sino que tratemos de sacar provecho de ambas
medicinas.
Cuénteme sus experiencias.
Las he vivido y he recopilado durante nueve años. Chamanes y sanadores me
han permitido estar a su lado mientras trabajaban. Yo mismo he sido conejillo
de Indias en varias ocasiones: me tumbé en la mesa de operaciones del sanador
filipino Álex (70) y grabé cómo me operaba con las manos de una hernia discal.
Tiene usted valor.
Introdujo las manos en mi cuerpo y sacó un coágulo rojizo. Lo increíble es
que un tiempo después me operaron en España de otra vértebra (también lo
filmé), y lo que me extrajo el traumatólogo era exactamente igual a lo que me
había sacado el chamán. Todo está colgado en internet.
Son cosas difíciles de explicar.
Como médico, para mí lo más incomprensible son las sanaciones a distancia:
éramos unas quince personas meditando y enviando energía a otra en coma por un
ictus cerebral y que estaba a 10.000 km. Salió del coma durante la sanación. Lo
viví también, en varias ocasiones, estando junto al paciente.
¿En qué otros campos ha investigado?
En las vibraciones y sus frecuencias, en la sanación con piedras, que
funciona muy bien con enfermedades psicosomáticas porque rescinde los bloqueos
emocionales.
¿Cómo se lo explica?
Somos energía que se transmite por química. Cuando una emoción transita de forma
anómala en un paciente puede originar un bloqueo que si se enquista puede ser
el origen de una enfermedad, una inflamación, un quiste o incluso una
tumoración.
Me sorprende usted, doctor.
Tener en cuenta los chacras, los meridianos, los puntos energéticos del
cuerpo, el influjo de los campos energéticos y los electromagnéticos; tener en
cuenta todas esas cosas que la medicina convencional no considera puede abrir
un camino para entender los mecanismos que nos enferman. Nuestra
medicina sólo considera el final: el tumor, pero no el recorrido.
Antes de investigarlos, ¿ya creía en estos temas?
En absoluto, pero tengo documentados más de treinta casos de sanaciones de
cánceres a desahuciados por la medicina.
¿Cuál fue su experiencia con médiums?
La más espectacular la viví en mi consulta cuando una paciente nada más
verme se puso a llorar: "Acabo de ver que tendrá usted un accidente muy grave; y poco después
su hijo, pero no será grave". Al cabo de una
semana un accidente de moto me dejó en coma, y quince días después lo tuvo mi
hijo.
¿Autosugestión?
Los médiums (y he encontrado de todo tipo: gente increíble, charlatanes y
mangantes) tienen capacidad para acceder a los archivos akásicos, donde se
supone que está toda la información de la humanidad.
¿...?
Después de experiencias como esa no vuelves a ser el mismo. Hoy creo
que el sentido de la existencia es experimentar, e incluso considero la posibilidad de la reencarnación para ir acumulando
esa experiencia. Hay miles de casos documentados por médicos de pacientes que
han muerto y han revivido, y han contado lo que ocurre en ese trance.
¿Qué le dicen sus colegas?
En las clínicas donde colaboro he dado conferencias ante sus gerentes y mis
colegas, y he invitado a personajes como el geobiólogo Jean-Jacques para que
les hiciera demostraciones.
¿Y?
A veces no sabemos qué tienen los pacientes. Jean-Jacques, con su antena de
Lecher, nos decía dónde mirar. Hacíamos el análisis, la resonancia o la
ecografía en ese punto y encontrábamos una patología escondida.
¿Cuáles son sus conclusiones?
Espero que a
medida que pase el tiempo muchas de las cosas que he podido investigar no se
vean tan anómalas, y sanadores y médicos podamos llegar a colaborar, hacer una
simbiosis entre las distintas medicinas.
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