A través de su manual Cuando
amar demasiado es depender,
Silvia Congost, ayuda a entender lo que es la dependencia emocional y cómo
afrontarla. Reconoce que se trata de un duro proceso por fases en el que, lo más
complicado es tomar conciencia del problema que se tiene y la magnitud de las
consecuencias. Una vez identificado el problema, es necesario pasar a la acción
y apostar por nosotros mismos, tener una gran fuerza de voluntad hasta
conseguir aprender a vivir alejados de esa persona.
Si tuviera que definir la dependencia
emocional,¿cómo se lo explicaría a aquellas personas que nunca han oído hablar
de ella?
La dependencia emocional es la
incapacidad de renunciar a una relación de pareja, en aquellos casos en los que
es completamente necesario hacerlo. Estaríamos hablando de situaciones en las
que hay maltrato psicológico o físico, otras en las que ya no hay amor (aunque
a menudo nos cuesta reconocerlo porque lo llamamos amor pero lo confundimos con
la dependencia), otras en las que simplemente nuestros valores no coinciden y
vemos la vida de diferente manera o porque sentimos que junto al otro no
estamos viviendo la vida que queremos vivir.
¿Cómo llegó a usted el interés por
esta rama de la psicología?
Fue a raíz de vivir en primera
persona una relación con dependencia emocional. Al principio no sabía lo que me
estaba sucediendo. Solo sentía que no era capaz de dejar a mi pareja, a pesar de ver que no
me hacía feliz ni era lo que yo estaba buscando. No veíamos la vida
de la misma manera, no teníamos los mismos propósitos y valorábamos cosas
diferentes. En aquel entonces, nadie me había hablado jamás de la dependencia
emocional, ni siquiera mientras estudiaba la carrera de psicología. Con el
tiempo, comprendí que era una adicción como cualquier otra, y que igual
que las demás se puede superar con unas pautas concretas y unas herramientas
determinadas. Al final, entendí que éste era mi camino y que debía ayudar a las
personas que se sentían atrapadas como yo lo hice. Sentía la necesidad de
hacerles saber que hay salida y que pueden recuperarse a sí mismos y a su vida.
“La dependencia
emocional se puede superar con unas pautas concretas y unas herramientas
determinadas”
¿Existe un perfil concreto de personas
que sufren dependencia?
Hay dos características que
cuando hay dependencia emocional siempre están: una baja autoestima y el miedo a quedarnos
solos. Si sentimos que no somos valiosos ni importantes y que nadie
va a querer estar con nosotros, al encontrarnos con alguien que nos elige
(independientemente de si nos gusta o no), toda nuestra vida cobra sentido y
generamos un pánico terrible a perderle. Creemos que si le perdemos no podremos
seguir con nuestra vida y nadie más nos va a elegir de nuevo (debido a lo poco
que creemos que valemos).
En su libro apunta que un 90% de sus
pacientes son mujeres, ¿tienen miedo los hombres a acudir a un psicólogo, o son
las mujeres mucho más dependientes de otra persona?
En mi opinión, la dependencia
emocional afecta por igual a mujeres que a hombres, lo que ocurre es que hay un
porcentaje mayor de mujeres que acuden al psicólogo. Es cierto que a los
hombres aún les cuesta bastante, ya sea por una cuestión educacional o por
cultura. Aún
pesa bastante en nuestra sociedad la idea de que los hombres tienen que
mostrarse fuertes y no pueden sufrir según qué situaciones porque serían
símbolo de debilidad.
Muchas personas creen que el amor va
unido al sufrimiento... ¿si piensan así deberían ir a un terapeuta o psicólogo?
Aquellos que piensan así, sin
duda tienen una idea equivocada y muy dañina del amor. Amor y sufrimiento son
dos términos que jamás tendían que ir de la mano. Amar no es sufrir, sino todo lo contrario.
Amar es sentirse feliz, en sintonía y en constante crecimiento con el otro.
Muchos creen que en una relación hay que luchar para que funcione, otro gran
error. Si luchamos, sufrimos, porque la lucha no es nada agradable ni
placentero y siempre hay heridos. Debemos sentir que a pesar de los contratiempos y las
dificultades que habrá, la relación es fácil y fluye de manera sana, sino, no
estamos hablando de amor sano.
¿La gente tiene miedo a la soledad?,
¿es por eso que se conforma con la primera persona que muestra interés por
ella?
Si, la soledad nos produce pánico. Vivimos en una sociedad en la
que estar sin pareja no está bien visto y lo experimentamos desde frustración,
nos sentimos perdedores. Entonces entramos en necesidad de encontrar a
alguien con quién estar y compartir. De entrada no nos importa tanto como sea
el otro, si se fija en nosotros es fantástico. Con el tiempo, ya no lo será
tanto porque a la que empecemos a conocerle y ver que no encaja con lo que
buscamos, empiezan los problemas: no queremos dejarle por no volver a
enfrentarnos a nuestra temida soledad, y de ahí acabamos fácilmente en una
dependencia emocional.
"Amor y sufrimiento son dos términos que jamás tendrían que
ir de la mano"
Entonces, ¿qué deberíamos hacer para
escoger bien a nuestra pareja?
Lo más importante sería conocernos bien
a nosotros mismos para poder tener claro lo que buscamos en el otro.
La mayoría de veces empezamos las relaciones de pareja sin haber pensado nunca
en cómo queremos que sea, en qué características consideramos imprescindibles
para que podamos sentirnos bien junto a él/ella. Es como ir a comprar un piso y
quedarnos con el primero que nos enseñen, sin pensar en si encaja con nuestras
necesidades y con lo que estamos buscando.
¿Se repiten las mismas preguntas en
los pacientes cada vez que pisan su consulta por primera vez, o sin embargo,
son historias muy distintas?
Las historias, aunque con
diferentes escenarios, siempre son muy parecidas: no somos felices con la otra persona pero
nos autoengañamos y no queremos aceptarlo de ninguna manera. Creemos
que el problema lo tenemos nosotros y al solucionarlo, la relación mejorará de
inmediato. Nunca es así. Cuando hay dependencia la relación debe acabar y no
hay nada que hacer para salvarla porque ya se hundió hace tiempo. Lo primero
que hay que hacer es asumir el problema que tenemos y la gravedad del mismo,
solo así tendremos la fuerza de voluntad necesaria para superarlo.
El libro consta de muchos ejemplos e
historias de personas que han sufrido dependencia emocional, ¿cuál ha sido la
historia que más le ha sorprendido e impactado y que a día de hoy aún recuerda?
Recuerdo muchas pero quizás la
que más me impactó fue la historia de un chico que vivía con su mujer, las
hijas pequeñas y sus suegros. Le maltrataban psicológicamente hasta el punto de
anularlo del todo. Aún así vino a pedirme ayuda. Vivía lejos y hacía 200km cada
semana para venir a la consulta. Solo con pensar en dejarla su cuerpo se
paralizaba del pánico que esta idea le producía. Sufrió muchísimo. Finalmente
cortó la relación y su vida cambió por completo. Es el caso de Joaquín, hablo
de él en el libro.
¿Una vez superada la dependencia, cuál
es el mayor miedo al que se enfrentan los pacientes? ¿Qué no deberían hacer
para volver a su anterior situación?
Voy a responderte lo que Sí deberían
hacer. Si hemos hecho el proceso terapéutico adecuado para
desengancharnos y comprender todo lo que nos ha sucedido seguramente no
volveremos a generar otra relación de dependencia. Debemos pensar en lo que buscamos en el otro,
y sobre todo, tener
muy claro donde están nuestros límites en la relación, qué es lo que
no estamos dispuestos a tolerar ni una sola vez bajo ningún concepto. Solo si
tenemos esto muy claro y presente podremos ver con claridad si la persona que
estamos conociendo no encaja con lo que esperamos encontrar.
Una persona que sufre dependencia
normalmente no es consciente de ello, ¿por qué cree que se animan a pisar una
consulta como la suya?
A veces es porque han leído
algún artículo y se han sorprendido porque sin esperarlo se han sentido
identificados. Vienen con miedo, pero hay algo en su interior que les empuja a
pedir ayuda aunque ellos no se planteen dejar la relación. Otras personas, es
cierto que vienen porque no se sienten bien pero, en ningún momento se han
planteado que su problema está en la relación de pareja. Se han acostumbrado a vivir de esa manera
junto al otro (a veces con faltas de respeto, sin comunicarse y sin
compartir nada) y les parece tan normal que ni se lo cuestionan. Creen que el
problema lo tienen ellos por ser unos insatisfechos y deprimirse con facilidad.
Para terminar, ¿quiénes deberían leer
su libro y por qué?
Yo creo que el libro es útil
para todos aquellos que quieran aprender una manera más
sana de enfocar el amor y las
relaciones de pareja, plantearse dónde están sus límites o definir
qué es lo que están buscando realmente. También para aquellos que estén sufriendo
dependencia emocional o para los que viven cerca de los que la sufren, para poder
identificarlo, comprenderlo y encontrar las herramientas necesarias para salir
de ella. Es un libro sencillo, muy claro y fácil de comprender y de
aplicar. Es el manual práctico que siempre he pensado que necesitaban las
personas que se encuentran en una situación así.
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