comentario, un gesto, un acción… Como se diría en el mundo de la empresa, quieres darle “feedback” (sí, lo siento por el término en inglés… en algunas palabras el mundo anglosajón ha conquistado el diccionario). No todos los feedback son de cosas negativas, sin embargo, qué duda cabe, estos son los más difíciles. Por ello, vamos a ver a continuación algunas claves para que sea más sencillo, útil y no se convierta en un auténtico infierno para quien lo escucha.
1.
Busca el momento adecuado. Ya
sabemos que hay ciertas informaciones que apetece quitárselas de encima lo
antes posible, pero puede que reducir nuestro estrés a corto plazo sea una mala
recomendación en el medio plazo. Por ello, escoge el momento en el que crees
que la otra persona puede estar más receptiva. Tampoco hay que esperar semanas,
meses o años. Si de repente estás con alguien
que te da un feedback de algo que hiciste mucho tiempo atrás, es de suponer que
no te agrade demasiado.
2.
Escoge el mejor canal. No
sería la primera vez que escucho que una pareja ha cortado su relación por un
mensaje de whatsapp. No parece que sea el medio ideal para hacerlo, aunque a
veces uno se deja llevar por sus impulsos sin gran raciocinio. El texto escrito
es muchísimo más frío que una llamada y ya no digamos, que una comunicación
cara a cara. Si el tema que quieres abordar es importante, queda con la otra persona para tener esa conversación
mirándole a los ojos… aunque te cueste.
3.
Mensaje que sea aplicable. Ejemplo
de típico error en la comunicación: “No me gusta tu manera de hablar”. Con esa
frase la otra persona no tiene nada que hacer porque no sabe qué puede cambiar.
Es bien distinto a decirle “tu tono de voz es muy alto y me resulta molesto”.
Ya sabe que al menos puede descender algunos decibelios en sus cuerdas vocales.
4.
Sobre hechos y no sobre
interpretaciones. “No te ilusionas con mis éxitos” es una frase
que no aporta gran cosa. Los feedbacks que se basan en interpretaciones o en
aproximaciones a la consulta a una “bola de cristal” son los que menos ayudan a
la otra persona. Por ello, busca si lo que quieres decirle está basado en
hechos observables e indiscutibles y no es algo que tú piensas. “No me has dicho nada cuando me han dado este proyecto
y me hubiera gustado”, por ejemplo.
5.
Cuidado con las palabras
prohibidas. Existen algunas palabras que deberían ser evitadas a toda costa en un
buen feedback, como “siempre” o “nunca”. “Nunca sacas la
basura”. “siempre te vas de compras” y así una infinidad de comentarios
poco útiles. Seguro que alguna vez ha podido sacar la basura y que ha hecho
otra cosa que irse de compras. Otra palabra que hay que poner en
observación es “pero”. Se dice que
es el gran borrador universal, ya que lo que va antes del “pero” se anula de
nuestra atención. “Cuánta iniciativa tienes pero
qué mal trabajas en equipo”. Seguramente la persona
recordará que no colabora con el resto. Es mejor decirlo de otro modo: “Tienes mucha iniciativa y aún podrías mejorar si
trabajaras más en equipo”. Se escucha de un
modo diferente.
6.
Cuando tú haces esto, yo me
siento… Frase para enmarcar en el barrio del error: “Es que tú siempre
te estás quejando de mi amigo”. Cuando alguien comienza con ese
comentario la otra persona ya ha llamado a todo el escuadrón de defensas para
protegerse. Cualquier feedback que aluda a la persona en vez de a su actitud es
motivo de enrocamiento. Por eso, es más efectivo decir “llegas
tarde” a comentar “eres impuntual”. Con el verbo ser queda poco
margen de maniobra para actuar. Si es algo que la persona hace que te moleste,
es preferible afrontarlo desde una construcción más inocua y efectiva: “Cuando tú te quejas de mi amigo, me haces sentirme
mal por lo que te pido que no lo hagas”. Hablas de cómo te
afecta lo que dice y de lo que necesitas que haga para cambiarlo.
7.
Específico y útil, por favor: La mente
humana tiene un límite en el manejo de la información. Si hay algo de alguna
persona que te moleste, sé lo más concreto posible y lo más directo. No des mil
y una vueltas, le llenes de datos y no le ayudes a ver qué puede hacer para
resolverlo. “El otro día en la cena del grupo
no paraste de ver el móvil, no participaste en las conversaciones y eché de
menos que estuvieras más presente” es mucho mejor que marearle con
datos sobre la cena. De este modo, además, le ayudas a saber cómo puede mejorar
su siguiente encuentro.
Recetas
1.
Antes de dar el feedback, busca evidencias concretas, es decir,
hechos observables y no sólo interpretaciones o comentarios. Básate en lo que
has observado tú o lo que has vivido en primera persona. Haz una lista si te
ayuda.
2.
Reflexiona sobre tu estado de ánimo antes de dar el
feedback. Cuando hay una intención de ayuda se percibe de un modo bien distinto
a cuando se trata de un reproche encubierto. Por eso, sé honesto contigo mismo.
Y si te toca estar al otro lado, reconoce la valentía de quien lo da. No todo
el mundo muestra interés por hacerlo.
3.
Evita los ataques directos, las palabras prohibidas, los momentos o canales
menos adecuados y sé muy específico y concreto. Al final y al cabo, después de
un tiempo olvidamos las
palabras pero no cómo nos han hecho sentir las personas que las dijeron.
Fórmula
Dar un buen
feedback ayuda a que la otra persona aprenda y se abra a otros puntos de vista.
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