A medida que
uno crece, va formándose una imagen mental de sí mismo basada en su
condicionamiento personal y cultural. A este yo fantasma lo llamamos ego. El
ego es tu actividad mental y sólo puede funcionar mediante el pensamiento
constante. El término ego tiene distinto significado según se trate de una
persona u otra, pero cuando lo uso aquí me refiero al falso yo, creado por una
identificación inconsciente con la mente.
Para el ego, el momento presente apenas existe. Sólo considera
importantes el pasado y el futuro. Esta inversión total de la
verdad explica por qué, en la modalidad ego, la mente es tan disfuncional.
Siempre está tratando de mantener el pasado vivo, porque ¿quién serías sin él?
Y se proyecta constantemente hacia el futuro para asegurarse la supervivencia y
buscar en él una sensación de liberación o satisfacción. Dice: «Algún día, cuando haya ocurrido esto, lo otro o lo de
más allá, estaré bien, en paz, seré feliz.»
Incluso cuando
parece que el ego está en el presente, no ve el presente: lo percibe
equivocadamente porque lo mira con los ojos del pasado. O reduce el presente a
ser un medio para un fin, un fin que siempre reside en el futuro proyectado por
la mente. Observa tu mente y comprobarás que funciona así.
El momento
presente contiene la clave de la liberación, pero no puedes encontrar el
momento presente mientras seas tu mente.
Alcanzar la
iluminación significa elevarse por encima del pensamiento. En el estado de
iluminación sigues usando la mente cuando la necesitas, pero de un modo mucho
más enfocado y eficaz que antes. La empleas principalmente con fines prácticos,
pero eres libre del diálogo interno involuntario, y vives en la quietud interior.
Cuando empleas
la mente, y en particular cuando necesitas dar una solución creativa a algo,
vas oscilando cada pocos minutos entre la mente y la quietud, entre la mente y
la no-mente. La no-mente es conciencia sin pensamiento. Sólo la no-mente
permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real. El pensamiento
por sí solo, desconectado del vasto campo de la conciencia, se convierte
rápidamente en algo estéril, insano, destructivo.
Del
libro: PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA
Enseñanzas,
Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart
Tolle
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