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dimecres, 13 de febrer del 2013

EL MAPA DEL TESORO (2ª PARTE): EL QUERER. Àlex Rovira.


“Si sólo haces lo que sabes que puedes hacer, no harás mucho.”
TOM KRAUSE

Einstein afirmaba que “la suerte es una función los parámetros de la cual desconocemos”; es decir, que en muchas más ocasiones de las que imaginamos, aquello que llamamos suerte no es tanto fruto del azar o algo inexplicable, sino que se trata en realidad de un conjunto de elementos complejamente interrelacionados que podemos explicar con detalle. Por ejemplo, si cualquiera de nosotros lanza una moneda al aire y, antes de que caiga, se le pregunta si será cara o cruz, todos, por muy videntes o intuitivos que seamos y si la moneda no está trucada, acertaremos a la larga en un 50 por ciento de los casos. La moneda tiene dos caras y es así de simple. Pero si sabemos la velocidad del lanzamiento de la moneda, su peso, diámetro y grosor, y la resistencia de los materiales al aire, la inclinación y la fuerza en la salida de la moneda cuando la lanzamos, podemos llegar a predecir con mucha mayor precisión si caerá en cara o en cruz. Cuantos más parámetros conozcamos, mayor será la posibilidad de predecir, pero si no los conocemos, no lograremos acertar.
Conocer esos parámetros, o esas leyes, es una manera de saber qué pasos son necesarios seguir. En este sentido, y profundizando en el contenido del post “Querer, saber, hacer y legar”, vamos ahora a profundizar en éste y en otro próximo post qué implica cada uno de estas acciones tomando como analogía “El Mapa del Tesoro”.
1. Querer quiere decir tener la actitud que nos lleva a movernos con ánimo, determinación y entusiasmo para crear nuestro anhelo y hacer frente a la adversidad.
2. Saber implica prepararnos y formarnos para conocer muy bien aquello que queremos crear, nuestro proyecto, con gran competencia.
3. Poder supone llevar nuestras intenciones a que se conviertan en acciones reales, en hechos que consoliden día a día, paso a paso, nuestra ilusión.
4. Imaginar. Es decir, tener una visión de cuál es nuestro anhelo, nuestro proyecto que sea como una guía que nos anime a trabajar para encarnarlo en la realidad.
5. Gestionar implica cuidar nuestros recursos en la medida que podamos, para que no los dilapidemos en cuestiones innecesarias que, llegado el momento, nos permitan hacer frente a una crisis o a una importante inversión u oportunidad. Saber invertir supone tener buen criterio para que lo que hemos conseguido con tanto esfuerzo y trabajo no se pierda, sino todo lo contrario, que crezca. Y para hacer crecer aquello que ya tenemos, es necesario también reinventarnos con frecuencia para mejorar continuamente como profesionales y como personas.
Y ahora entraremos en el detalle de cada uno de los elementos que forman el Mapa del Tesoro.

QUERER: LA ACTITUD (LA BRÚJULA)
Reza el dicho que “hace más el que quiere que el que puede”, y estamos totalmente de acuerdo con esta afirmación. Nuestras actitudes, nuestra brújula, son el primer factor imprescindible, el impulso necesario para encontrar y hacer creer nuestro tesoro. Pero, ¿qué significa querer? ¿En qué se traducen nuestras actitudes cuando son las adecuadas?
a) Actitud mental positiva: para empezar un buen camino, debemos ser conscientes de que más que estar condicionados por nuestro entorno y circunstancias, podemos elegir cómo nos situamos intelectual, emocional y activamente en nuestra realidad inmediata. Nuestra postura ante la vida determina en buena medida no sólo cómo la interpretamos sino también cómo acaba siendo. No nos cansaremos de repetirlo: lo que creemos tiende a ser lo que creamos.
b) La segunda variable del querer es lo que llamamos la esperanza activa. Mi fe en la creación de una utopía no se soporta en la nada, sino que soporta en la acción que, aquí y ahora, ya estoy llevando a cabo, porque lo hago ya, no postergo la acción ni la decisión. Soy optimista, pero no soy ingenuo ni bobo. Eso implica que trabajo, que actúo, y que lo hago ahora. Es importante empezar de esta manera, porque si no tienes ese optimismo activo inmediato, tus acciones no cristalizan, no se concretan porque las aplazas, porque las postergas y el cambio jamás llega.
c) Otra variable común es lo que podríamos llamar como el futuro-presente; es decir, en realidad el futuro es presente, en la medida que somos capaces de moldearlo con cada pequeña decisión y acción que tomamos en cada momento. El futuro que imagino y deseo será real porque lo estoy creando y haciendo en este instante. El futuro no se concretará si no hacemos nada para que se encarne. El futuro lo estás construyendo ahora. Es obvio, sí, pero también muy obviado.
d) La voluntad de ser útil y servir con excelencia. Éste es un factor clave. Todo lo anterior tiene que estar envuelto por este principio. Yo generaré prosperidad en la medida en que aporte utilidad y valor a los demás, en la medida en que todo lo que haga aporte una utilidad, un bienestar, un confort, un deleite, una solución. La vocación y la voluntad de servir de corazón, de dar lo mejor de nosotros a quien confía en nuestro proyecto empresarial o social, las ganas de querer hacerlo bien, de cuidar cada detalle por pequeño o superficial que parezca, es un elemento esencial del logro de nuestro propósito.
e) Generosidad magnética, que podríamos resumir en un principio muy simple: “Lo que doy, me lo doy; lo que no doy, me lo quito”. La generosidad verdadera atrae y convoca; si somos capaces de dar más a nuestro cliente de lo que espera recibir por ese precio, es evidente que la voz correrá.
f) “Ganamos todos”, es decir, no sólo gano yo como emprendedor, sino que también gana mi equipo, mis clientes mis socios, la sociedad, los proveedores, el medio natural. Porque les ayudo a producir mejor, a ser más eficientes, a aumentar su nivel de conciencia a través de una pedagogía necesaria, a ganar todos. Es importante pensar siempre globalmente, sistémicamente, en que todos, absolutamente todos, podamos disfrutar de una ganancia colectiva.
g) Longanimidad y magnanimidad. Ambas palabras nos hablan de la grandeza del alma, de nuestra capacidad de ser nobles, generosos, de ser perseverantes, de saber enfrentar la adversidad, de actuar con benignidad, clemencia y generosidad. Si el alma de un ser humano es grande, grandes son sus acciones y los resultados que se obtienen… En definitiva, se trata de generar valor con valores, de que la ética y el bien común sean la guía de nuestras acciones.
h) Agradecer y ser humilde. Finalmente, y para acabar el apartado del Querer, es necesario agradecer a todos los que nos rodean y dan soporte en el proceso de crear nuestro propósito: clientes, compañeros de proyecto, prescriptores, y todos cuantos formen parte del grupo que nos anima, impulsa o ayuda a avanzar. Pero la gratitud y la humildad no admiten impostación, su manifestación demanda autenticidad, verdad. Ambas son el antídoto de la arrogancia y la estupidez, que son el principal factor de fracaso en las relaciones humanas, y por supuesto, ante cualquier iniciativa profesional.
[Este artículo, el anterior en esta misma sección y otros posteriores son una síntesis del libro “El Mapa del Tesoro”, escrito por Álex Rovira y Francesc Miralles, y publicado por Editorial Conecta.]
Álex Rovira


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