Nadie merece ser segundo plato de nadie. Nadie
merece ser alternativa u opción. Todos necesitamos ser apreciados como únicos,
porque el amor real no admite duplicidad; es egoísta y exclusivo. Y si alguien
lo reparte, habrá quien no esté recibiendo el de verdad.
Para vivir la vida que uno quiere, es preciso saber
lo que se quiere . Y quien deba decidir, que decida. Y si no se decide, adiós,
que ya decido yo por ti.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada