Empieza haciendo lo necesario,
luego aquello que sea posible,
y acabarás haciendo lo imposible.
FRANCISCO DE ASÍS
Cuántas veces,
mirando atrás, revisando la vida después de un largo camino, nos impresiona a
nosotros mismos, viajeros de los días, lo que anduvimos hasta llegar aquí.
Como una larga
escalera, así es nuestra existencia. Peldaño a peldaño conquistamos rellanos,
ganamos perspectivas, maduramos, un paso tras otro paso, como dice el dicho
italiano: piano, piano si va lontano. Despacio, despacio, se llega lejos, eso
sí, si andamos, si decidimos avanzar mientras podemos.
En todo
proyecto o anhelo, tal y como decía Francisco de Asís, lo inteligente sería
comenzar con lo necesario, avanzar en la conquista de lo posible, seguir
sembrando posibilidades y creando circunstancias hacia lo anhelado, y perseverando,
quizás conquistamos lo que era imposible cuando comenzamos a andar.
Porque el
futuro es presente, y el mañana es lo que sembramos hoy, vale la pena no
olvidar que los peldaños de lo que está por venir se asentarán sobre la firmeza
que construyamos en los escalones de hoy. Y cada escalón andado es una obra en
sí misma que merece la pena andar bien.
Perseverancia,
paciencia, visión, entusiasmo, esperanza son los valores que son el aliento, la
fuerza y el sentido que nos permite dar un paso más. Finalmente, cuando
conquistemos la cima, el fin de la escalera, seguramente nos daremos cuenta de
que otra nueva nos aguarda, y que lo importante no es tanto realizar nuestros
anhelos (llegar al final de la escalera, cumplir el objetivo deseado) sino lo
que nuestro anhelo ha hecho para que lleguemos allí más ligeros de equipaje,
lúcidos y entrenados para enfrentar nuevos retos y brindar las fuerzas y
experiencia adquirida a otros como una mano amiga que les ayude a seguir
subiendo su escalera.
Escaleras
trenzadas pues, son nuestras vidas, como la imagen que acompaña este texto,
caracolas de peldaños que convergen en un destino común.
Besos y
abrazos,
Álex
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