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divendres, 30 d’agost del 2013

LO MEJOR, AMABLEMENTE. Àlex Rovira.

Me escribe un lector de “La Brújula Interior” y me recuerda este texto que escribí en éste, mi primer libro. En él hay una breve reflexión sobre que las cosas más bellas e importantes de la vida no admiten la fuerza. Dice así:
“Dijo el maestro: las mejores cosas de la vida no pueden lograrse por la fuerza:
Puedes obligar a comer,
pero no puedes obligar a sentir hambre;
puedes obligar a alguien a acostarse,
pero no puedes obligarle a dormir;
puedes obligar a que te oigan,
pero no puedes obligar a que te escuchen;
puedes obligar a aplaudir,
pero no puedes obligar a que se emocionen y entusiasmen;
puedes obligar a que te besen,
pero no puedes obligar a que te deseen;
puedes obligar a que fuercen un gesto de sonrisa,
pero no puedes obligar a reír;
puedes obligar a que te elogien,
pero no puedes obligar a despertar admiración;
puedes obligar a que te cuenten un secreto,
pero no puedes obligar a inspirar confianza;
puedes obligar a que te sirvan,
pero no puedes obligar a que te amen.

Sentir hambre, dormir, escuchar, emocionarnos, entusiasmarnos, desear, reír, sentir admiración, sentir confianza, amar… son acciones que no admiten la fuerza, la obligación.”
Y sí, sigo sintiendo y pensando que es cierto. Cuando se pretende forzar algo, obviamente se estropea. Pierde espontaneidad, naturalidad, sinceridad. Pierde originalidad y pureza. Sí. Lo genuino, lo verdadero, lo que de verdad merece la pena surge espontáneamente en el centro de uno hacia el otro.

Si alguien te obliga a admirarle, propicia la ignorancia o el desprecio.
Si alguien te obliga a besarle, propicia el desagrado o el asco.
Si alguien te obliga a relajarte, obviamente pone en marcha una contradicción que dispara los nervios.
Y podríamos seguir y seguir.

“Vive y deja vivir” reza uno de mis dichos favoritos. Si fuéramos capaces de ello, sin forzar a nadie a nada, viviendo y dejando vivir, otro mundo sería éste y otro gallo nos cantaría. Lo mejor siempre se presenta amablemente.

Besos y abrazos,


Álex


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