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dijous, 14 de febrer del 2013

ESTILOS AFECTIVOS.


 Es importante tener en cuenta que la descripción de los mismos es muy amplia, y es habitual poner el punto de atención en cada una de sus características para averiguar cuál es el estilo afectivo que más nos caracteriza. Por supuesto que no todas las características las cumpliremos al 100%, pero si destacaran algunas de ellas sobre otras en nuestra forma de actuar, relacionarnos y amar en nuestras relaciones.
Fue a mediados de la década de los 80, con las investigaciones de Hazan, Shaver y Bradshaw (1987-1988) sobre el apego en las relaciones amorosas, y los estudios de Kaplan, Main y Goldwyn (1985) sobre los estilos afectivos adultos, cuando comienzan a aparecer las primeras teorías relevantes en el área del apego adulto. Según estos estudios, se definieron los estilos afectivos que se pueden clasificar en: seguro, preocupado, huidizo alejado y huidizo temeroso.

ALEJADO
Son aquellas personas que mantienen unas relaciones sociales caracterizadas por la distancia afectiva y la frialdad emocional. Las personas huidizas recuerdan sus experiencias afectivas de la infancia con poco afecto, con una clara actitud de rechazo. Debido a que sus necesidades de apego en su infancia no fueron satisfechas, en la vida adulta prevalece la valoración del logro al tiempo que niegan sus necesidades afectivas y las de los demás. 
El estilo huidizo alejado se caracteriza por no tener necesidades de apego personal, un alto sentido de la eficacia y por la preferencia hacia los objetos. Mediante la minimización de las conductas de afecto y sentimiento, mantienen a los demás suficientemente alejados de sus vidas para mantener su coraza de autosuficiencia. Es decir la autosuficiencia emocional actúa de mecanismo de defensa ante el posible rechazo de los demás. La persona huidiza alejada tiene un modelo mental positivo de sí mismo/a pero negativo de los demás, presentan una alta incomodidad con la intimidad. Son los tipos de personas que más dicen desean enamorarse pero después se sienten tremendamente ligados y huyen. Generalmente van y vuelven a una relación según sus necesidades de apego aumentan o disminuyen.

TEMEROSO
Se caracteriza por poseer un modelo mental negativo tanto de sí mismo/a como de los demás, manifiestan una alta incomodidad con la intimidad, necesidad de aprobación. Consideran las relaciones como algo secundario y debido a la baja confianza en sí mismos/as y en los demás manifiestan un elevado miedo al rechazo.
Para poder mantener una consideración positiva de sí mismo/a, necesita la aceptación de los demás. Es decir, el huidizo temeroso, obtiene su principal fuente de seguridad a través de la aprobación de los demás. Necesita la afirmación y el reconocimiento de los demás pero tiene un gran temor al rechazo, por lo tanto las relaciones de amistad o vida social son mínimas. Aunque necesita estas relaciones para poder tener más confianza en sí mismo/a, el gran miedo al rechazo, hace que eviten mantener estas relaciones por mucho tiempo.

SEGURO
Las personas seguras se caracterizan, principalmente por presentar recuerdos de su infancia, positivos, cálidos y afectivos y por el valor positivo que conceden a las relaciones afectivas a lo largo de su desarrollo.
Las personas con estilo afectivo seguro son seguros de sí mismos, abiertas a conocer, con una alta autoestima y una imagen positiva tanto de sí mismos como de los demás, un sentimiento de autoeficacia elevada y un adecuado equilibrio entre las necesidades afectivas y su autonomía personal.
Tienen una gran autonomía en diferentes áreas de su vida, como son el trabajo, la familia, los amigos, los retos personales; pero al mismo tiempo buscan apoyo emocional en sus figuras de apego cuando lo necesitan. Suelen ser personas con un modelo mental positivo, confían en ellos y tienen una autoestima sólida. Viven las relaciones íntimas con comodidad, demostrando contacto con la otra persona (caricias, besos, abrazos).

PREOCUPADO
También se le denomina ambivalente o dependiente. Se le caracteriza por un modelo mental inseguro. Muestra una confusión respecto a las experiencias pasadas, presentando conflictos sin resolver con sus figuras de apego y falta de reflexión sobre la influencia que sus relaciones de infancia tuvieron en su desarrollo adulto.
El estilo afectivo preocupado se caracteriza por tener una falta de valía personal que deriva en una actitud dependiente y unos enormes deseos de conseguir la aprobación de los demás. Muestra una gran preocupación por las relaciones y demanda constante de atención. La persona preocupada desarrolla un estado de ansiedad y un sentimiento de ineficacia personal elevado, no sintiéndose lo suficientemente querido. La constante insatisfacción les convierte en personas que continuamente buscan la confirmación de que son queridos porque se creen incapaces de hacerse querer de modo estable, de ahí su temor al abandono o rechazo.

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