Para no perdernos en
esta ‘tormenta’ de caos e incertidumbres que nos agita, lo mejor es tener
claros nuestros propósitos y desarrollar la creatividad. Pararnos un poco cada
día y pensar en cómo retomar el control.
“Seamos parte de la solución, no parte del problema. Esto
implica salir del ciclo de rabia, miedo y tristeza. El pánico paraliza”
En el caos es difícil predecir
lo que ocurrirá. El cambio es la constante, y planificar no funciona como en
condiciones normales. No sabemos lo que nos espera y debemos estar preparados
para improvisar.
Nos ayudará la confianza. Confiar y creer en nosotros. Confiar en
nuestra capacidad, en nuestros recursos internos y en los de los demás,
permaneciendo abiertos y atentos para aplicar los más adecuados en cada
situación.
Sin confianza, sin fe conjunta,
no podemos realizar proyectos unidos. La confianza vincula y une. Sin verdadera
confianza, la creatividad no fluye. Generamos confianza cuando nos mostramos íntegros,
queremos el bien del otro, demostramos capacidad para resolver sus necesidades,
adoptamos un tono emocional positivo y mantenemos una buena autoestima.
Junto a recuperar confianza, en
tiempos de incertidumbre es fundamental encontrar las pautas creativas que nos
permitan surfear sobre las olas sin ahogarnos. Dejemos de ser náufragos a
merced de las corrientes, las olas y el viento, llevando el timón de nuestra
vida. Metafóricamente, las corrientes son las situaciones que han dejado huella
en nosotros en forma de cicatrices, de relaciones que hay que
cerrar, de aspectos con los que debemos reconciliarnos y de hábitos que nos
dominan. Son las corrientes subterráneas que se mueven en nuestro interior y
provocan inquietud, desasosiego y angustia. Las olas son las múltiples influencias que
ejercen presión sobre nosotros. Influencias de personas, situaciones
y trabajos.
Los vientos son los condicionamientos culturales, religiosos,
sociales, económicos, políticos, laborales y deportivos. Estos vientos
condicionan nuestras decisiones, actitudes y acciones.
Si no sujetamos firmemente el
timón de nuestra vida, las corrientes, las olas y los vientos seguirán
dominándonos. Viviremos sin rumbo en el caos de los mares agitados. La cuestión
está en cómo lo hacemos. La meditación nos ayuda a concentrarnos y asentarnos
en llevar el timón de nuestra vida. Otro método para desbloquear nuestra
creatividad es la escritura creativa expresada en las páginas matinales. Cada
mañana al despertar puede escribir lo que sienta y lo que hay en usted.
Soltándose, sin reprimirse. Poner palabras a lo que sentimos nos ayudará a
verbalizarlo, clarificarlo y soltarlo.
UN
PROPÓSITO CLARO
“Para vivir
creativamente, perdamos el miedo a equivocarnos”. (Joseph Chilton Pearce)
Para no ahogarnos en estos
momentos caóticos, debemos tener claro nuestro propósito personal.
Tendremos más energía cuando lo canalicemos para dar lo mejor de nosotros
mismos desde nuestra autenticidad. Será un propósito conectado con el cambio global,
y no centrado en satisfacer necesidades egoístas insostenibles. Cuando
mantenemos nuestro propósito en nuestra conciencia, el poder de la intención
actúa con fuerza: creas lo que crees. Los deseos y las
intenciones pueden cambiar la manifestación física de la realidad.
Para clarificar nuestras metas
podemos plantearnos ciertas preguntas: ¿qué me pide la vida?, ¿qué me ofrece que haga?, ¿a qué
le presto atención?, ¿en qué me estoy fijando?, ¿cuál es mi responsabilidad?,
¿qué tengo que hacer ahora para vivir mi propósito? Estar en el
presente refuerza nuestro valor.
Para cumplir nuestras metas nos ayudarán las afirmaciones. Son una buena
semilla que da fruto si la plantamos aplicándola en nuestra vida, regándola y
nutriéndola a diario. Crear nuestras propias afirmaciones funciona. Creamos
nuestra realidad en base a lo que creemos y afirmamos. Ejemplos: “El pasado no
tiene poder sobre mí”. “Yo puedo”. “No lo han hecho para hacerme daño”.
SOBERANÍA
PERSONAL
“La creatividad es el
orden natural de la vida” (Julia
Cameron)
Perdemos energía intentando
controlar lo incontrolable. Podemos controlar nuestra mente y lo que sentimos
entrenando la mente a pensar positivo. El enfoque positivo consiste en cambiar
de dentro hacia fuera: ser creativos, pensar de forma distinta y provocar
cambios positivos. Ser positivo significa encontrar siempre la mejor forma
posible de responder a cada situación en nuestra vida. Así seremos más
comprensivos, comunicativos y solidarios. Seamos parte de la solución, no parte del problema.
Esto implica salirnos del ciclo de la rabia, el miedo y la tristeza, y entrar
en la compasión, la valentía y la alegría. Cuando permitimos que los miedos se
apoderen de nosotros, se atrofia nuestra capacidad creativa. Los miedos son
los enemigos de la creatividad. El pánico nos paraliza. La cuestión
está en mantener nuestra energía en el nivel más alto. Si los cambios nos
pillan en momentos bajos, tendremos menos capacidad para afrontarlos.
Seamos creativos para mantener
nuestra integridad y fuerza interior. Aprendamos a poner un punto y aparte. Frenar y
controlar el tráfico mental. Redirigir nuestra energía en la dirección que
queremos. Entrar en ese instante de silencio y la claridad emerge, la intuición
habla y la escuchamos. En ese instante nos hemos liberado de las presiones.
Practiquémoslo tantas veces como podamos, un minuto cada hora es lo ideal.
Otro método fácil es la respiración consciente. La
respiración es la metáfora de la aceptación de la vida, al inspirar aceptamos
vida. Inspirar es aceptar y espirar es contribuir. La respiración nos ayuda a
conectar con el silencio interior, en especial cuando la mente genera mucho
ruido. Ahora inspire profundamente, relájese, dé las gracias y al soltar el
aire se da al mundo. En ese darse está la vida con su creatividad.
Una práctica regular como la
meditación diaria, la sesión semanal de yoga, la oración nocturna, el paseo
diario o la revisión personal nos ayuda a retomar el timón de nuestra vida. El mantener
tiempos y espacios para profundizar en nuestro descubrimiento y desarrollo
personal es lo que mejores resultados ofrece.
RECUPERAR
LA PAZ
“Cierro los ojos para
ver”
(Paul Gauguin)
Por naturaleza, somos paz. Pero
en este momento, ahora que el mundo nos habla de sus enfermedades e
infortunios, es posible que nos encontremos lejos del ser pacífico. El
propósito de la meditación es devolver la conciencia al núcleo silencioso del
yo. La meditación es un buen camino para aquietar las maquinaciones de una
mente complicada y retornar a la creatividad armoniosa.
DAR
ESPACIO A NUESTRA VIDA
Es bueno que demos espacio en nuestra vida diaria a todo lo que
favorezca nuestro propósito y nos ayude a fortalecer nuestras relaciones. Aprendamos a
decir no a todo lo que nos distraiga y debilite. Los entornos en los que trabajamos
suelen ser disfuncionales para ser plenamente creativos. Busquemos espacios,
personas, libros y momentos para liberar la energía creativa.
Cantidad de cosas llaman
nuestra atención. Nos distraemos. Vamos de un lado a otro intentando atender
todo lo que se presenta a nuestro paso. Si relajamos nuestro cuerpo, aquietamos
nuestra mente y tranquilizamos nuestro corazón, podremos conectar con los
impulsos procedentes de nuestra esencia. Descubriremos la enorme riqueza creativa de nuestro
interior y daremos lo mejor de nosotros mismos.
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