Cuando realizas cualquier
actividad es “normal” que quieras hacerla de la mejor manera posible y esa es
una actitud clave para ser perseverante, excelente y alcanzar tus objetivos con
éxito. Lo que pasa es que a veces sin uno darse cuenta esta actitud se sobrepasa
y se busca la perfección.
Exigirse demasiado, ponerse
metas inalcanzables, “castigarse” por no cumplir con todas las tareas,
preocuparse constantemente por los fracasos o ignorar los pequeños éxitos
producen una serie de consecuencias como la insatisfacción, la tendencia a sentirse culpable y
frustrada, dejar de realizar actividades en las que no se está seguro de tener
éxito, comportarse intolerantemente con uno mismo y con los demás, etc., en
resumen, ¿Quieres vivir una vida estresada?
Querer hacerlo todo perfecto es
imposible ya que los seres humanos por naturaleza somos imperfectos. La
perfección no comporta ningún beneficio. Si comporta sufrir y vivir una vida
estresada.
Para
evitar caer en ella
Márcate objetivos realistas, desafiantes pero no
inalcanzables.
Se flexible contigo misma y con los demás, como una caña de
bambú, fuerte, perseverante y a la vez flexible para no romperse.
Valora lo importante. Quizá haya tareas que no sean tan
importantes y no requieran de tu atención tanto como otras. Pon las cosas en su
lugar.
Se consciente de tus pensamientos negativos, escúchate,
reflexiona hacia donde te llevan y si crees que es necesario seguir pensando de
esa manera.
Cuando te sientas frustrada por
algún error, pon atención, ¿qué ves, qué oyes, qué sientes? Realiza
algunas respiraciones profundas y valora tu reacción, ¿qué puedes aprender del
error?
Acepta que la perfección no existe, ni en
ti, ni en los demás.
“Esforzarse por lograr la excelencia
te motiva, esforzarse por lograr la perfección te desmoraliza”. Harriet Braiker
(Psicóloga y escritora).
Un saludo,
vicki muns
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