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diumenge, 28 de desembre del 2014

¿Qué es la dependencia emocional?. Psicoterapiacotidiana.

Claudia viene a terapia después de romper con su pareja. Llevaban cinco meses juntos pero para ella había sido una relación muy intensa porque continuamente estaba pensando en él. A pesar de lo importante que era para Claudia él en ningún momento dio signos de estarse tomando la relación tan en serio. Ella lo describe como una persona con mucho carácter y con convicciones fuertes, esto era lo que más le atraía de él. Dice que le gustan los hombres fuertes y con las ideas claras.
Ella es una chica atractiva y con éxito profesional. Está acostumbrada a que muchos chicos le vayan detrás pero raramente se interesa por lo que muestran interés por ella. Dice que los ve como peleles. Como consecuencia de esto siempre termina enamorándose de hombres a los que siente que puede admirar: emocionalmente distantes y rígidos de carácter.
Todo fue bien durante el primer mes pero desde entonces él le dijo que quizás estaban yendo demasiado deprisa y que se sentía agobiado porque ella lo llamaba mucho. Ella acepto no llamarle tanto y que se vieran menos a menudo a pesar de que eso le suponía sentirse continuamente ansiosa e insegura respecto a la relación. Él cada vez fue mostrando cada vez menos interés en verla y finalmente rompió la relación porque había conocido a otra persona. Desde que no está con él, ella se ha sentido muy decaída anímicamente y ansiosa, hasta el punto de intentar reanudar la relación varias veces.
Cuando habla sobre su historia de parejas anteriores todas tienen un perfil muy parecido al de su ex. Ha ido alternando parejas más serias con algunas que considera menos significativas pero que la ayudaban a reponerse después de una ruptura, nunca ha estado un periodo prolongado sin pareja. La pareja con la que estuvo más tiempo fue un chico al que perdonó una infidelidad y con el que luego formó una pareja abierta, permitiéndole que tuviera relaciones sexuales con otras mujeres. Ella nunca estuvo con otro mientras duró la relación y dice que consentía con la idea de tener una relación abierta para que él no la abandonara.
El caso de Claudia es un caso de dependencia emocional dañina. Éste es uno de los temas más complejos en una relación de pareja. Al fin y al cabo todos dependemos de nuestras parejas y en general de todas las personas a las que amamos. Con este artículo intento explicar la diferencia entre las formas de dependencia saludables en una relación y aquellas que generan dolor en los dos miembros de la pareja.
Una pareja sana está formada por dos individuos independientes capaces de apoyarse mutuamente. Podemos considerar a las personas individuos independientes en la medida en que su historia de vida les ha permitido serlo, es decir en la medida que sus necesidades emocionales se han visto lo suficientemente satisfechas a lo largo de sus vidas.
Erróneamente podemos pensar que la dependencia emocional es un fenómeno unidireccional con un miembro débil y dependiente y un miembro aparente fuerte e independiente. Normalmente en la base de las relaciones de dependencia emocional se encuentran por un lado personas abiertamente dependientes como Claudia que esperan encontrar una persona fuerte que en su fantasía será capaz de sostenerlas emocionalmente y por personas aparentemente independientes, pero que sin embargo necesitan ser continuamente admiradas y valoradas. Desde este punto de vista, la dependencia emocional es el producto de una fantasía compartida de que la otra persona saciará mis necesidades y completará mis carencias.

En una pareja sana los dos miembros se alternan para darse apoyo. Cuando uno de los dos miembros falla al realizar lo que el otro esperaría, las desavenencias pueden solucionarse mediante el compromiso, la negociación y la aceptación. En una pareja emocionalmente dependiente los dos miembros se encuentran rígidamente atrapados en las expectativas y deseos inconscientes del otro. En el momento que estas expectativas no se cumplen el agravio se convierte en algo inadmisible para la pareja. La reacción a ese agravio contempla todo un abanico de respuestas: Maltratos, reproches y culpabilizaciones en parejas que siendo profundamente infelices no pueden separarse, conductas de huída como tener aventuras sexuales o caer en adicciones, depresiones o enfermedades psicosomáticas de alguno de los miembros, etc. Detrás de muchos conflictos de pareja y de muchos síntomas aparentemente individuales se encuentra la reacción ante el agravio que se produce cuando la fantasía de la dependencia emocional se ha roto.

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