Tengo 69 años. Nací en Buenos Aires y vivo viajando. Soy mentor. Divorciado tres veces. . . , hoy vivo en pecado
permanente. Tengo tres hijos y tres nietos. ¿Política?
Aséptico y escéptico. Desde valores judaicos, creo en la solidaridad en
red. Pagas facturas de tus ancestros.
Autoridad
Luce sombrero y viste tirantes. "A veces se me burlan..., ¡pero la moda la impongo
yo!", me explica. Ernesto
Beibe, mentor, irradia convicción y autoridad. Me hablan de su trabajo como
asesor de rutilantes empresas y personajes de renombre (cuyo anonimato se
reserva) a ambos lados del Atlántico, y he querido escucharle. Se sienta a mi
lado: "Si quieres llegar a un acuerdo con
alguien, ¡mejor siéntate a su lado que enfrente!", me
adiestra. Será por eso por que le escucho con interés: "Puedes
integrar lo que era disfuncional, hacerlo funcional", me
anima. Y rubrica su actitud de firme templanza con su lema: "Independencia, libertad, dignidad”
Me
llaman la atención sus tres divorcios...
Sí, me casaba y me
divorciaba... hasta que decidí no casarme con nadie... ¡porque aún no me había casado conmigo
mismo!
¿Y
lo ha hecho?
En mi 60 cumpleaños celebré una
fiesta gigante, para doscientos amigos. Mi esposa tomó la palabra: habló de mí,
de nuestros 18 años de relación... ¡Hablaba de un extraño!
¿Qué
decía?
¡Estaba inventando! Ese del que
hablaba no era yo, era otro. Decidí romper con ella
Vaya...
¿Allí mismo?
Esa noche. Por la mañana envié
una nota a los invitados: "¡Ayer celebramos mi boda conmigo mismo!".
¿Y
qué tal?
Ya no me caso con nadie. Sólo conmigo mismo. ¡Es decisivo saber
fijar posición!
¿En
qué consiste eso?
Yo decido con quién trabajo y
con quién no, qué quiero y qué no. El otro día, en un lujoso hotel de
Barcelona, pedí una tortilla babette. No estaba como yo quería. Exigí otra.
¿Y
estaba bien?
No: mala. Exigí una tercera. Y
una cuarta. Y una quinta tortilla. Si decido ir al mejor hotel, ¡quiero lo
mejor! Y lo exijo. De entrada, exigí un camarero que me hablase en español, no
en inglés... ¡Eso es fijar posición!
¿Eso
le enseña a su cliente?
Le ayudo a ser consciente de por qué es quien es, por qué hace
lo que hace, qué factura está pagando.
¿Factura?
Algunas de tus actitudes y
conductas obedecen a un mandato inconsciente de un ancestro: padres, abuelos,
bisabuelos... Mediante el genograma, detecto ese lastre.
¿Genograma?
Rastreo el mapa de los
ancestros, para corregir la conducta dañina. Y así mejora la calidad de vida de
esa persona.
O
sea, es usted un coach.
No: soy un mentor.
¿Cuál
es la diferencia?
El coach mejoraba el drive del
tenista: un apoyo instrumental. Como mentor, ayudo a la persona a ser quien
es...
Mentor
suena mejor que coach.
Mientras Ulises estaba en la
guerra de Troya, un preceptor llamado Menthor instruyó a Telémaco, hijo de
Ulises y Penélope.
¿Le
instruyó bien?
Sí: para estar en su sitio como
hombre y preservar el reino para entregarlo en buenas condiciones a su padre en
cuanto volviera.
¿Algún
otro ejemplo de mentor?
Alejandro Magno no hubiese
llegado a ser quien fue sin Aristóteles.
¿Qué
hizo Aristóteles?
Mostró a Alejandro qué tenía,
qué podía cambiar, hasta dónde podía llegar.
¿Podemos
llegar a donde queramos?
Un deportista que se dopa...
está queriendo llegar más lejos de lo que puede.
¿Lance
Armstrong?
Conducta de quien tuvo un padre
estafador.
Si
le cura eso..., ya no será campeón.
Al revés: podrá serlo de manera
plena, sin pagar facturas. ¡Y con más calidad de vida!
¿Lo
mismo sirve para la empresa, el dinero, las relaciones...?
Sí.
¿Siempre
estamos pagando facturas de nuestros mayores?
Mientras no seamos conscientes
de esas facturas, sí. Los secretos familiares se convierten en verdades
fantasmáticas y condicionan conductas, pesadillas...
¿Qué
tipo de secretos?
Lo no dicho. ¡Saca las
cicatrices al sol!
¿La
inconsciencia nos hace esclavos?
El remero tiene las manos en la
postura de remar: colócale un remo en las manos, y remará sin saber de dónde
viene ni adónde va.
¿Cómo
detectar mi esclavitud?
El lenguaje de los órganos ayuda. Apretar los
dientes por la noche, una úlcera, una tos... ¡son síntomas! El cuerpo
denuncia.
¿Por ejemplo?
Un asma denuncia una madre
sobreprotectora (inhibe la barrera inmunitaria del hijo). Un acné está
declarando: "Quiero... ¡pero me das miedo, no te me acerques!".
No
sé si esto es muy científico...
Es estadístico.
Si
fuese mi mentor, ¿qué me diría?
Te adiestraría a frustrarte.
¿Lo
necesito?
Somos muy intolerantes a la
frustración. ¡Aprende
a frustrarte! Y olvida el futuro.
¿Por
qué?
Porque no existe. Sólo hay aquí
y ahora. Nos
contamos futuros para engañarnos, por miedo a la muerte. Hay gente
que quiere la inmortalidad... ¡y se aburre en una hora!
Vivamos
la hora, ¿no?
La vida es finita: ¡actúa al margen del qué dirán! Al margen de
los sueños de tus mayores, y también de tus viejos sueños.
¿Debo
traicionar mis sueños, pues?
Esclavizarte a un sueño de
juventud.... es infantil. ¡Renueva tus sueños, eso sí! Sólo así llegarás de mayor a
ser joven.
¿Y
esto sirve para hacer negocios?
Sí, porque si fijas tu posición
y entiendes cuál es tu esencia, ¡nadie podrá presionarte!
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